miércoles, 3 de julio de 2013

Un estudio vincula la «fertilización in vitro» con un riesgo de retraso mental



Un estudio, que publica la revista JAMA, sugiere que las técnicas de fertilización in vitro (FIV) podrían estar relacionadas con un aumento en el riesgo de retraso mental, aunque muy pequeño. El estudio, que ha analizado a más de 2,5 millones de niños nacidos en Suecia entre 1978 y 2012, concluye que la asociación es «estadísticamente significativa», aunque muy baja.
Hasta ahora, señalan los investigadores del Kings College de Londres (Gran Bretaña), ningún estudio había investigado la asociación entre los distintos procedimientos de fecundación in vitro y el desarrollo neurológico y pocos estudios han investigado si los tratamientos de FIV se asocian con el desarrollo neurológico después del primer año de vida. Además, tampoco hay muchos estudios que hayan examinado el autismo y el retraso mental, dos de los trastornos crónicos del desarrollo más graves, que afectan a entre un 1 por ciento y 3 por ciento de todos los niños de los países desarrollados.

Eso es lo que ha hecho ahora el equipo de Sven Sandin: la relación entras las distintas técnicas de FIV y el riesgo de autismo y retraso mental. Para ello, han empleado los registros suecos de salud, con datos de niños nacidos entre 1982 y 2007; así, realizaron un seguimiento de los diagnósticos de trastorno de espectro autista o retraso mental hasta diciembre de 2009. En total se analizaron 2.541.125 niños que estaban vivos al año y medio, de los que 30.959 (1,2 por ciento) había sido fecundados a través de FIV. Los resultados mostraron que en 103 de los 6.959 niños (1,5 por ciento) se hizo un diagnóstico de trastorno autista, y de retraso mental en 180 de 15.830 niños (1,1 por ciento) nacidos después procedimiento de FIV.

Parto múltiple

Así, se desprende que en comparación con la concepción espontánea, los tratamientos de FIV no están relacionados con el diagnóstico de espectro autista; sin embargo, los investigadores si encontraron dicha asociación, pequeña pero significativa, dicen, en el riesgo de retraso mental. Sin embargo, cuando hicieron un análisis más detallado los expertos vieron que cuando la comparación se refiere a partos simples -1 único hijo-, el riesgo de retraso mental ya no era estadísticamente significativo. Esto, explica Antonio Requena, del Instituto Valenciano de Infertilidad, algo que de alguna manera ya sabemos. «Los embarazos múltiples son una complicación de las técnicas de FIV que estamos tratando de solventar. De hecho, los resultados de este trabajo nos dejan la siguiente duda. ¿Es la técnica per se o la mayor incidencia de embarazos múltiples la que produce este leve incremento?».

Porque no hay olvidar, señala Requena, que los embarazos múltiples tienen mayores complicaciones y se asocian en ocasiones a partos pretérminos, que a su vez pueden afectar al desarrollo cognitivo del niño.

Para el experto los datos muestran dos puntos relevantes. Por un lado, «tenemos que ser conscientes de esta asociación y trabajar para reducir al máximo los partos múltiples y, por otro, subrayan el hecho de que no hay relación con un mayor riesgo de espectro autista».

En un editorial que acompaña al trabajo, Marcelle I. Cedars, de la Universidad de California-San Francisco (EEUU) señala que este estudio analiza un número suficiente de procedimientos de fecundación in vitro y sus resultados, aunque alentadores en cuanto a la ausencia de riesgo de trastorno autista y un pequeño riesgo absoluta de retraso mental relacionado con los procedimientos de FIV, «muestran que es necesario seguir investigando las implicaciones de técnicas como la estimulación ovárica, el cultivo y transferencia de embriones. Porque -recuerda- el número de niños nacidos como resultado de la FIV seguirá aumentando y queda mucho por aprender sobre sus consecuencias a largo plazo».

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