jueves, 1 de septiembre de 2011

La resistencia a los antibióticos es mucho más antigua de lo que se pensaba


La manera en que las bacterias desarrollan con rapidez resistencia a los antibióticos asombró a los científicos cuando éstos fueron desarrollados hace menos de un siglo. Ahora, investigadores de la Universidad McMaster (Canadá) han descubierto que las bacterias llevan desarrollando dicha resistencia desde hace, al menos, alrededor de 30.000 años.
Los resultados de la investigación, publicada hoy en la revista 'Nature', muestran que la resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, anterior al moderno uso clínico de los antibióticos.
"La resistencia a los antibióticos representa, hoy en día, un problema; los antibióticos son cada vez menos eficaces debido a la difusión de la resistencia en los hospitales", afirma Gerry Wright, uno de los investigadores principales del estudio y director científico del Instituto de Investigación de Enfermedades Infecciosas Michael G. DeGroote. "La gran duda es el origen de esta resistencia".
Después de años estudiando ADN bacteriano extraído de suelo congelado de 30.000 años de edad (en el Territorio del Yukón, Canadá), los investigadores fueron capaces de desarrollar métodos para aislar este ADN en el Ancient DNA Centre de McMaster. Mediante técnicas de biología molecular, desarrollaron métodos para analizar pequeños fragmentos de ADN antiguo.
Los investigadores descubrieron genes de resistencia a los antibióticos junto a genes de ADN antiguo, como genes de mamuts, caballos y bisontes, así como plantas del último período interglaciar en el Pleistoceno, hace 30.000 años. Los científicos se centraron en la resistencia de los antibióticos a la vancomicina, un problema clínico importante que surgió en 1980 y que está asociado a brotes de infecciones nosocomiales en todo el mundo.
Según el estudio, estos genes están presentes en las profundidades del hielo, y son consistentes con la edad de otros genes, como los del mamut. Brian Golding, del Departamento de Biología de McMaster, explica que estos genes no fueron contemporáneos, sino que formaban parte de una misma familia. A continuación, recrearon el producto genético en el laboratorio, purificaron la proteína y demostraron que poseíann la misma actividad y estructura entonces que hoy en día. Esta es la segunda vez que una proteína antigua es 'revivida' en un laboratorio.
Según Wright, el avance tendrá un impacto importante en la comprensión de la resistencia a los antibióticos, en sus palabras, "los antibióticos son parte de la ecología natural del planeta, por lo que cuando pensamos que hemos desarrollado una droga que no ocasionará resistencia nos estamos engañando a nosotros mismos por completo. Los antibióticos son parte de nuestro mundo natural y, por lo tanto, tenemos que ser muy cuidadosos al utilizamos".

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