lunes, 13 de octubre de 2014

EEUU culpa del primer contagio de ébola en su territorio a la enferma, aunque no sabe qué falló



Los vecinos de la Avenida Marquita, de Dallas, se despertaron ayer con la policía llamando a las puertas de sus casas. A Carleen Guerrero le tocó a las 5 de la mañana, según relataba ayer la web del diario 'Dallas Morning News'. "Llamaron con insistencia, porque eran las 5 y yo estaba dormida. Y cuando me levanté y pregunté "¿quién es?", me dijeron, "la policía de la ciudad"".

Cuando les abrió la puerta, Guerrero se encontró con dos agentes y un miembro de los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés), que le informaron de que una persona que vivía al otro lado de la calle había sido diagnosticada con ébola y le dieron folletos acerca de la enfermedad. Otros vecinos recibieron llamadas telefónicas informándoles. Y también los hubo que se encontraron en el felpudo de la puerta de casa con dos papeles con el sello de los CDC, el título 'Ébola' y los 'Transmisión', 'Síntomas', 'Riesgo de contagio' y 'Diagnóstico'.

Todas esas actuaciones se habían desencadenado tras la detección, unas horas antes, de ébola en una persona, cuya identidad no ha sido desvelada, que trabajaba como profesional sanitario -presumiblemente una enfermera- y atendió a Thomas E. Duncan, el ciudadano liberiano que fue el primer caso diagnosticado de ébola en EEUU y que murió el miércoles. La persona tiene una concentración del virus en sangre "baja", según dos tests que le han sido realizados.

Como en el caso de la enfermera española, Teresa Romero, las autoridades estadounidenses apuntan a un fallo humano. El director de los CDC, Thomas Frieden, dijo en rueda de prensa que este caso "indica que hubo una rotura del protocolo" de seguridad. Pero, también al igual que en el caso de España, en EEUU no son capaces de decir dónde se rompió el procedimiento.

El argumento del CDC es que las normas para la interacción con enfermos de ébola han funcionado siempre. Así que, si algo va mal, la culpa no es de las normas, sino de las personas. Según Frieden, la trabajadora sanitaria "no ha podido identificar" un episodio concreto en el que se pudiera haber producido la infección.

Una portavoz de los CDC reafirmó esa postura al declarar a ELMUNDO ayer que "nuestro director ha dicho que, en algún momento, debe haberse producido alguna ruptura del protocolo". La misma persona dijo no tener más información acerca de cuál había sido el error humano concreto. La nota de prensa del CDC en la que se informaba del nuevo caso no mencionaba las causas del contagio.

'La aparente ruptura del protocolo'

La Casa Blanca emitió ayer un comunicado hablando de "la aparente ruptura del protocolo". Es decir con más cautela que los CDC. Según ese comunicado, el presidente Barack Obama "ha ordenado" a la secretaria de Salud, Sylvia Burwell, que "la investigación de los CDC sobre la aparente ruptura del protocolo se realice tan deprisa como sea posible" y que "se tomen los pasos necesarios para asegurar que el sistema sanitario está preparado para seguir los procedimientos correctos".

El diario 'The Washington Post' afirma hoy que "el caso plantea nuevas dudas acerca de si los hospitales del país, con la excepción de unos pocos centros altamente especializados, están verdaderamente preparados para tratar el virus del ébola con seguridad, y si las enfermeras y médicos que están en 'primera línea' han recibido la adecuada formación acerca del diagnóstico y el tratamiento".

Duncan había estado en el hospital el día 26 de septiembre, pero entonces no se le identificó como potencial portador del ébola pese a tener más de 39 grados de fiebre. Dos días después regresó, y entonces fue diagnosticado y aislado. A partir de ese momento todo el personal médico que lo atendió tomó las medidas de protección estipuladas por el CDC que incluyen el uso de un Equipo de Protección Personal (PPE, según sus siglas en inglés). Fue entonces cuando la enferma estuvo en "contacto intenso" con él.

En este nuevo caso, fue la propia enfermera quien alertó a las autoridades de su posible contagio en la noche del sábado. Como todo el personal que ha entrado en contacto con pacientes infectados por el virus, la sanitaria se tomaba la temperatura dos veces al día para detectar posibles signos tempranos de infección. Entre el primer síntoma y su ingreso en aislamiento total en Urgencias en el hospital pasaron "menos de 90 minutos" según declaró en rueda de prensa Daniel Varga, jefe clínico del Hospital Presbiteriano.

La paciente llevó "guantes, bata y máscara" en todo momento cuando interactuó con Duncan, siguiendo las "precauciones del CDC". Varga dijo estar "muy preocupado" de que una infección se haya podido dar incluso en esas circunstancias. El Alcalde de Dallas, Mike Rawlings, agregó que inmediatamente después de su ingreso, las autoridades descontaminaron y aislaron el coche que permanecía en el garaje del hospital y que la paciente usó para conducir hasta allí. Barandillas y otras piezas de mobiliario que pudo haber tocado en su camino han sido también desinfectadas, al igual que su domicilio.

Los CDC están evaluando los posibles contactos que la enfermera tuvo desde la aparición de los primeros síntomas -a partir de este momento es cuando se considera a un paciente contagioso, no antes-. La enfermera cree que solo fue una persona, según informó la cadena de televisión Fox News.

Los laboratorios de los CDC en Atlanta realizaron ayer otro test para confirmar la presencia del virus en la enferma. Frieden declaró que el resto de los trabajadores que tuvieron contacto con Duncan desde su aislamiento pasarán a estar vigilados por las autoridades sanitarias. Ninguno de éstos-incluyendo a la enferma-forma parte de grupo de 48 personas que estaban ya bajo observación en relación con el caso del liberiano. Aunque Frieden no descarta más casos en ese grupo, insistió en que "no hay duda de que podemos romper los enlaces en la cadena de transmisión [de la enfermedad]. Lo hemos hecho antes'.

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