Un
equipo de investigadores españoles ha descrito "por primera vez" el
caso de un paciente que se ha reinfectado por vía sexual con una variante del
virus de la hepatitis C resistente a los fármacos aprobados en 2011, los
denominados antivirales de acción directa, cuya tasa de curación es superior al
90% en el plazo de tres o cuatro meses. Concretamente a Telaprevir.
Los
autores, del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y de la Fundación
Lucha contra el Sida (FLS), detectaron el caso a raíz de un ensayo clínico
desarrollado para probar la eficacia de nuevos medicamentos (telaprevir
-aprobado en España- y daclatasvir - que sólo se usa en los casos más graves-).
En este trabajo participaba una pareja formada por dos hombres, ambos
coinfectados con el VIH y con hepatitis C. Uno de ellos, tras someterse al
tratamiento de interferón combinado con daclatasvir, se curó. Por el contrario,
su pareja, que "había recibido interferón con telaprevir, no se curó y
desarrolló virus resistentes [a telaprevir] que transmitió a su pareja
[curada]", explica a EL MUNDO Cristina Tural, una de las coordinadoras del
artículo publicado en la revista Gastroenterology.
En
la actualidad, "para reducir la carga viral en estos pacientes, se suele
utilizar interferón y ribavirina, pero teniendo en cuenta también los nuevos
fármacos" que han surgido en los últimos años, que son más seguros y
eficaces, como telaprevir y boceprevir [aunque no todas las CCAA tienen acceso
aún]. Otros como sofosbuvir y daclatasvir, continúa, no están aprobados aún en
España (sí en Europa). Este último se utiliza en nuestro país, con autorización
especial, para los casos más graves, es decir, pacientes en lista de espera
para un trasplante o que ya han sido trasplantados pero han desarrollado una
recaída grave de la infección. La novedad con la que se ha celebrado estos días
el Día Mundial de la hepatitis es que a partir del 1 de agosto otro de estos
nuevos tratamientos (simeprevir) estará disponible en el Sistema Nacional de
Salud.
El
nuevo estudio describe por primera vez, remarca la investigadora, "la
transmisión por vía sexual de virus resistentes". Se sabe que hay virus de
la hepatitis C que no responden al tratamiento, no necesariamente por
resistencia, sino por otras causas (porque la dosis de medicina no es
suficiente, etc), pero "no se había descrito nunca la transmisión de virus
resistentes de la hepatitis C", expone la experta.
Aunque
con el tratamiento actual a base de combinaciones con agentes antivirales
directos más del 90% de los pacientes se cura, hay un pequeño grupo de
afectados que puede seguir transmitiendo el virus, sobre todo si desconocen su
situación (la infección suele presentarse de forma asintomática) y no ponen
medios (las dos vías de transmisión son intravenosa y sexual). Si, en vista de
este caso, además se transmiten virus resistentes a los nuevos fármacos, el
problema se agrava porque "se hace más difícil el control de la
infección".
Como
explica Miguel Ángel Martínez, otro de los coordinadores del estudio, "la
transmisión de virus de la hepatitis C resistentes a los nuevos fármacos de un
paciente a otro reduce la capacidad de curar la infección, alarga la duración
del tratamiento y, lo que es más importante, afecta a la salud y calidad de
vida de los pacientes".
Es
una situación clínicamente nueva, señala la experta, para la que las guías
internacionales sobre el manejo de la infección no tienen respuesta. "No
hay guías sobre cómo tratar virus resistentes de hepatitis C". De hecho,
con el paciente reinfectado aún "estamos mirando cuál va a ser la mejor
estrategia de tratamiento".
Convendría,
por un lado, ampliar el protocolo de manejo de la infección y, por otro, aumentar
las medidas de salud pública y educación sanitaria. "Dado que la hepatitis
C se da con más frecuencia en personas con VIH, se insiste mucho en la
transmisión del virus del sida, pero no tanto en el de la hepatitis C".
Además del uso de fármacos, "hay que incrementar las medidas de salud
pública para evitar la transmisión". Y aquí es donde está el problema,
subraya: "Todo el mundo se queda con las medidas de prevención
relacionadas con los usuarios de drogas (como compartir jeringuillas)",
pero hay muchas más.
Cabe
destacar que "así como con otros virus como el de la hepatitis A, una vez
curado, el paciente tiene inmunidad, con la hepatitis C, tras el tratamiento
exitoso, la persona puede volver a infectarse y reinfectarse y volverse a
infectar". Y es importante saberlo para evitar prácticas de riesgo, como
las relaciones sexuales sin preservativo.
Por
otro lado, apunta Martínez, la transmisión de virus resistentes de la hepatitis
C también conlleva un mayor desembolso para el sistema de salud, lo que puede
agravar los problemas clínicos por dicho virus". En la misma línea opina
Tural: "El hecho de que un paciente se infecte y se vuelva a infectar
obliga cada vez a ir desembolsando dinero" y, si además los virus se
muestran resistentes, hay que probar con nuevos fármacos y la cuenta se va
incrementando.
Los
investigadores recomiendan realizar un test de resistencia antes de empezar el
tratamiento de la hepatitis C en pacientes con elevado riesgo de reinfección,
como son los hombres que tienen sexo con hombres. En Europa, cada vez es mayor
el porcentaje de esta parte de la población que vive con VIH y a los cuales les
afecta esta epidemia. Representa, probablemente, uno de los mayores focos de
las nuevas infecciones por hepatitis C.
Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 3% de la población
mundial está afectada por el virus de la hepatitis C. La OMS también estima que
cuatro millones de personas contraen el virus cada año.
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