martes, 23 de abril de 2013

El recorte del sueño perjudica las funciones de los vasos sanguíneos



Un nuevo estudio realizado por Keith Pugh, Shahrad Taheri, y George Balanos, todos de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, encontró que reducir la duración del sueño durante dos noches consecutivas conduce a una función vascular menos saludable y alteración del control de la respiración. El equipo discutirá el resumen de su estudio, titulado 'Los efectos de la restricción del sueño sobre el control respiratorio y vascular', en la reunión de Biología Experimental 2013, que se celebra entre el 20 y el 24 abril, en Boston (Estados Unidos).

Como los resultados se presentaron en una conferencia científica, deben ser considerados como preliminares, al no haberse sometido al proceso de revisión que se lleva a cabo antes de que sean publicados en una revista científica. Los investigadores trabajaron con ocho voluntarios adultos sanos de entre 20 a 35 años y para las dos primeras noches de estudio, hicieron que los participantes durmieran una noche de ocho horas y, a partir de ahí, en lugar de restringir el sueño por completo, les hicieron dormir sólo cuatro horas en cada una de las tres noches consecutivas.

Después de las dos primeras noches de sueño restringido, los investigadores encontraron una reducción significativa de la función vascular en comparación con la de tras las noches de sueño normal. Sin embargo, después de la tercera noche de restricción del sueño, la función vascular regresó a la línea base, posiblemente una respuesta de adaptación a la pérdida aguda del sueño, explica Pugh, líder del estudio.

En otras pruebas, los investigadores expusieron a los sujetos a niveles moderadamente altos de dióxido de carbono, que normalmente aumenta la profundidad y la tasa de respiración y el control de la respiración se redujo sustancialmente después de que los voluntarios perdieron horas de sueño. Los investigadores luego hicieron a estos voluntarios dormir diez horas cada noche durante cinco noches y, después de completar las mismas pruebas, los resultados mostraron que la función vascular y el control de la respiración habían mejorado.

Según Pugh, los resultados podrían sugerir un mecanismo detrás de la relación entre la falta de sueño y la enfermedad cardiovascular. "Si la pérdida aguda del sueño se produce repetidamente durante un largo período de tiempo, entonces la salud vascular podría estar aún más comprometida y, finalmente, mediar en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular", explica.

Del mismo modo, la pérdida de control de la respiración que los investigadores observaron podrían desempeñar un papel en el desarrollo de la apnea del sueño, que también se ha relacionado con la enfermedad cardiovascular. Pugh añade que algunas poblaciones que tienden a dormir periodos más cortos, como los ancianos, podrían estar en un riesgo aún mayor de sufrir estos efectos adversos para la salud.

Jugar al tetris ayuda a mejorar el 'ojo vago' en adultos



Más cómodo y más entretenido que llevar un parche en el ojo. Según un nuevo estudio, jugar al tetris podría mejorar la visión espacial de las personas con ambliopía, un trastorno más comúnmente conocido como 'ojo vago'. Y lo más novedoso es que este progreso se ha observado en pacientes adultos, en los que parece que ningún tratamiento funciona.

Tal y como apunta la investigación canadiense, realizada por un grupo de científicos del Instituto de Investigación de la Universidad McGill (Montreal, Canadá), la ambliopía es la principal causa de deterioro visual en los niños, que afecta a un 3% de la población.

José María Rodríguez Sánchez, jefe de sección de Oftalmología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, en Madrid, lo explica así: "Es un problema del desarrollo de la visión. A veces, los ojos tienen distinta graduación o uno tiene más estrabismo que otro. Entonces el cerebro se queda con el ojo 'bueno' y va anulando el que tiene más problemas de visión".

En la actualidad, el tratamiento de este trastorno visual incluye el uso de gafas y parches (oclusión del ojo 'bueno' para que el 'perezoso' trabaje más) y "también recomendamos entrenamiento" (actividades de fijación, colores...). "En el 95% de los niños que se tratan antes de los 10 años se recupera la visión. Dependiendo de distintos factores (la diferencia de graduación, la existencia de estrabismo o si el niño ha nacido con catarata congénita), puede tardar unos meses o años".

