En
las vacaciones la rutina se olvida, las obligaciones se reducen, y el control
en los hábitos saludables se flexibilizar, lo que para muchos puede suponer más
comidas fuera de casa y más copiosas; en consecuencia, se aumenta la ingesta de
alcohol y el abuso de grasas y dulces que pasan factura tras el verano en forma
de kilos de más, de media 3 kilos cada verano.
"Realmente
es difícil cuantificar cuánto se engorda, pero la media vienen a ser unos 3
kilos", explica a Europa Press el doctor Alber Lecube, coordinador del
Grupos de obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición
(SEEN).
El
principal motivo es "el abandono de los hábitos que uno va adquiriendo
durante el año", como son comer de forma moderada, no picotear entre horas
o la vigilancia de los alimentos ricos en hidratos de carbono y calorías.
"En
vacaciones uno se olvida, y tampoco pasa nada porque se ganen unos kilos de
peso. No hay que poner el grito en el cielo, pasárselo bien es casi una
obligación en verano", añade, no sin antes recordar que, sí se toma esta
actitud, se debe ser consciente de que se va a coger peso durante las vacaciones.
La
solución, según explica Lecube, es ser conscientes de que "cuando el
verano se acaba se deben acabar los excesos" y, por tanto, "igual que
se vuelve a la rutina en el trabajo hay que volver a la de la
alimentación".
"Hay
que volver a ser más cuidadoso con lo que uno come, en el día a día", para
ello propone aumentar la cantidad de agua ingerida para favorecer la expulsión
de toxinas por los riñones; evitar comida grasa; reducir el consumo de alcohol
y azúcares, y limitar el consumo de sal.
A
la hora de ponerse a dieta, recomienda tener cuidado con la dietas milagro que
proliferan antes y después de la época estival. El peso no se pierde con la
misma facilidad que coge, por eso alerta de que "vender milagros en el
tema del peso es muy fácil, pero perder peso requiere un esfuerzo".
"No
pasa nada que se haga una dieta desequilibrada durante un par de días para
reducir peso rápido, pero debe saber que para mantener ese peso o seguir
reduciéndolos en el futuro se debe llevar buenos hábitos de vida, comer menos,
limitar la grasa", añade.
Del
mismo modo, los expertos aconsejan no saltarse ninguna comida (desayuno,
almuerzo, comida, merienda y cena); incorporar en la dieta frutas y verduras
por su alto contenido en agua y sus propiedades fotoquímicas aumenta la
producción de orina y favorece la función renal, lo que ayuda a limpiar el
organismo; y mantener una actividad diaria, si es realizando algún deporte mejor.
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