En
España, cerca del 51% de los chicos y el 69% de las chicas menores de 15 años
ya han padecido dolor de espalda alguna vez en su vida, según datos aportados
por la Organización Médica Colegial (OMC) y la Fundación Kovacs, en el marco de
la presentación de la Campaña de Prevención del Dolor de Espalda entre los
Escolares Españoles.
Esta
dolencia limita las actividades diarias de los pequeños estudiantes e
incrementa la posibilidad de sufrirla de forma crónica en la edad adulta. En
concreto, es a partir de los 10 años de edad cuando su incidencia aumenta, por
lo que la campaña de este año se centra en los menores de esta edad.
Esta
edición, además, incluye la publicación para escolares del Tebeo de la Espalda,
con el fin de que, de manera fácil, aprendan a cuidar su espalda, con consejos
sobre prevención y, ante la presencia ya de dolor, de cómo minimizar su impacto
y acortar el periodo de recuperación. Este tebeo puede descargarse de forma gratuita
desde la web de la OMC y El Web de la Espalda de la Fundación Kovacs.
El
dolor de espalda y los malos hábitos
Factores
como el sedentarismo, los hábitos posturales incorrectos y hasta la inadecuada
práctica competitiva de algunos deportes son factores demostrados que se
asocian a un mayor riesgo de sufrir dolor de espalda, y que se dan con mayor
frecuencia entre los jóvenes de los países industrializados.
Pero
no hay que engañarse, "el ejercicio y el deporte son buenos para la
espalda", asevera Mario Gestoso, director médico de la Fundación Kovacs.
"Solo si el entrenamiento es erróneo y se repite con mucha intensidad
puede causar desequilibrios en la musculatura que afectan a su funcionamiento
normal e, incluso, provocar deformaciones de la columna vertebral, como sucede
en algunas niñas que practican gimnasia rítmica".
Prevenir
el dolor de espalda: el papel de los progenitores
La
espalda es una estructura fundamental en el organismo y los malos hábitos
pueden pasarle factura incluso a edades tempranas, a tenor de los datos de
incidencia aportados por los expertos. Y como sucede en todas las áreas de
salud, es muy importante el papel activo de los padres en la prevención y la
adopción de hábitos saludables. "Es básico que estos aporten a sus hijos
conocimientos sobre cómo cuidar la salud de la espalda, con una buena higiene
postural, con la práctica habitual de ejercicio y, sobre todo, con el ejemplo
para que tengan un modelo a imitar", explica Gestoso.
Estudios
realizados en distintos países desarrollados han puesto en evidencia que los
adolescentes con dolor de espalda persistente tienen mayor riesgo de padecerlo
de forma crónica cuando son adultos. Estos mismos trabajos también demuestran
que mantenerse físicamente activo y cumplir con las pautas de higiene postural,
para que las actividades cotidianas no la lesionen, son dos normas básicas.
En
personas sanas, el ejercicio físico ayuda a reducir la probabilidad de sufrir
dolor de espalda y "también la práctica de algún deporte concreto (como la
natación) es útil para prevenirlo, aunque es conveniente consultar a un médico
antes de iniciar cualquier actividad física o deporte", aclara Gestoso.
Este experto puntualiza que en quienes padecen o han padecido esta dolencia, un
médico debe determinar qué ejercicios específicos se deben hacer, y con qué
intensidad y ritmo de progresión.
Decálogo
para una espalda sana
Según
Mario Gestoso, para mantener una espalda sana, hay diez normas básicas para
niños y adolescentes que los progenitores deberían supervisar:
-
Mantenerse activo y evitar estar todo el día sentado.
-
Hacer deporte de manera habitual: natación, correr, ir en bici o realizar
ejercicios en el gimnasio. Cualquier ejercicio es mejor que ninguno.
-
Calentar los músculos antes de la actividad física y hacer estiramientos
después. Si se compite en algún deporte, seguir las indicaciones concretas del
entrenador para evitar tener problemas en la espalda.
-
Al estar sentado, mantener una postura adecuada: sentarse lo más atrás en la
silla con el respaldo recto, la espalda erguida y los brazos o codos apoyados;
cambiar de posición de forma frecuente y levantarse cada 45-60 minutos; y si se
tiene que estudiar mucho tiempo, emplear un atril.
-
Al usar el ordenador, la pantalla debe estar frente a los ojos y a la altura de
la cabeza.
-
Vigilar si hay dolor cuando se está en la cama o al utilizar el mobiliario
escolar.
-
Para transportar el material escolar: llevar el menor peso posible y dejar en
casa (o en las taquillas del colegio o instituto), todo lo que no se necesite;
usar mochila con ruedas y de altura regulable o una de tirantes anchos pasada
por ambos hombros. Llevar la mochila tan pegada al cuerpo como se pueda y
colocarla en la zona lumbar o entre las caderas, justo por encima de las
nalgas. No cargar más del 10% del propio peso.
-
No fumar, ya que además ser un veneno para la salud en general, aumenta el
riesgo de sufrir dolor de espalda.
-
Ante el dolor, es mejor consultar al médico sin perder tiempo; cuanto antes se
tomen las medidas necesarias, mejor.
-
Si ya hay molestias, es muy probable que solo se deba a que los músculos no
trabajan de manera adecuada. Lo mejor es evitar el reposo, seguir una vida lo
más normal posible y mantenerse tan activo como se pueda.
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