viernes, 16 de agosto de 2013

Las 'biografías' de 30 tipos de cáncer



Cuando uno se encuentra con una excelente persona quizás no se plantee muchas cosas sobre ella (aunque tal vez sí), pero si en lugar de estar con alguien que ofrece una conducta impecable, esa persona se comportara delictivamente quizás muchos empezarían a indagar en su vida, para conocer qué acontecimientos le ocurrieron en el pasado y por qué ha pasado al otro lado de la ley. Uno de los mayores estudios que se está llevando a cabo en el mundo, el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer, acaba de hacer lo mismo pero con tumores. En otras palabras, han podido establecer un catálogo de los procesos biológicos que están en el origen de 30 tipos de tumores. Un paso fundamental para prevenir y atajar, algún día, estas enfermedades.

"Todos los tumores se activan por mutaciones somáticas que alteran el ADN de las células a lo largo de la vida de la persona. Al principio queríamos saber las consecuencias de estas mutaciones, pero en realidad tenemos un rudimentario conocimiento sobre qué es lo que las causa y que terminará en un cáncer. Este estudio se ha centrado más en comprender las causas que están detrás de esas mutaciones", afirma en un vídeo informativo el coordinador de este macro estudio, Mike Stratton, del Instituto Sanger (Cambridge, Reino Unido), en el que han participado 14 países, entre ellos España.

Se podría decir que el trabajo ha sido faraónico: se ha llevado a cabo un análisis de 7.042 genomas de pacientes con los tipos de cáncer más frecuentes (30 en total) en el que se han recopilado 4.938.362 mutaciones somáticas (sustituciones y pequeñas inserciones en el código de ADN) y los datos obtenidos se han comparado con ADN normal del mismo individuo en todos los casos.

El resultado de esa búsqueda es el descubrimiento de 21 firmas moleculares entre las mutaciones del genoma, es decir, 21 procesos que son el origen de esas variaciones del ADN que conllevan un cáncer. Sería algo así como la investigación que se hace en un robo. Por ejemplo, los investigadores han buscado las pistas que el ladrón ha dejado en la escena del delito (en este caso la escena es el genoma), con esas huellas han podido identificar al ladrón y luego lo han relacionado con el robo, que sería el cáncer. "En ese ejemplo podríamos decir que el estudio ha identificado 21 'ladrones' y sólo podemos ponerles nombre a una decena: por ejemplo, la luz ultravioleta [relacionada con la aparición de melanoma], la edad [vinculada a varios tumores], el tabaco, la mala reparación del ADN, determinadas enzimas... Desconocemos sin embargo los responsables de algunas de las huellas mutacionales identificadas, que deberán ser investigados en trabajos futuros", explica Elías Campo, del Hospital Clínic-IDIBAPS y la Universidad de Barcelona.

Un futuro prometedor

Porque este no es el punto final del Consorcio, ni mucho menos. De momento se han analizado unos 7.000 genomas pero el objetivo de este proyecto es secuenciar 25.000 en total. "Es previsible que con mayor número de pacientes se puedan tener más datos y más valor estadístico. Importante para descubrir todos los mecanismos que producen las mutaciones. Pero los objetivos van más allá", asegura Campo que lidera el equipo español que ha participado en este proyecto junto con el doctor Carlos López-Otín, del Instituto Universitario de Oncología de la Universidad de Oviedo.

Entre ellos está la creación de otro grupo denominado el PANCANCER cuyo objetivo será comparar secuencias de miles de genomas para investigar otros procesos. "Por ejemplo, las mutaciones no se producen igual en toda la hebra del ADN y hay regiones donde se concentran las mutaciones pero no sabemos por qué pasa esto. También queremos estudiar otro tipo de mutaciones, porque ahora nos centramos en las que suponen la sustitución de nucleótidos pero hay otras, como las alteraciones estructurales que suponen roturas o fusiones de genes. Es un campo que requiere una mayor atención", avanza Campo.

De momento, lo conseguido en este trabajo que publica la revista 'Nature', supone tener un catálogo de las huellas que han dejado estos procesos en la célula, es decir su biografía, los pasos que han hecho que se convierta en una célula cancerígena.

En el futuro, y como otro objetivo del consorcio, está el análisis de los genes mutados. "Esto está por venir. El trabajo definitivo será cuando cada grupo presente sus resultados de 500 genomas, cuando se conozcan los genes que más frecuentemente están alterados en esos tumores, las mutaciones más frecuentes... Esto será en unos meses", explica Carlos López-Otín.

Este investigador señala la envergadura de los resultados. "Hasta ahora se conocía que el tabaco genera un daño concreto en el pulmón, pero más allá de eso no se sabía casi nada. Ahora sabemos la huella que han dejado agentes exógenos y endógenos en ese tumor. Y lo hemos realizado con 30 tipos de tumores. En los que hemos comprobado que en algunos, como el cáncer de ovario, sólo están involucrados dos procesos, mientras que en otros como el hepático, hay por lo menos seis", señala López-Otín.

Todavía falta mucho por averiguar, como qué implica que unos tumores estén generados por sólo dos procesos biológicos y otros por al menos seis o cuáles de estas huellas son intrascendentes y cuáles son importantes. Sin embargo, este trabajo "sienta las guías del futuro, de cómo va a evolucionar la investigación en este campo. Porque estos resultados proporcionan la etiología, los orígenes del cáncer y con ellos se pueden generar estrategias preventivas y también pueden tener impacto en el tratamiento", apunta el investigador desde Oviedo.

Participación española

La aportación del grupo español en este trabajo internacional ha sido la identificación de dos mecanismos fundamentales involucrados en la génesis de mutaciones que derivan en la Leucemia Linfática Crónica. Uno de los procesos está relacionado con la edad y el segundo con la reparación del daño en el ADN. En total, se han evaluado las firmas mutacionales de más de 100 genomas de pacientes con este cáncer. En este análisis también han contribuido los doctores Xoxe S. Puente y Rafael Valdés.

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