El problema llega cuando el paciente es mayor, de ahí que la detección precoz sea tan importante, subrayan los autores del estudio, publicado en 'Current Biology'. "Normalmente, a partir de una edad, el tratamiento no consigue mejoras. A veces, al cabo de un año, los avances logrados se pierden; y en otras existe el riesgo de desarrollar visión doble", argumenta Rosario Gómez de Liaño, encargada de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid y presidenta de la Sociedad Europea de Estrabismo.

Para afrontar el reto de la edad, los investigadores de la Universidad McGill pusieron en marcha un trabajo centrado en 18 adultos con ambliopía. Quisieron analizar una nueva vía terapéutica basada en el popular videojuego tetris. Para comprobar hasta qué punto el hecho de girar piezas y completar líneas podía mejorar la visión de estos pacientes, les dividieron en dos grupos. La mitad de ellos jugaba al tetris utilizando exclusivamente un ojo, el más débil. El otro llevaba un parche. El resto de los miembros del estudio podían recrearse con los dos ojos, pero con condiciones. Tenían que usar unas gafas especiales (con una especie de filtro), de tal manera que con uno de los ojos veían caer los objetivos y con el otro sólo visualizaban las líneas que iban formando. Así "obligamos a que los dos ojos trabajaran de forma conjunta", remarca el principal autor de la investigación, Robert Hess.

Al cabo de dos semanas, la visión del grupo que usaba los dos ojos para completar las líneas del tetris "mejoraba notablemente". De hecho, cuando los pacientes del primer grupo (sin avances significativos) probaron a jugar con las gafas, se beneficiaron del mismo progreso. El cerebro humano adulto, asegura Robert Hess, "tiene un importante grado de plasticidad (capacidad de mejora) que aumenta cuando los dos ojos cooperan en la tarea encomendada. Esto es clave para el tratamiento de algunos trastornos visuales que desarrollan en la infancia".

Habrá que ver ahora, coinciden los dos expertos españoles consultados por ELMUNDO.es, si esta mejora se mantiene en el tiempo y, como adelantan los investigadores, el próximo paso será analizar los efectos de esta nueva vía terapéutica en los niños.

Aunque los resultados de este trabajo son prometedores, añade el doctor Rodríguez Sánchez, "hay que tomarlos con cierta cautela. De momento, según los estudios multicéntricos, la oclusión es lo más eficaz para estimular el ojo 'vago', pero es cierto que ya en la práctica clínica, como medida complementaria, recomendamos los videojuegos".

La muerte súbita provoca diez veces más muertes que los accidentes de tráfico



Cada año cerca de 20.000 españoles fallecen por muerte súbita, diez veces más que el total de muertes por accidente de tráfico (2.060 víctimas en 2011, según datos de la DGT). «Se debe hacer hincapié en la seriedad de estas cifras, ya que se le da mucha relevancia al riesgo de muerte por accidente y muy poca a la muerte por causa cardiovascular. Es tan importante el conocimiento sobre cómo evitar accidentes de tráfico como el de prevenir y tratar correctamente las enfermedades del corazón», destaca Ángel Moya, de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

La muerte súbita es una muerte natural que ocurre de forma instantánea o durante la primera hora desde el comienzo de los síntomas, en un paciente con enfermedad previa conocida o sin ella, pero en el que el momento y la forma de la muerte son totalmente inesperados. Estos episodios son responsables del 50% de las muertes cardiovasculares y entre el 15% y el 20% del total de defunciones. Sus causas varían según la edad. Antes de los 35 años, suele deberse a anomalías congénitas y, a partir de los 35 años, el 90% de los casos se explica por padecimiento de cardiopatía isquémica.

Los casos de muerte súbita son especialmente llamativos en el mundo del deporte que, aunque sólo corresponden al 5% de los casos, alarman porque afectan a personas jóvenes, sanas y atléticas. Hoy en día se calcula que esta enfermedad sorprende a uno de cada 100.000 deportistas de menos de 35 años y a uno de cada 15.000 deportistas de más de 35 años cada año.

