lunes, 26 de agosto de 2013

El tabaco iguala el riesgo de ictus en hombres y en mujeres



La igualdad es un concepto en términos generales muy positivo, salvo cuando se trata de algo como la enfermedad. Los cambios en los hábitos de vida, la incorporación de la mujer al trabajo y al consumo de sustancias tóxicas ha hecho que esa igualdad se extienda también en problemas que antes eran típicos del varón. Uno de ellos es el ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, y que está generando una gran discapacidad en todo el planeta.

Desde hace tiempo se sabe que las sustancias presentes en los cigarrillos son tóxicas y generan problemas. Muchos de ellos se han relacionado con el pulmón, como el cáncer o la insuficiencia respiratoria, y también con el corazón pues el tabaquismo aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardiaco.

Pero el tabaco no sólo afecta a estos dos órganos sino que su acción va mucho más allá. En realidad, cualquier tejido o arteria por la que pasen las sustancias nocivas puede resultar dañado. Y las arterias que riegan el cerebro no están inmunes a ese peligro.

Lo que ocurre con el tabaco en las arterias es que fomenta la acumulación de residuos, denominados genéricamente placa ateromatosa. Esa placa va estrechando el calibre del vaso sanguíneo, pudiendo llegar a cerrarse completamente o, en un momento dado y por circunstancias varias, destruirse y formar un trombo que se va desplazando por el torrente sanguíneo hasta que llega a un vaso muy pequeño, como son los del cerebro, produciendo su obstrucción.

En este caso, se genera el llamado ictus isquémico, es decir, la falta de circulación en una zona del cerebro y la muerte del tejido, lo que puede derivar en graves secuelas como parálisis o incapacidad para hablar. Otro tipo de ictus es el denominado hemorrágico que genera algo similar a lo anterior pero más grave ya que supone la rotura de una arteria que da lugar a una hemorragia y a daños más amplios.

Según los expertos, uno de cada seis españoles sufrirá un ictus en su vida. Y lo que apunta un nuevo estudio cuyos datos se acaban de publicar en la revista 'Stroke' es que las mujeres fumadoras tienen el mismo riesgo que los hombres también fuman de sufrir un episodio de este tipo, probabilidad que es mucho menor en aquellas mujeres que no consumen tabaco.

Tras analizar los datos de más de 80 estudios internacionales sobre ictus, publicados entre 1966 y 2013, investigadores de la Universidad de Queensland, en Brisbane (Australia), encontraron que el tabaquismo está relacionado con un riesgo un 50% mayor de sufrir un ictus isquémico tanto en hombres como en mujeres.

Factor hormonal

Sin embargo, el tabaco parece dañar más a las mujeres porque el estudio encontró que ellas tenían un riesgo un 17% superior de tener uno de los peores ictus, el hemorrágico. Los investigadores sospechan que la aparición de hemorragias es mayor entre las mujeres posiblemente por las hormonas y por la manera en cómo impacta la nicotina en las grasas de la sangre. Parece que tanto el colesterol como los triglicéridos se disparan más por efecto del tabaquismo en las mujeres que en los hombres, lo que hace que su riesgo coronario sea mayor.

Otro hecho que se detectó en esta revisión fue que las mujeres fumadoras de países occidentales tienen un riesgo más elevado de sufrir un ictus en comparación con las mujeres de países asiáticos, en concreto un 10% mayor. En cuanto a la parte positiva de la historia, el trabajo evidencia también que ese riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular disminuye cuando se deja de fumar.

"Fumar es uno de los mayores riesgos de ictus tanto para hombres como para mujeres, pero afortunadamente, dejar de fumar es una forma muy eficaz de disminuir ese riesgo", explica Rachel Huxley, principal autora del estudio y profesora de la Universidad de Queensland. Por este motivo, insiste en que deberían plantearse medidas para controlar el tabaco dentro de los programas de prevención de ictus.

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