La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños se alimenten exclusivamente de leche materna durante sus seis primeros meses de vida. Sin embargo, por temor a que la lactancia sea insuficiente para garantizar las necesidades del pequeño, muchas madres introducen una dieta complementaria antes de que se cumpla este periodo.
Un estudio acaba de demostrar que esta práctica está injustificada y que dar solamente el pecho proporciona la energía adecuada para un desarrollo correcto.
"Cuando la madre recibe apoyo y sigue las recomendaciones de la OMS, las tomas de leche son altas, hay una adecuada ingesta de calorías y un crecimiento normal", comentan los autores de este trabajo, de la Universidad de Glasgow (Reino Unido), en el último número de la revista 'Pediatrics'.
Seguimiento
Para llevar a cabo su investigación, estos autores realizaron un seguimiento a un grupo de 50 madres que participaban en diferentes grupos de lactancia en Escocia. Entre otras pruebas, evaluaron cuántas de ellas mantenían la lactancia exclusiva después de 15 y 25 semanas y cuál era la cantidad y la calidad de la leche que estaban tomando sus pequeños -a través de un método para el cálculo de consumo de energía-. Además, también pesaron y midieron periódicamente a los niños para comprobar su desarrollo.
Un total de 47 madres completaron la investigación. De ellas, 41 seguían alimentando exclusivamente con lactancia materna a sus hijos a los seis meses, mientras que el resto habían decidido completar su dieta con otros alimentos, principalmente papillas.
Al cruzar los datos obtenidos, los investigadores comprobaron que no había ninguna evidencia de que los niños que sólo tomaron leche durante sus seis primeros meses de vida tuvieran algún tipo de carencia nutricional. Tanto la cantidad de calorías que ingerían como su crecimiento estaban dentro de los patrones adecuados a su edad, subrayan los investigadores en el trabajo.
El estudio también puso de manifiesto que las madres que amamantaron a sus hijos durante este periodo no tuvieron que cambiar sus hábitos para mantener una adecuada alimentación de los bebés. "Nuestros datos muestran que no se produjeron mayores demandas de lactancia, expresadas en una mayor cantidad de tomas o un mayor tiempo empleado en la lactancia", comentan estos investigadores, quienes subrayan que sus datos echan por tierra el extendido mito de que la leche materna no es suficiente para alimentar a un niño de varios meses.
Si el pecho fuera transparente…
"El único problema que tiene el pecho es que no es transparente y no permite ver cuánto está comiendo el bebé, lo que produce temor en muchas madres", señala a ELMUNDO.es Esperanza Martín, enfermera y coordinadora del comité de lactancia del Hospital La Paz de Madrid.
Sin embargo, según explica esta especialista, el miedo de las madres no es la única barrera con la que se encuentra la lactancia. A veces, el escaso apoyo familiar, la falta de coordinación entre los profesionales sanitarios o las dificultades para conciliar vida laboral y familiar también contribuyen al abandono prematuro de este tipo de alimentación.
En el año 2000, La Paz inició un estudio para comprobar la duración de la lactancia y las causas del abandono de la misma en un grupo de 78 mujeres que habían dado a luz en el centro a través de cesárea. Un 95% de ellas comenzaron a dar el pecho a sus hijos tras su nacimiento. A los 115 días del parto, un 74% continuaban con el hábito de forma exclusiva y unos meses después, sólo un 25% lo mantenía.
"En un 20% de los casos las mujeres habían iniciado otra alimentación porque el pediatra se lo había aconsejado al no tener en cuenta que las curvas de peso en los niños que se alimentan con leche materna y con leche de fórmula son distintas". Otras veces, la recomendación de abandono venía por parte de otros profesionales médicos –debido, por ejemplo, al inicio de determinados tratamientos médicos - e, incluso, por parte de la propia familia de la madre.
"A partir de esos datos, iniciamos un programa de apoyo a la lactancia que, entre otros factores, reforzó la coordinación con otros profesionales sanitarios, que no siempre tienen en mente la importancia de la lactancia, y aportó pautas a las madres para saber cómo solucionar eventuales problemas", subraya Martín.
En 2006 comprobaron que el esfuerzo estaba dando sus frutos. Un estudio similar demostró que, a los 115 días de haber dado a luz, hasta un 96% de las nuevas madres continuaban dando el pecho a sus pequeños.
"La leche materna es el mejor alimento que puede tener un bebé para su adecuado desarrollo y es importante apoyar a las madres para que puedan amamantar a sus hijos", concluye.
Ref: Haz click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario