Una
chica que no sufre dolor físico alguno ha ayudado a los científicos a
identificar la mutación genética que interrumpe la percepción del dolor.
El
descubrimiento podría impulsar el desarrollo de nuevos calmantes que bloqueen
las señales de dolor de la misma manera, informa Tendencias 21.
La
chica en cuestión sufría una analgesia congénita, una condición que impide
sufrir dolor y que a menudo tiene como consecuencia que los que la padecen se
dañen sin darse cuenta.
Los
investigadores hallaron la mutación genética de la paciente comparando la
secuencia de sus genes con la de sus padres, que no padecían este trastorno. El
estudio fue realizado en el Hospital Universitario de Jena, en Alemania, y la
mutación fue encontrada en el gen SCN11A.
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