Origen genético

En este sentido, Felipe Rodríguez Entem, del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, Santander, destaca que, «en ocasiones se han relacionado estos casos con la toma de sustancias dopantes y, pese a ser un tema muy preocupante, la realidad es que la muerte súbita como consecuencia del dopaje se da solo en casos aislados -y añade-, hoy sabemos que la gran mayoría de los casos de muerte súbita en deportistas se producen por enfermedades de origen genético. La gravedad del problema estriba en que en la mayoría de los casos una exploración mínima y un electrocardiograma, con eventualmente alguna otra exploración, podrían detectar a tiempo el problema, evitando que finalmente tuviera lugar la muerte súbita. Además, ahora, disponemos de tests genéticos que aplicados con rigor y por cardiólogos expertos en arritmiología, o medicina del deporte, ayudan en el diagnóstico definitivo».

Son múltiples los estudios que demuestran los beneficios de practicar deporte y que este es bueno para el corazón, sin embargo, antes de realizar un ejercicio que requiera de gran esfuerzo debemos tomar una serie de precauciones. En la sociedad actual es cada vez más frecuente la realización de actividad deportiva intensa en personas no entrenadas o que llevan mucho tiempo sin practicar ningún tipo de ejercicio físico. Estas prácticas son sumamente peligrosas, por lo que antes de empezar a practicar deporte en estas circunstancias se debería llevar a cabo una valoración del estado cardiovascular de cada individuo. «El inicio de la práctica deportiva debe ser progresivo y estar adecuado a nuestra edad, nuestras circunstancias físicas y nuestros factores de riesgo», prosigue Rodríguez Entem.

Riesgo mortal

Es por este motivo que la SEC quiere recordar que es importante tener conciencia de la intensidad y el volumen que se realiza cuando se practica un deporte, puesto que estos pueden tener efectos beneficiosos para el corazón, o, contrariamente, suponer un riesgo letal. De esta manera, con la organización de la carrera lo que se pretende es concienciar a la población sobre la importancia de realizar ejercicio como uno de los hábitos más efectivos para la prevención de todo tipo de enfermedad cardiovascular, pero siempre con moderación, prudencia y sentido común. «La supervisión médica es fundamental para poder gozar de forma segura de los grandes beneficios para nuestra salud y de los magníficos momentos que puede proporcionarnos el ejercicio físico», apunta Rodríguez Entem.

«Otro de los graves problemas que impide, en muchos casos, la supervivencia tras una parada cardiorrespiratoria (PCR) es que menos del 10% de la población conoce las técnicas necesarias para actuar debidamente al presenciar una parada cardiaca. Si tenemos en cuenta que una intervención rápida y eficaz durante los primeros minutos representa la única posibilidad de supervivencia, esto significa que son muy pocos los que logran salvarse tras padecer un evento de esta índole», se lamenta Ángel Moya. «Debemos tomar conciencia de que es necesaria una rápida intervención, especialmente durante el primer minuto, ya que cada minuto que pasa se reducen entre un 7% y un 10% las probabilidades de recuperación», señala.

lunes, 22 de abril de 2013

Los españoles son resistentes a los antibióticos



Desde hace años, en los hospitales de medio mundo se libra una guerra contra un enemigo invisible a simple vista. Se trata de las superbacterias resistentes a muchos de los antibióticos conocidos y que pueden causar infecciones letales. En Europa este tipo de microorganismos mata a unas 25.000 personas al año y en EEUU la cifra llega a las 30.000 personas. Lo más alarmante es que gran parte de la culpa la tiene el mal uso que hacemos de los antibióticos. El empleo indiscriminado de estos fármacos en la industria alimentaria para evitar enfermedades en animales y el laxo seguimiento de los tratamientos con antibióticos en personas fomentan que las bacteriasevolucionen mecanismos de resistencia de forma más rápida. Esto no sería un problema si cada poco tiempo salieran al mercado nuevos antibióticos, pero, lamentablemente, eso no sucede y a veces llega un momento en el que la batería de fármacos disponibles se agota.

