Investigadores
del Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad de Monash, en
Australia, han descubierto que cuando se eliminan sistemáticamente de las
salamandras las células inmunes conocidas como macrófagos estos animales
pierden su capacidad de regenerar una extremidad y en su lugar se forma tejido
cicatrizal. Si se descubre cómo estos macrófagos contribuyen a la regeneración,
a la larga podría conducir a terapias para ajustar el sistema inmunológico
humano por un sendero más regenerativo.
Según
detallan estos científicos en 'Proceedings of the National Academy of
Sciences', los sistemas inmunológicos de las salamandras son clave por su
notable capacidad para regenerar extremidades e incluso médula espinal, tejido
cerebral y partes de su corazón.
El
investigador principal, el doctor James Godwin, señala que estos hallazgos
llevaron a los investigadores un paso más cerca de entender qué condiciones
eran necesarias para la regeneración. "Antes, pensábamos que los
macrófagos eran negativos para la regeneración y esta investigación demuestra
que no es así: si los macrófagos no están presentes en las primeras etapas de
recuperación, la regeneración no se produce", resume.
Las
salamandras hacen frente a una lesión de una manera notable, cuyo resultado
final es la restauración funcional completa de cualquier tejido, en cualquier
parte del cuerpo, incluyendo los órganos. El tejido regenerado está libre de
cicatriz y es casi una replica perfecta en el lugar de la lesión antes de
producirse el daño.
Aparte
de las posibles aplicaciones de este "santo grial", por ejemplo en
sanar las lesiones cerebrales y la médula espinal, Godwin cree que el estudio
de los procesos de curación de las salamandras podría conducir a nuevos
tratamientos para una serie de condiciones comunes, tales como enfermedades del
corazón y el hígado, que están vinculadas a la fibrosis o la cicatrización.
Promover la curación sin cicatrices también mejoraría dramáticamente la
recuperación de los pacientes después de la cirugía.
Hay
indicios de que existe la capacidad de regeneración en una variedad de especies
animales, pero, en la mayoría de casos, ha desaparecido por la evolución.
"Algunas de estas vías de regeneración pueden darse aún. Podemos ser
capaces de subir el volumen en algunos de estos procesos", dijo el doctor
Godwin, quien señala que hay que saber primero exactamente cómo lo hacen las
salamandras para usar esta ingeniería inversa en terapias humanas.
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