miércoles, 4 de septiembre de 2013

Más del 50% de los europeos diagnosticados de VIH acceden con retraso al tratamiento



El diagnóstico tardío de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) sigue siendo un grave problema para el sistema sanitario europeo. Una detección tardía de la infección del VIH supone un retraso en el tratamiento y, por lo tanto, un mayor riesgo de transmitir el virus a otras personas, advierte Santiago Moreno, del hospital Ramón y Cajal de Madrid y uno de los firmantes de un estudio que se publica en PLoS Medicine en el que se constata que hay una uniformidad europea en cuanto al retraso en el diagnóstico del VIH y en el acceso a una atención sanitaria una vez que se ha detectado el virus.

La investigación coordinada por Amanda Mocroft, del University College de Londres (Reino Unido), ha analizado los datos de casi  85.000 europeos infectados por el VIH de 35 países europeos, entre ellos España, entre enero de 2000 y enero de 2011. Los investigadores analizaron datos de más de 20 estudios de cohortes de toda Europa y han visto que casi el 54 por ciento de los participantes diagnosticados con VIH acude tarde a recibir atención sanitaria; es decir explica Moreno, tenían un recuento de CD4 inferior a 350 células/mm3 (la medida del número de leucocitos o glóbulos blancos utilizada para controlar la infección por VIH) o ya había desarrollado el síndrome de inmunodeficiencia adquirido (sida) a los seis meses del diagnóstico del VIH en el periodo de tiempo estudiado.

Una presentación tardía a recibir el tratamiento, indica Santiago Moreno, se asocia con una mayor tasa de sida y una mayor mortalidad, especialmente en el primer año después del diagnóstico de VIH. Por eso, el artículo subraya la importancia de fomentar estrategias que promuevan las pruebas del VIH, especialmente dirigidas a todas las poblaciones que tienen conductas de riesgo, tanto dentro del sistema de salud como en los programas basados ​​en la comunidad. De esta forma, se garantizaría que, una vez que una persona da positivo en un test, tenga acceso a los programas de atención y manejo clínico óptimo y, por supuesto, a la terapia antirretroviral.

El estudio baraja algunas posibles factores que justifiquen esta acceso tardío a la atención médica. Se habla, dice Moreno, del sexo,  «las mujeres podría tener menor acceso a los médicos» o de la población inmigrante. Así, señala el artículo que la presentación tardía es mayor en los varones heterosexuales, en los países del sur de Europa y  en las personas procedentes de África. Y aunque se ha producido una disminución, se ha pasado de un 57,3% en 2000 al 51,7% en 2010/2011, especialmente en Europa del Norte y Central y entre los hombres homosexuales y heterosexuales de ambos sexos, ha aumentado en las mujeres heterosexuales femeninas y en los usuarios de drogas intravenosas (UDI masculinos) del sur de Europa y en los UDI hombres y mujeres procedentes de Europa del Este. Además, reconoce Moreno, tampoco son unas cifras como para «estar muy satisfecho».

Tratamiento como prevención

El trabajo publicado en PLoS Medicine subraya la relevancia que tiene en el contexto de la epidemia por VIH un diagnóstico a tiempo de la infección, así como el hecho de recibir atención lo antes posible, especialmente para las personas infectadas ya que se ha demostrado los tratamientos antirretrovirales pueden controlar, aunque no curar el VIH. Pero, si se desconoce el diagnóstico, no pueden beneficiarse del tratamiento, aumentando así el riesgo de morbilidad y mortalidad. Por otro, el coste del tratamiento y del cuidado de las personas no diagnosticadas es mayor que si se les diagnosticara de forma temprana. Además, las personas que siguen un tratamiento para reducir la cantidad de VIH tienen también menos probabilidades de transmitir el virus.

El informe subraya la importancia de establecer estrategias para implementar las pruebas del VIH en las poblaciones, especialmente en aquellas que tienen conductas de riesgo. Porque, como reconoce Moreno, «estamos hablando de un problema muy importante que requiere una solución».

Diagnóstico tardío

Al hecho de acudir tarde a recibir el tratamaiento se suma otro dato preocupante, que es el del diagnóstico tardío. Así, se calcula que en nuestro país habría entre 30.000 y 40.000 portadoras del virus personas sin diagnosticar -un 40% aproximadamente-, un dato muy preocupante si se tiene en cuenta que entre el 54% y el 65% de las nuevas infecciones están causadas por personas que no conocían su infección.
El diagnóstico universal -como se hace en EEUU y Canadá- podría ser una solución a esta problema en Europa, apunta Moreno, aunque en España, se barajan otras opciones. Así, adelanta el experto, el Ministerio de Sanidad lleva tiempo elaborando unas recomendaciones que parecen ir hacia un «diagnóstico amplio», aunque este documento, reconoce, «no termina por ver la luz».

Enfermedad indicadora

El Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades (ECDC) propone un diagnóstico más «conservador». Se trata, explica, de que cuando un médico ve a un paciente con una serie de condiciones o enfermedades indicadoras en las que el VIH es más frecuente, realice la prueba. «Una enfermedad indicadora de VIH -apunta Moreno- es aquella en la que la prevalencia del virus es superior al 1%, como por ejemplo una candidiasis, tuberculosis, hepatitis B, etc.».

De este modo, tal y como propone la Plataforma VIH en Europa en las guías 'Enfermedades indicadoras de infección por VIH: Guía para la realización de la prueba del VIH a adultos en entornos sanitarios', y su edición en español realizada por la Plataforma VIH en España, se trata de cambiar el concepto «tradicional» de diagnóstico del VIH por un sistema de vigilancia en el que estén implicados los médicos de atención primaria. De momento, los representantes de la Plataforma VIH en España ya cuentan con la colaboración de las principales asociaciones de primaria en España y acaban de iniciar sus contactos con las distintas consejerías de Sanidad de las distintas Comunidades Autónomas para encontrar la mejor manera de poner en marcha este proyecto. Algo que Moreno espera que funcione porque, según una reciente encuesta de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), apenas un 30% de la población en nuestro país se ha hecho alguna vez la prueba del VIH, y no parece que esto vaya a cambiar de forma voluntaria.

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