Con
la subida de las temperaturas, el cuerpo aumenta la sudoración y la
consiguiente eliminación de toxinas. Pero, ¿qué ocurre si una persona tiene una
sudoración excesiva? En la mayoría de los casos suele provocar problemas de
autoestima y puede condicionar las relaciones sociales. Según explica el Dr.
Adolfo Sanz, dermatólogo del Hospital Ruber Internacional de Madrid, este
problema afecta a 1,2 millones de españoles, lo que supone un 2,8% por ciento
de la población. "Un paciente con hiperhidrosis axilar suda de 4 a 5 veces
más que una persona normal, por lo que en esta época del año y dependiendo de
su zona de residencia el sudor puede convertirse en su gran enemigo a la hora
de realizar muchas actividades cotidianas", señala Sanz.
La
hiperhidrosis afecta en especial a las axilas, las palmas de las manos, las
plantas de los pies y, en ocasiones, a la cara y el cuero cabelludo. "La
incidencia es mayor entre los adultos de 18 a 54 años, por lo que en ocasiones
determinados ámbitos del trabajo se pueden ver perjudicados por esta
patología", afirma.
Sin
embargo, "pese al gran impacto que tiene la hiperhidrosis en la calidad de
vida, sorprende que casi dos de cada tres pacientes no consulten a un profesional
sanitario en búsqueda de una solución", lamenta.
La
hiperhidrosis limita la forma de vestir de estas personas (se ven obligados a
llevar, en muchas ocasiones, ropa ancha y de color negro), afecta a la
autoestima y un gran porcentaje llega a evitar participar en actividades
sociales y hasta se ven condicionados a la hora de elegir un trabajo. En
concreto, y según un estudio realizado entre personas con esta patología, un
34% piensa que sudar excesivamente en público es peor que tener miedo escénico
y un 30% cree que la hiperhidrosis produce más vergüenza que tener acné o
sufrir obesidad.
A
pesar de las consecuencias laborales y personales que conlleva esta patología,
pocos buscan una solución. El tratamiento con toxina botulínica tipo A, es una
alternativa eficaz en el 93% de los casos. Entre los diferentes tratamientos
disponibles para la hiperhidrosis axilar, Sanz aclara que los antitranspirantes
clásicos como el cloruro de aluminio "no son suficientes para limitar el
sudor en estos pacientes y además pueden producir dermatitis en las zonas
aplicadas". Por otra parte, la estimulación eléctrica (iontoforesis) es
una segunda opción "ya que hay que aplicarla cuatro veces a la semana y de
forma continuada".
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