En
los países pobres, la infección por rotavirus es una cuestión de vida o muerte
para muchos niños; en países ricos, la diarrea que causa este virus suele
provocar un gran número de hospitalizaciones e importantes pérdidas económicas.
Aunque existe una vacuna para prevenir los episodios graves, siguen haciendo
falta mejores herramientas para combatir la enfermedad, y la clave podría estar
en un grano de arroz.
La
vacuna para prevenir la infección por este virus que causa graves diarreas sólo
puede administrarse a los niños en un rango de edad (entre los seis y los 26
meses); además, está contraindicada en personas inmunodeprimidas y suele ser
menos eficaz en países en desarrollo, allí donde precisamente es más necesaria
(probablemente porque los niños allí están malnutridos y tienen que hacer
frente a otras infecciones).
Por
eso, la solución que esta semana presenta la revista 'Journal of Clinical
Investigation' es sencilla, poco costosa y especialmente útil en países con
pocos recursos. Científicos de la Universidad de Tokio (Japón), el Instituto
Karolinska de Suecia, la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y la compañía
Unilever (que tiene la patente del anticuerpo) han logrado desarrollar un arroz
transgénico que contiene anticuerpos capaces de prevenir y tratar la infección
por rotavirus.
Algo
así como introducir los anticuerpos en un grano de arroz, pero con la ventaja
de que el cereal ha demostrado que mantiene sus propiedades después de hervido
y que puede mantenerse a temperatura ambiente hasta un año, sin necesidad de la
cadena de frío que sí requieren las vacunas.
"En
realidad no es una vacuna", explica a ELMUNDO.es Miren Iturriza-Gómara,
investigadora de la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y una de las
firmantes del trabajo; "porque la vacuna logra generar una respuesta
inmune duradera, y en este caso la protección sólo dura mientras se consume el
arroz".
De
momento, el alimento terapéutico se ha probado sólo en ratones y en cultivos
celulares, pero los investigadores confían en que podría utilizarse en caso de
brotes de infección por rotavirus, utilizándose como polvo de arroz o como
ingrediente de preparados nutricionales infantiles. "En un trabajo aún no
publicado, llevado a cabo con niños en Bangladesh, este mismo anticuerpo
introducido en levadura ha demostrado que alivia los síntomas del rotavirus,
aunque no cura la infección", aclara la especialista española. Por ahora,
el arroz trasgénico [Muco-Rice] no ha sido probado en humanos.
La
infección por rotavirus causa 114 millones episodios de diarrea al año en el
mundo en niños menores de cinco años. El 80% de ellos se producen en países de
África y Asia, donde también ocurren la mayoría de las 600.000 muertes anuales.
En el llamado primer mundo, esta diarrea grave no suele causar la muerte de los
niños, pero sí obliga a prolongados ingresos hospitalarios y largas bajas
laborales por parte de los padres.
Las
dos vacunas disponibles (RotaTeq y Rotarix) no están incluidas en el calendario
vacunal español (y queda a la elección de los padres administrarla o no). Como
recuerdan los especialistas son necesarias nuevas estrategias protectoras en
aquellos escenarios donde estas vacunas no pueden utilizarse (individuos
inmunodeprimidos, zonas endémicas, niños mayores de 26 meses...). "El
arroz no sería un sustituto de la vacuna, pero sí un complemento ideal en
algunos escenarios, en brotes, para niños que no se benefician de la vacuna...
es lo que se denomina inmunoprofilaxis pasiva".
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