El
sol, el cloro o el salitre son sólo algunos de los elementos principales que
pueden perjudicar el aspecto de nuestro pelo. El verano es, efectivamente, la
época del año donde más sufre y por tanto, cuando más atención hay que
prestarle si no queremos entonar el mea culpa del famoso ¡Y yo con estos pelos!
"Durante
esta época, el aumento de la temperatura y la menor humedad ambiental son ya
factores que contribuyen a dañar nuestro cabello, volviéndolo más seco y por lo
tanto más quebradizo", afirma a ELMUNDO.es la doctora Mercedes Hospital
Gil, responsable de Fototerapia y Fotobiología del servicio de Dermatología
Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
El
pelo humano, analiza la experta, representa una fibra muy compleja formada por
diversos componentes morfológicos y distintas sustancias químicas. "Las
proteínas son el principal componente del pelo y suponen entre el 65% y el 95%
de su peso, entre ellas la queratina", asegura. Otros componentes son el
agua, lípidos y pigmento entre otros de menos cantidad. Y precisamente, ese
contenido acuoso del pelo tiene importancia respecto a sus propiedades físicas
y cosméticas. "La porosidad del pelo es del 20% y su capacidad
higroscópica para absorber agua es muy grande, especialmente en medios poco
húmedos. Esto hace que en ambientes secos, las moléculas de agua se unan
mediante puentes de hidrógeno y desestructuren las queratinas", expone.
Efectos
nocivos del sol
El
efecto de las radiaciones ultravioletas del sol, explica esta especialista, es
también un factor perjudicial para el cabello. "Al igual que en la piel,
la luz rompe las uniones proteicas de las queratinas y altera la producción de
melanina. Esto hace que en verano nuestro cabello se vuelva más claro y se
rompa con más facilidad". Así también, si añadimos sustancias químicas
como los tintes capilares, el cloro de las piscinas o la sal del agua del mar,
el cabello se dañará progresivamente a lo largo del verano.
"El
cuero cabelludo, no solo el cabello, sufre los efectos nocivos del sol",
mantiene. Por ello, a medida que cumplimos años y el número de cabellos
disminuye, sobre todo en los varones, aumentan las lesiones cutáneas
secundarias a la exposición solar crónica y por tanto, confiesa que "son
raros los varones con poco pelo que no pasan por las consultas de Dermatología
con lesiones por daño solar de menor o mayor gravedad". Eso sí, sólo se
estropea el aspecto del pelo terminal no el folículo piloso. "En cambio,
no pasa lo mismo con la piel o el cuero cabelludo", matiza.
Del
mismo modo, el doctor Ramón Grimalt, coordinador del Grupo de Tricología de la
Academia Española de Dermatología añade que "ni en verano ni en invierno
cambia la salud de nuestro pelo porque no hay componentes que afecten a la
raíz, y realmente lo que perjudica a la salud del pelo es todo lo que perturbe
a la parte de la raíz, pero sufre y se daña, por lo que hay que tener un
cuidado muy especial con él utilizando, por ejemplo, cremas y
mascarillas".
Cuidado
especial en niños
Tampoco
los niños están exentos de dañar su cabello en verano. "Su pelo es más
fino, de menor cantidad y, por lo tanto, más débil frente a las agresiones
externas", informa la experta.
Además,
hay que romper con una serie de mitos y rutinas que los padres y madres emplean
cada vez que llega esta época estival. "En cuanto llega el verano, se les
corta el pelo casi al rape a los niños para que estén más cómodos o airosos,
pero esto es un verdadero error", asegura el doctor Grimalt. Es muy
importante, mantiene este especialista, que los padres sepan que no deben
cortarles el pelo demasiado. "El pelo tiene una función de protección
sobre la radiación solar y si se elimina demasiado puede ser perjudicial para
la piel del niño, por tanto: cortar el pelo sí, pero nunca demasiado",
advierte.
Recomendaciones
"El
pelo se puede cortar y regenerar pero piel sólo tenemos una y con mucha
memoria", escribe Hospital. Por ello, es importante cuidar el pelo durante
el verano porque éste puede verse dañado y estropeado, pero con unas sencillas
recomendaciones, podemos minimizar estos efectos.
- Protege el cuero cabelludo y el cabello del sol, es suficiente un bonito sombrero.
- Aclara el cabello con agua dulce después del baño en piscinas o playas.
- Utiliza a menudo un acondicionador que hidrate el cabello en profundidad.
- Evita el exceso de tintes y cosméticos capilares en la medida de lo posible durante el verano.
- Si tienes poco pelo, utiliza fotoprotector para el cuero cabelludo aunque lleves sombrero.
- Existen fotoprotectores capilares en forma de geles o aceites que además hidratan y evitan la desecación del cabello.
- El pelo y el cuero cabelludo de los niños es más sensible al sol y se daña con más facilidad.
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