El
44 por ciento de los pacientes crónicos en España incumple el tratamiento
prescrito en los centros sanitarios y esta circunstancia eleva el riesgo que
tienen de volver a ser ingresados en un hospital en los siguientes treinta
días, con la consiguiente repercusión en el gasto farmacéutico.
Estos
datos los ha presentado hoy la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria en
Valladolid, que acoge la 59 edición del Congreso Nacional de esta entidad con
la presencia de cerca de un millar de profesionales hasta el próximo viernes y
con el objetivo de analizar, entre otras cuestiones, las posibles soluciones al
incumplimiento de los tratamientos farmacológicos.
El
presidente de esta sociedad, José Luis Poveda, ha afirmado que le parece
"escalofriante" que sólo el 56 por ciento de los pacientes medicados
cumpla con su tratamiento, aunque ha considerado que "lo más
sangrante" es que de entre quienes lo incumplen "sólo el 13 por
ciento se ven a sí mismos como incumplidores".
De
hecho, de entre las personas que reingresan en un hospital antes de los 30 días
posteriores a su alta, casi la mitad de ellos, el 40 por ciento, lo hacen como
consecuencia de haber incumplido con su tratamiento.
Esto
significa, en su opinión, que no se trata de culpabilizar al paciente por esta
situación, sino que el sistema sanitario español debe tomar medidas para atajar
un problema abordado en un estudio realizado a finales del pasado 2013 en 43
hospitales de España y cuyas principales conclusiones se han presentado hoy.
Entre
las causas que llevan a los pacientes a incumplir con su medicación figuran la
falta de información, la cronicidad de la enfermedad, la falta de síntomas
asociados y también el establecimiento de fórmulas de copago, una circunstancia
esta última que motiva el 11 por ciento de los casos, según los datos aportados
por Poveda.
Para
combatir la falta de información y el resto de hándicap, la Sociedad Española
de Farmacia Hospitalaria ha propuesto la utilización de las nuevas tecnologías
del mismo modo que ya han aplicado con enfermos de sida en un programa
denominado "Paciente Experto 2.0 en VIH".
Los
resultados de este sistema han sido positivos, según Poveda, quien ha afirmado
que "ha habido un avance importante" en el grado de cumplimiento de
los enfermos que han participado en este proyecto y que ahora pretenden que se
extienda a otros grupos de pacientes.
"Es
un problema tremendamente importante, pero no lo es sólo del paciente o de la
farmacia hospitalaria, sino del sistema sanitario en global", ha
argumentado el presidente de esta sociedad científica, quien ha incidido
también en la necesidad de acelerar la digitalización de los sistemas de
historia clínica para compartir información entre los profesionales sanitarios.
De
hecho, Poveda ha reconocido que en ocasiones el problema del incumplimiento del
tratamiento farmacológico llega por las duplicidades existentes entre una
medicación recetada en el centro de salud y la que se recomienda por parte de
los especialistas.
En
palabras del presidente de la SEFH, la sociedad afronta actualmente "un
cambio de era en la sanidad", con el envejecimiento como principal
condicionante pero también con un giro en el tratamiento que se da a los
pacientes, enfocado no sólo a la manera que son atendidos en los recintos
hospitalarios sino a su atención fuera de este espacio, en sus propios hogares.
El
55 por ciento del gasto de la farmacia hospitalaria va a pacientes externos, el
30 por ciento a ambulatorios y sólo el 15 por ciento a pacientes ingresados en
el hospital, ha detallado.
Hasta
ahora, según Poveda, la sanidad había centrados sus esfuerzos en la atención al
paciente agudo y, sin embargo, ahora "el problema es el enfermo
crónico", por lo que ha demandado un "cambio de enfoque" por
parte de las administraciones públicas, que tienen el reto de "garantizar
la eficiencia" en el uso de medicamentos cada vez más eficaces pero con un
coste "muy elevado".
El
estudio elaborado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria se aplicó a
723 pacientes en tratamiento crónico, con una edad media de 51 años, que
tomaban una media de tres medicamentos al día.
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