Expertos
han asegurado que los cereales integrales ayudan a prevenir la aparición de
ciertas enfermedades crónicas, gracias, entre otros aspectos, a su actividad
antioxidante. De hecho, diversos estudios científicos asocian el consumo de
cereales integrales con una reducción del riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares, diabetes de tipo 2, obesidad y algunos tipos de cáncer.
Tradicionalmente, el contenido en fibra, vitaminas y minerales de los cereales
integrales han sido señalados como los principales responsables de los efectos
saludables de estos alimentos. No obstante, estudios recientes han puesto de
relieve la presencia en ellos de otros componentes "no nutrientes"
que también parecen ejercer un efecto destacado en el mantenimiento de la
salud.
Estos
compuestos, a los cuales se les ha otorgado la denominación de
"fitoquímicos", por su presencia de forma exclusiva en alimentos de
origen vegetal, y que se han definido como "los compuestos, constituyentes
de alimentos vegetales, que no son nutrientes y que pueden proporcionar al
alimento unas propiedades fisiológicas que van más allá de las nutricionales
propiamente dichas", son un grupo muy numeroso de sustancias, entre las
que destacan diversos compuestos como carotenoides, esteroles o compuestos fenólicos.
En los últimos años se ha demostrado que los cereales integrales constituyen
fuentes importantes de estos compuestos, especialmente de compuestos fenólicos,
carotenoides, lignanos, fitoesteroles o tocoles, entre otros, y por lo tanto,
aportan amplios beneficios para la salud.
En
este sentido, un estudio reciente publicado en la revista 'Journal of Cereal
Science' ha revelado la presencia de una gran cantidad de estos compuestos,
como los alkilresorcinoles, benzoxazinoides, lignanos, ácidos fenólicos,
esteroles y tocoles, en el grano de trigo entero y de centeno, dos de los
cereales más utilizados para la fabricación de pan. Asimismo, el estudio
destaca que estos componentes tienen amplias implicaciones en la salud, entre
las que se incluyen sus propiedades antioxidantes y anticarcinogénicas, o la
reducción de los niveles de colesterol sérico, entre otras.
"Una
dieta equilibrada, con un alto consumo de alimentos de origen vegetal es la
mejor forma de garantizar una ingesta adecuada de estos compuestos, ya que se
ha visto que muchos de ellos ejercen un mayor efecto cuando se consumen junto
con otros fitoquímicos y otros componentes de la dieta que cuando se ingieren
de forma aislada", ha aseverado la portavoz científica de la campaña 'Pan
Cada Día', Beatriz Navia. Por ello, prosigue, el consumo del alimento que los
contiene supone no solo la ingesta del fitoquímico en si, sino también la de
otros fitoquímicos y la de los nutrientes presentes en el alimento.
Por
otro lado, en relación con los cereales integrales, Navia ha destacado la
necesidad de incrementar el consumo de cereales integrales por sus beneficios
saludables, ya que en la actualidad, el consumo de estos alimentos suele ser
bastante bajo. De hecho, las guías alimentarias para la población americana
elaboradas por el Departamento de Agricultura de los Estado Unidos (USDA) en
las que se marcan las pautas para seguir una dieta equilibrada recomiendan un
consumo de 6 a 11 raciones de cereales al día, marcando un consumo de, al
menos, 3 raciones al día de cereales integrales, asegurando que la mitad de los
cereales que se consuman sean de este tipo.
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