Seguramente
no tenga dudas sobre la importancia de incluir en su cesta de la compra un buen
fotoprotector solar, pero quizás no le resulte tan claro si para después de un
baño de sol es más adecuado un producto after sun o una simple crema
hidratante. EL MUNDO consulta con varios dermatólogos que explican las
diferencias entre ambas opciones.
Las
dos son hidratantes, fundamental para paliar la sequedad de la piel que produce
el sol, pero el after sun incorpora además componentes calmantes. Casi toda
esta gama de productos "llevan una base de menta que, al igual que los
champús amentolados, ayuda a calmar picores dérmicos", expone Manuel Ángel
Rodríguez, jefe de servicio de Dermatología del Complejo Asistencial
Universitario de León. "Algunos incluyen sustancias que, sin llevar
corticoides, tienen efectos antiinflamatorios para las pieles un poco quemadas,
como la enoxolona".
En
los casos de quemaduras más graves, subraya el dermatólogo, conviene acudir al
médico, si ya han aparecido ampollas (puden infectarse) o si la quemadura
conlleva malestar general. Podría ser necesario indicar un tratamiento con
antiinflamatorios y corticoides. Se estima que una quemadura con ampollas
duplica el riesgo de que esa persona sufra un melanoma a lo largo de su vida.
No
obstante, la recomendación, más que comprar un after sun o cualquier crema
hidratante, consiste en evitar una exposición prolongada a los rayos
ultravioleta. "Cuando la sombra sea más pequeña que el individuo, es mejor
quedarse en casa", apunta el especialista. Y "no confiarse si el
tiempo está nublado, porque la radiación atraviesa las nubes", recuerda.
La
mejor amiga de su piel es la protección y ésta no es sinónimo de fotoprotector
solar, sino de varias recomendaciones. Primero, "evitar salir a la calle
en las horas centrales del día y utilizar filtros físicos, es decir, ropa de
cierto grosor, opaca, no sirven las transparentes", señala el dermatólogo.
"Son capaces de reflejar la luz solar como un espejo, por lo que ejercen
de pantalla total".
Los
fotoprotectores químicos son otro punto clave de la protección. Son sustancias
que aplicadas en la piel absorben los rayos ultravioleta a través de reacciones
químicas. De ahí que la necesidad de extender el fotoprotector 30 minutos antes
de la exposición.
En
este apartado, se pueden encontrar un sinfín de variedades. Sin perder de vista
que "el índice de protección solar total no existe", aclara el
experto, "la mejor opción es un producto que proteja de los rayos
ultravioleta tipo B -causantes de las quemaduras y, a largo plazo, del cáncer
de piel- y tipo A -responsables del envejecimiento prematuro de la piel y, en
menor medida, también de la aparición del melanoma-, además de la luz
infrarroja (IR)". En la última década se han multiplicado los estudios que
alertan sobre los resultados perjudiciales de los rayos infrarrojos tipo A
(IR-A). Según apuntan, a largo plazo, produce fotoenvejecimiento e, incluso,
promueve el cáncer de piel.
En
cuanto al índice de protección recomendable, por lo general, cuanto más oscura
sea la piel de un individuo, menos numeración requerirá. Sin embargo, no es tan
importante la diferencia que hay entre el índice 30 y 50 como la adecuada forma
de aplicárselo. "Hay que ser muy repetitivo".
Lo
ideal, apuntan los expertos, es extender una capa de dos miligramos por
centímetro cuadrado en la piel seca media hora antes de la exposición solar y
después de cada baño (ya en 2011, la FDA advirtió sobre la exageración de la
afirmación resistente al gua). Teniendo en cuenta que casi nadie cumple con la
recomendación de las cantidades (tendría que usarse un bote para dos o tres
veces), generalmente se aconseja un filtro de 30.
Dado
lo complicado que resulta aplicarse estas cantidades, especialmente en los más
pequeños, los especialistas recuerdan el formato spray. Es más agradable, más
cómodo y fácil de aplicar. Su textura facilita la aplicación. Dicen los médicos
que existe la percepción de que, como es líquido, protege menos, pero si se
compensa aplicando más, puede ser un producto muy ventajoso, recomiendan.
No
hay que obviar que en el mercado también hay disponibles unas cápsulas orales
de fotoprotección, que incluyen sustancias como los betacarotenos, polifenoles,
vitaminas A, C, E... Sin embargo, no se puede recomendar su uso único.
"Son mucho menos eficaces que los filtros químicos y físicos", afirma
el doctor Rodríguez.
Las
investigaciones demuestran que, efectivamente, estas píldoras evitan la muerte
celular que produce la radiación solar, pero advierten que sólo con la dieta
(los antioxidantes están presentes en toda la fruta y verdura fresca) o a
través de cápsulas no se alcanza la dosis necesaria para establecer un escudo
eficaz. Por lo tanto, no es una solución para evitar el daño solar.
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