Un estudio acaba de confirmar un nuevo reservorio de resistencia a antibióticos. En este caso no está en las granjas ni en los hospitales, sino en la flora intestinal de cientos de personas. El estudio, publicado en Genome Research, ha rastreado muestras de España, EEUU, Dinamarca, Japón, Francia e Italia en busca del nivel potencial de resistencia a antibióticos de sus habitantes. Los resultados indican que España registra uno de los niveles más altos de resistencia potencial a antibióticos comparado con EEUU o Dinamarca. Aunque aún no están claras las consecuencias clínicas de este hallazgo, sus autores alertan de que, potencialmente, tener un mayor potencial de resistencia a antibióticos puede empeorar seriamente una simple infección o causar problemas en operaciones quirúrgicas.

"Los resultados no implican que las personas con alto potencial de resistencia tengan más riesgo de ser infectados por bacterias peligrosas, pero sí que, una vez infectados, serán más difíciles de tratar", explica a Materia Kristoffer Forslund, investigador del Laboratorio Europeo de Biología Molecular y coautor del estudio.

Su equipo se ha centrado en el resistoma, un término que identifica el conjunto de genes que aportan resistencia a antibióticos y que están presentes en la flora bacteriana de cualquier persona. Los genes de resistencia son como piezas de una armadura contra los fármacos que una bacteria puede crear por sí misma en contacto con los antibióticos o bien intercambiarse con otros microorganismos similares. Esta posibilidad es la más peligrosa, ya que puede dar lugar a bacterias casi totalmente protegidas ante los fármacos.

Los investigadores analizaron el resistoma de 142 personas de EEUU, 39 de España y 71 de Dinamarca, rastreando en sus heces genes que aportan resistencia a un total de 68 antibióticos. Lo resultados indicaron que los españoles tenían muchos más genes de resistencia que los de EEUU y los de Dinamarca. En un caso, uno de los pacientes españoles analizados tenía 30 veces más resistencia que la media a la cefalosporina, un tipo de antibióticos, y 100 veces más resistencia que la media a los macrólidos.

Los resultados apuntan que los antibióticos a los que más potencial de resistencia hay son aquellos que llevan más tiempo en el mercado. El trabajo también destaca que, dependiendo del país, hay más resistencia a los antibióticos que más se usan en animales cuya carne se destina a consumo humano.

"Hace 40 o 50 años la presencia de antibióticos era casi nula, pero ahora están por todas partes", apunta Forslund. Los investigadores cruzaron los datos de los tres países analizados con los de Francia e Italia, países mediterráneos cuyos habitantes resultaron tener potenciales de resistencia similares a los de España. Sin embargo, los japoneses, otro de los pueblos analizados, tenían unos niveles similares a los de EEUU. También se analizaron casos de Malawi, en África, que resultaron tener un potencial de resistencia muy elevado.

"Aún no sabemos qué impacto clínico tiene el potencial de resistencia que hemos encontrado", reconoce Forslund. Por ahora no se puede relacionar directamente con la mayor presencia de infecciones con bacterias resistentes a varias líneas de antibióticos, aunque, según Forslund, países como Dinamarca tienen menos casos que España, por ejemplo.

Resistencia al último recurso

"Evidentemente la flora intestinal es un reservorio importante para mantener genes de inmunidad", reconoce José Campos, responsable del área de bacteriología de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosas. Campos reconoce que los índices de posible resistencia detectados "son potencialmente muy peligrosos", aunque reincide en que no se puede relacionar directamente con una incidencia mayor de infecciones reales, por ahora. "Es normal que Dinamarca tenga menos incidencia de las bacterias multirresistentes porque es un país de 10 millones de personas, mientras en España hay 47 millones y hospitales mucho más grandes donde los brotes son más difíciles de controlar", señala

"El estudio es relevante porque, por ejemplo, muestra que el 30% de los españoles analizados tienen genes de resistencia a antibióticos de último recurso", añade Campos. Pero el experto matiza que el estudio es aún preliminar. En primer lugar el número de pacientes analizados es muy reducido, por lo que será necesario analizar más pacientes para sacar conclusiones más detalladas sobre el impacto de esta resistencia en la salud. Por otro lado, Campos opina que, mientras el trabajo genético realizado por el equipo del EMBL "es muy importante", su relación con el uso de antibióticos en la industria alimentaria debe ser analizado con más profundidad.

