miércoles, 14 de septiembre de 2011

Comer pescado blanco en el embarazo favorece el desarrollo mental del bebé


El trabajo, según ha explicado a EFE el Codirector del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), Jordi Sunyer, demuestra que el desarrollo es un 3 por ciento mayor en este grupo de niños, según las mediciones que psicólogos infantiles han hecho a estos bebés al cumplir el año y medio.

Según Sunyer, este mayor desarrollo mental se debe a que este tipo de pescado contiene ácidos grasos esenciales, fundamentales para la configuración del cerebro.

Los investigadores empiezan ahora a estudiar a estos niños cuando cumplen cuatro años para ver qué repercusiones tiene el medioambiente en su desarrollo.

En este congreso, Sunyer ha presentado otro estudio que constata que los niños gestados en un entorno de contaminación ambiental tienen más riesgo de tener problemas respiratorios durante el primer año de vida que los que crecen menos expuestos a contaminantes ambientales.

Estos dos trabajos forman parte del proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), formado por una red de investigadores españoles que desde varios puntos de España estudian desde hace años el papel de los contaminantes ambientales más importantes en el aire, agua y en la dieta durante el embarazo e inicio de la vida, y sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil.

En este estudio participan 3.500 mujeres que fueron reclutadas durante el primer trimestre del embarazo en varias zonas de España, en Guipúzcoa, Asturias, Sabadell (Barcelona), Ribera d'Ebre (Tarragona), Valencia, Granada y Menorca, para ver los efectos del medioambiente en el embarazo y posterior crecimiento de los niños.

Sunyer ha recordado que las exposiciones prenatales a los contaminantes medioambientales y en el inicio de la vida, incluyendo la dieta, están asociadas con la salud infantil y el desarrollo humano.

Además, los niños son especialmente vulnerables a sus efectos porque están en proceso de crecimiento, y su sistema inmunológico y mecanismos de desintoxicación no están completamente desarrollados, lo que les hace más vulnerables a exposiciones ambientales que los adultos.

Se estima que hay unos doscientos productos industriales a los que todos estamos expuestos, que causan toxicidad en los seres humanos, sustancias que pueden introducirse en el cerebro y en la sangre y causar toxicidad.

Más de 1.200 expertos en epidemiología ambiental de sesenta países asisten en Barcelona a este congreso, en el que casi el 20 por ciento de las ponencias tiene relación con factores medioambientales y su repercusión en los niños.



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