Reconstruir
los defectos óseos causados por una lesión o una enfermedad a partir de células
de la piel es lo que, según una investigación que se publica en The Proceedings
of the National Academy of Sciences (PNAS), acaba de lograr un equipo de científicos
del New York Stem Cell Foundation Research Institute. Los investigadores,
coordinados por Darja Marolt y Giuseppe Maria de Peppo, aseguran haber generado
sustitutos óseos de pacientes gracias a células de la piel para reparar grandes
defectos en el hueso. El estudio supone un avance en los tratamientos
reconstructivos personalizados para pacientes con defectos óseos resultantes de
enfermedad o trauma que, en la opinión de los investigadores, facilitará el
desarrollo de injertos de hueso en tres dimensiones, combinados para adaptarse
a las necesidades específicas y el perfil inmunológico de cada paciente.
A
partir de células de la piel, los científicos han logrado reprogramar las células
adultas para convertirlas en un estado similar al embrionario; así, las células
resultantes son células madre pluripotentes inducidas (iPS) y son portadoras de
la misma información genética que el paciente, además de poder convertirse en
cualquier tipo de células humanas.
El
siguiente paso fue programar a estas células para que se convirtieran en células
progenitoras formadoras de hueso y, a continuación, los científicos sembraron
las células en un andamiaje para la formación de hueso tridimensional. En
concreto, los científicos colocan las construcciones en un dispositivo llamado
biorreactor, que proporciona nutrientes, elimina los desechos y estimula la
maduración, simulando un entorno de desarrollo natural.
«El
hueso es más que un compuesto mineral duro, es un órgano activo que
constantemente remodelación los vasos sanguíneos que transportan importantes
nutrientes a las células sanas y eliminan los desechos. Los nervios que
comunican con el cerebro y las células de médula ósea forman nuevas células
sanguíneas e inmunitarias», explica Marolt.
Otras
células
Estudios
previos ya habían demostrado el potencial de formación de huesos de otras
fuentes celulares, aunque todavía es pronto para su traslado a la clínica. E
problema radica en que aunque las células madre de médula ósea de un paciente
pueden formar tejido óseo y cartilaginoso, no son capaces de generar la
vasculatura subyacente y compartimentos nerviosos; además, los huesos derivados
de células madre embrionarias pueden inducir un rechazo inmunológico. Para
evitar estas limitaciones, los investigadores decidieron trabajar con células
iPS.
Nuevos
tratamientos
«Ningún
otro grupo de investigación ha publicado trabajos sobre la creación totalmente
viable y funcional de sustitutos óseos tridimensionales a partir de células iPS
humanas. Estos resultados nos acercan a la consecución de nuestro objetivo
final, el desarrollo de los tratamientos más prometedores para los pacientes»,
resaltó de Peppo.
Para
el tratamiento de los defectos y lesiones óseas se emplean actualmente injertos
óseos obtenidos a partir del propio paciente, de un banco de hueso de donante o
gracias sustitutos sintéticos. Sin embargo, ninguno de estos permite la
reconstrucción compleja y pueden provocar rechazo inmunológico para integrarse
con los tejidos circundantes conectivos. Para los pacientes que sufren de
traumatismos o lesiones vehiculares, estos tratamientos tradicionales
proporcionan una mejora funcional y estética.
Sin
riesgo de cáncer
Antes
de usar su técnica en animales, los investigadores verificaron en el
laboratorio si funcionaba. Al comprobar que generaba hueso, los investigadores
evaluaron la estabilidad cuando se trasplantaron células iPS derivadas en un
modelo animal. El riesgo que hay con las células iPS no diferenciadas es que
pueden formar teratomas, un tipo de tumor. Después de implantar las iPS
derivadas de células de sustitutos óseos bajo la piel de ratones
inmunodeficientes, a las 12 semanas, no había señales de tumores malignos, y sí
que células de los vasos sanguíneos se integraban a lo largo de los injertos,
lo que indica la estabilidad de los sustitutos óseos.
Los
científicos advierten que si bien estos resultados representan un avance
importante, se necesita una mayor investigación antes de que los injertos óseos
derivados de células de la piel lleguen a los pacientes. Los próximos pasos
incluyen la optimización del protocolo y el éxito del crecimiento de los vasos
sanguíneos dentro del hueso.
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