martes, 6 de septiembre de 2011

El tamaño del dedo anular, ligado a las hormonas sexuales, puede dar a conocer el origen de algunas enfermedades


Biólogos de la Universidad de Florida han encontrado una razón por la que el dedo anular de los hombres es generalmente más largos que su dedo índice, y por qué ocurre a la inversa en las mujeres. El hallazgo podría ayudar a los profesionales médicos a entender el origen de ciertas conductas y enfermedades, que pueden ser útiles para la personalización de los tratamientos o la evaluación de riesgos en el contexto de condiciones médicas específicas.
En un artículo publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', los biólogos del desarrollo Martin Cohn y Zhengui Zheng, del Instituto Médico Howard Hughes y el Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida (Estados Unidos), muestran que las proporciones de los dedos de hombres y mujeres están determinadas por el equilibrio de las hormonas sexuales durante el desarrollo embrionario temprano. Las diferencias en cómo estas hormonas activan los receptores en hombres y mujeres afectan al crecimiento de dedos específicos.
El descubrimiento proporciona una explicación genética a una serie de estudios que relacionan las proporciones de los dedos con rasgos que van desde el número de espermatozoides, la agresividad, la habilidad musical, la orientación sexual y la destreza deportiva, a problemas de salud tales como el autismo, la depresión, los ataques al corazón y el cáncer de mama. Desde hace tiempo se sospecha que la relación entre los tamaños de los dedos se ve influenciada por las hormonas sexuales, pero hasta ahora la evidencia experimental directa era deficiente.
"El descubrimiento de que el crecimiento de los dedos en desarrollo es controlado directamente por los andrógenos y la actividad del receptor de estrógeno, confirma que las proporciones de los dedos son una firma para toda la vida de nuestro entorno hormonal temprano", afirma el doctor Cohn, y añade que "además de comprender la base de una de las diferencias más extrañas entre los sexos, es emocionante pensar que nuestros dedos pueden decirnos algo acerca de las señales a las que fuimos expuestos durante un corto período de nuestro tiempo en el útero. Existe una creciente evidencia de que una serie de enfermedades en el adulto son de origen fetal. Con los nuevos datos, hemos demostrado que la proporción los dedos refleja la actividad del andrógeno prenatal y del estrógeno".
Cohn y Zheng descubrieron que los dedos en desarrollo de los embriones de ratones machos y hembras está relacionado con los receptores para las hormonas sexuales. Al seguir el desarrollo prenatal de los dedos de los ratones, similares a los humanos, los científicos controlaron el gen de la señalización de los efectos del andrógeno - también conocida como testosterona - y el estrógeno.

En esencia, una mayor cantidad de andrógeno equivalía a un cuarto dedo proporcionalmente más largo. Más estrógeno resultó en un aspecto feminizado.
El estudio puso de manifiesto cómo estas señales hormonales regulan la velocidad a la que las células precursoras dividen del esqueleto, y demostró que los huesos de los dedos tienen diferentes niveles de sensibilidad a los andrógenos y estrógenos.
Desde la época romana, se ha asociado el cuarto dígito de la mano con el uso de anillos. En muchas culturas, un dedo anular más largo en proporción en los hombres ha sido tomado como un signo de fertilidad. "He estado tratando de entender este rasgo desde el año 1998", afirma el doctor John T. Manning, profesor de la Universidad de Swansea en el Reino Unido, que no participó en la investigación actual.
"Cuando Zheng y Cohn bloquearon los receptores de testosterona, obtuvieron un radio de tamaño digital femenino", comenta Manning, "cuando añadieron testosterona rasgos súpermasculinos, y cuando se agregaron estrógeno, rasgos súperfemeninos. El estudio nos ha proporcionado una lista de 19 genes sensibles a la testosterona y a los estrógenos prenatales. Gracias a ello, ahora podemos estar más centrados en el examen de los vínculos entre la relación del tamaño de los dedos y algunas conductas sexuales, enfermedades del sistema inmune, enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer".

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