martes, 21 de mayo de 2013

Los cambios bruscos del tiempo propician recaídas en el estado de ánimo



Los continuos cambios climatológicos que se están produciendo esta primavera, con bruscas subidas y bajadas de temperaturas, pueden hacer que aquellas personas aquejadas por algún tipo de trastorno mental como depresión o ansiedad, sufran recaídas o acentúen sus episodios de crisis.

Así lo ha destacado el vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), José Antonio López Rodríguez, quien explica como estos cambios "obligan" al cerebro a "reajustarse".

"En primavera, nuestro cerebro se expone a una mayor cantidad de lu. Pasamos del invierno oscuro, lluvioso y lúgubre a una explosión de luz y de color, de olores que, como norma general, provocan trastornos en todo el organismo", explica el doctor.

Esto hace que sea la estación en la que también se den más casos de problemas digestivos, gastritis o alergias, "por lo que no es de extrañar que el órgano más fundamental de nuestro cuerpo, el cerebro, también se vea trastocado".

Prueba de esta desestabilización son las alteraciones en el sueño, un cansancio físico mayor de lo habitual y la irritabilidad. Sin embargo, explica el doctor José Antonio López Rodríguez, "no a todos nos afectan por igual estos cambios".

Existe un grupo de riesgo más propenso a ser afectado por los cambios de temperatura. "Aquellos que ya en otras estaciones y fundamentalmente en otras primaveras han tenido o han sufrido baches e incluso en desencadenamiento de otros trastornos ya existentes".

El único consejo posible para prevenir este tipo de recaídas pasa por "conocerse a uno mismo bien", afirma el doctor López Rodriguez. "En la sociedad actual en la que vivimos, nos movemos tan rápido que hemos perdido la capacidad de conocernos a nosotros mismos, de pararnos un minuto y saber qué nos afecta y por qué".

A LOS 10 DIAS HAY QUE EMPEZAR A PREOCUPARSE

La tristeza, la ansiedad o el cansancio propios de estos cambios de temperaturas son normales, siempre y cuando no excedan de los 10 días, momento en el cual "deberíamos plantear que, quizás, estos cambios solo han sido el detonante de un trastorno ya existente previamente".

Este experto ha apuntado que la razón fundamental por la cual en primavera y en verano estamos más alterados es la luz, que es "una gran estimulante cerebral". "Al recibir más luz, estamos más alterados y, por tanto, más despiertos y revolucionados", según ha reconocido.

Además, apunta que un fenómeno mucho más influyente que el ambiental es el cultural. "El español, tiene un sentido trágico de la vida, es falso que el español sea la persona más divertida de Europa. De hecho, nuestra cultura tiene muy arraigado un sentido trágico de la vida, y el sentir cultural influye en nuestra psique mucho más que nuestro sentir ambiental", concluye.

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