Los espacios verdes pueden aumentan el bienestar



Una nueva investigación publicada en la revista 'Psychological Science' ha encontrado que las personas que viven en zonas urbanas con más espacios verdes tienden a reportar menos angustia y un mayor bienestar de los habitantes de la ciudad que no cuentan con parques, jardines, u otro espacio verde cercano.

En la investigación, dirigida por el doctor Mathew White, del Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, en Truro, Cornwall (Reino Unido), se examinaron los datos de una encuesta nacional de hogares del Reino Unido mantenida a lo largo del tiempo.

Es importante destacar que esta asociación se mantuvo incluso después de que los investigadores tuvieron en cuenta los cambios vividos por los participantes, el empleo, el estado civil, la salud física y el tipo de vivienda. White y sus colegas se sorprendieron por la magnitud de los efectos de vivir en una zona verde en comparación con aquellos que no habitan en ciudades así.

"Hemos encontrado que vivir en una zona urbana con niveles relativamente altos de espacio verde puede tener un impacto significativamente positivo en el bienestar, más o menos igual a un tercio del impacto de estar casado", afirman los expertos, que aseguran que este efecto es equivalente a una décima parte de los efectos de estar empleado frente a las personas en paro.

Los resultados muestran que incluso cuando se comparan con otros factores que contribuyen a la satisfacción con la vida, vivir en un área verde tiene un efecto significativo. "Este tipo de comparaciones son importantes para las autoridades cuando se trata de decidir cómo invertir los escasos recursos públicos, como en el desarrollo o mantenimiento de un parque y averiguar qué obtendrá por la inversión", dice White.

Los resultados de los estudios anteriores han sugerido una relación entre espacios verdes y el bienestar, pero no fueron capaces de descartar la posibilidad de que las personas con mayores niveles de bienestar simplemente se trasladan a zonas más verdes. White y su equipo resolvieron el problema mediante el uso de datos longitudinales (datos obtenidos de la observación repetida de los participantes a través del tiempo) de la encuesta nacional, recolectados anualmente de más de 10.000 personas entre 1991 y 2008.

La nueva investigación no prueba que el paso a una zona más verde necesariamente cause un aumento de la felicidad, pero encaja con los resultados de estudios experimentales que muestran que los períodos cortos de tiempo en un espacio verde pueden mejorar el estado de ánimo de las personas y el funcionamiento cognitivo. Si bien el efecto de una sola persona puede ser pequeño, White señala que los posibles efectos positivos de los espacios verdes en la sociedad en general pueden ser sustanciales.

"Esta investigación podría ser importante para los psicólogos, funcionarios de salud pública y los planificadores urbanos que estén interesados en aprender acerca de los efectos que la planificación de la urbanización y la ciudad puede tener en la salud y el bienestar de la población", concluye este experto.

Ascienden a 20 las muertes por la nueva cepa de gripe aviar H7N9 en China



Tres nuevas muertes por la gripe aviar H7N9 en el fin de semana elevaron a 20 el total de fallecidos por este nueva cepa del virus en China, mientras que la cifra de contagiados supera por primera vez el centenar de personas, informaron las autoridades sanitarias chinas.

Diez nuevos casos en el fin de semana elevaron a 102 los afectados, aunque 12 de ellos fueron dados ya de alta.

La municipalidad de Shanghái, en el este del país, continúa siendo la zona donde se han registrado más casos mortales (11 de los 33 registrados), mientras que la vecina provincia de Zhejiang es la que contabilizó más contagios (38, entre ellos cinco mortales).

