Con
la llegada del verano no debemos olvidar que los niños deben estar
especialmente protegidos ante la exposición solar y deben ser educados para
mantener conductas eficaces de fotoprotección. Los pediatras de Atención
Primaria se muestran realmente preocupados y creen que es necesario que la
sociedad y, sobre todo los padres, se conciencien de que es importante proteger
la piel y los ojos del sol. Según la Asociación Española de Pediatría de Atención
Primaria (AEPap), durante la etapa infantil y adolescente hay que establecer
los hábitos saludables dirigidos a la protección solar y a la prevención del cáncer
de piel, quemaduras solares y otras lesiones. Carlos Valdivia, vicepresidente
de la AEPap, considera que es necesario fomentar la colaboración mediante campañas
escolares y comunitarias que promuevan la prevención de la exposición excesiva
a la radiación UV en la infancia y la adolescencia. Además, propone algunos
consejos básicos para que el sol no nos amargue las vacaciones.
- Evitar la exposición excesiva al sol, sobre todo en las horas centrales del día: se ha demostrado que todas las prácticas sanas que evitan o minimizan la exposición solar deben comenzar lo antes posible en los niños para que se conviertan en algo habitual. Los comportamientos que se adquieren de forma temprana tienden a perdurar durante toda la vida con mayor intensidad que los adquiridos tardíamente.
- Protegerse del sol con ropa protectora, gorras y gafas, que evitan las quemaduras solares. Llevar gafas de sol oscuras, con filtro para rayos UV. Esto protege la delicada piel que rodea los ojos y previene además el desarrollo precoz de cataratas.
- Usar fotoprotectores que eviten las quemaduras solares. Usar cremas o lociones con filtro solar que sean resistentes al agua (si no fuera así, aplicar repetidamente), con un factor de protección 15 o superior. Aplicar 30 minutos antes de la exposición solar. Debe repetirse la aplicación cada vez que la persona se moje, se seque, haga mucho ejercicio, sude mucho o cada 3 horas de exposición solar.
- Regla de la sombra. Cuanto más pequeña sea nuestra sombra, más riesgo tendremos
- No olvidar que los efectos de los rayos ultravioleta aumentan por el viento y las propiedades reflectoras de la superficie del suelo; la arena refleja entre un 10% y un 25% de estos rayos, por lo que la exposición de los bañistas es especialmente intensa.
- Los niños menores de 6 meses no deberán exponerse al sol; tampoco se aconseja usar fotoprotectores, a no ser que se necesario. A la hora de una exposición solar ya puede haber efectos sobre la piel. Un recién nacido con más de 10 minutos de exposición directa a los rayos del sol en las horas centrales del día puede sufrir daños en su piel.
- Limitar la exposición solar en niños menores de 3 años. Hasta los 2 años deben evitarse las horas centrales del día. Evitar una larga exposición al sol, sobre todo en las horas centrales del día, entre las 12 y las 17 horas.
- La edad crítica en fotoprotección en los niños está entre los 9 y los 12 años. Son lo que más expuestos está al sol y a los que es más difícil de supervisar.
- Los niños rubios, de ojos azules y con piel clara son los que precisan una fotoprotección más alta. En este sentido, utilizar un fotoprotector adecuado durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78% el riesgo de cáncer cutáneo en la edad adulta.
- Y, lo más importante, educar a los niños. No se debe dejar la protección en manos de la fotoprotección.
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