Un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó este fin de semana las investigaciones sobre el origen y características de la nueva enfermedad, que no se había detectado en humanos hasta el pasado mes de marzo.

Todos los afectados actualmente han sido aislados y están siendo tratados en hospitales designados, mientras las autoridades insisten en que por ahora no hay indicios de contagio entre humanos, sólo de aves a personas.

Medidas para controlar la expansión

China ha tomado varias medidas para controlar la expansión de esta enfermedad -que ha aparecido cuando se cumplen 10 años de una de las últimas grandes alertas sanitarias vividas en el país, la del SARS-, entre ellas el cierre de varios mercados de aves vivas de corral en las principales ciudades del país.

El Gobierno también ordenó esta semana la suspensión de la venta de aves silvestres para evitar la propagación del virus, y se ha prohibido el contacto directo entre humanos y animales en los zoológicos.

viernes, 19 de abril de 2013

Después del gimnasio... una cerveza



Tomarse una o dos cañas con los amigos tras 'machacarse' en el gimnasio es para muchos un premio, pero buena parte de ellos no saben que este consumo moderado de la 'reina de los bares', acompañado con unas tapas saladas, les permite recuperar todo el agua y el sodio que han perdido.

Pero eso sí, como dice el doctor Carlos Peñas-Ruiz, investigador de la Universidad de Swansea (Inglaterra), se puede hablar de esos beneficios de la cerveza tras hacer ejercicio, siempre que sea un consumo moderado y después de haberse rehidratado con agua.

Y consumo moderado se entiende como de unas tres cañas en el caso de los hombres y dos en el de las mujeres, con lo que no vale, por tanto, lo del partido de fútbol de los domingos con los amigos y después 'hincharse' de botellines, si seguimos la teoría del experto.

"No podemos decir a una persona que se beba seis o siete litros de cerveza porque no es consumo moderado y le estaremos generando una intoxicación, pero si tomamos una o dos cañas con los amigos después de hacer ejercicio y se lleva una dieta equilibrada no va a tener efectos negativos en nuestra vida", según Peñas-Ruiz.

Es más, va a facilitar la rehidratación porque la cerveza tiene un alto contenido en agua (entre 90 y 92 %), pero además también contiene carbohidratos y electrolitos, así como vitaminas y compuestos antioxidantes.

Ese consumo moderado, además, según un estudio de la Universidad de Granada, puede contribuir a mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales del estrés por su contenido en maltodextrinas, unos carbohidratos que facilitan una adecuada hidratación en competiciones de larga duración.

"Una o dos cervezas, combinadas con una tapita o un pincho, que normalmente son saladas, nos va a ayudar a reponer -según el experto- la pérdidas de agua y sodio, y también de glucógeno, que es como la energía que se almacena en nuestros músculos y que la vamos a utilizar durante el ejercicio".

La cerveza tiene una baja graduación alcohólica, pero hay muchos a los que no les gusta el alcohol o no deben tomarlo, y pueden optar por la 'sin' porque si de lo que se trata es de rehidratar tras el ejercicio las dos bebidas tienen los mismos beneficios y pueden ser una estrategia aceptable para facilitar la hidratación.

Además, ese consumo moderado en personas sanas que hacen ejercicio físico proporciona protección al sistema cardiovascular y se suele acompañar de una dieta equilibrada, con una mayor ingesta de verduras, legumbres, pescado, cereales y aceite de oliva.

Por tanto, lo de la "barriguita cervecera" parece ser un mito en el caso de estas personas que ingieren una cantidad moderada.

"Si el aporte calórico de la cerveza que se ingiere está en equilibro con nuestras perdidas por la actividad y el gasto metabólico no tiene por qué aumentar nuestra barriga, nuestra masa corporal ni acumularse la grasa en la cintura", dice el investigador.

Es decir, que de lo que se trata, como dice Peñas-Ruiz, es de una de las máximas que figuraban a la entrada del Templo de Apolo en Delfos: "Nada en exceso".