miércoles, 10 de julio de 2013

Confirman que la contaminación del aire eleva el riesgo de cáncer de pulmón



Los resultados de uno de los estudios más extensos realizados hasta la fecha sobre la relación entre la exposición prolongada a la contaminación de partículas de aire y el riesgo de cáncer de pulmón confirman lo que ya se sospechaba. La exposición, incluso a niveles por debajo de los valores límites definidos por la Unión Europea, aumentan el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente adenocarcinoma.

Publicado en The Lancet Oncology, el trabajo realizado en la Unión Europea ha analizado 17 estudios de cohortes en nueve países europeos, entre ellos España, casi 313.000. personas. Para Takashi Yorifuji, de la Universidad de Okayama y Saori Kashima, de la Universidad de Hiroshima, ambas en Japón, estos datos sugieren que «es posible que haya que agregar la contaminación del aire, incluso a concentraciones actuales, a la lista de causas de cáncer de pulmón y reconocer que la contaminación atmosférica tiene efectos importantes sobre la salud pública ».

Coordinados por Ole Raaschou-Nielsen, del Centro de Investigación de la Sociedad Danesa del Cáncer, los investigadores europeos evaluaron el impacto de la exposición a largo plazo a los óxidos de nitrógeno y partículas (las que tienen un diámetro inferior a 2,5 micras; PM2.5, y menos de 10 micrómetros; PM10) sobre el riesgo de cáncer de pulmón. Las fuentes de contaminación atmosférica analizadas fueron: tráfico, la industria y la calefacción doméstica.

Los expertos han utilizado los datos del Estudio Europeo de Cohortes para Efectos de la Contaminación del Aire (ESCAPE), bajo la coordinación de la Universidad de Utrecht, los investigadores realizaron un meta-análisis sobre 312 944 individuos.

Registros nacionales

Los investigadores calcularon la concentración de la contaminación los domicilios y monitorizaron a las personas analizadas a través de los registros nacionales y locales de nuevos diagnósticos de cáncer de pulmón. Además, aplicaron modelos estadísticos para distinguir la influencia de los contaminantes del aire de otros factores como el tabaquismo, la dieta, y la concentración urbana.

Los resultados mostraron que entre los participantes, 2.095 desarrollaron cáncer de pulmón durante los 13 años que duró el seguimiento. Los investigadores vieron que por cada incremento de 5 microgramos por metro cúbico de contaminación (PM2.5), el riesgo de cáncer de pulmón se incrementaba en un 18%, mientras que por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico en la contaminación (PM1), el riesgo aumentaba en un 22%, especialmente para los adenocarcinomas.

Los autores subrayan un dato: «la asociación entre la contaminación del aire y el riesgo de cáncer de pulmón se mantuvo también en aquellas concentraciones por debajo de los limites actuales definidos por la Unión Europea en cuanto a la calidad del aire límite PM10 (40 g/m3) y PM2.5 (25 g/m3)». De hecho, destacan que según su investigación, cualquier contaminación es perjudicial. «No hemos visto ningún umbral de exposición por el cual no haya riesgo. La conclusión -dicen- es que 'cuanto más, peor».

Malo para el corazón

En otro trabajo que se publica en The Lancet también se muestran los efectos nocivos de la contaminación sobre la salud. El informe señala que a exposición a corto plazo a la mayoría de los principales contaminantes del aire aumenta el riesgo de hospitalización y muerte por insuficiencia cardiaca

Esta revisión de los datos de 12 países sugiere que una reducción moderada de los niveles de un solo contaminante (3,9 g/m3 de partículas finas se encuentran en los gases de los tubos de escape y los contaminantes industriales de aire) podría prevenir alrededor de 8.000 hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca y ahorrar más de 300 millones de dólares (234 millones de euros) cada año en EEUU.

El equipo de Nicholas Mills, de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), ha analizado los datos de 35 estudios que han evaluado el impacto los contaminantes gaseosos del aire (monóxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y ozono) y de partículas (PM) con un diámetro de 2,5 micrómetros (PM2,5) o 10 micrómetros (PM10) sobre el riesgo de hospitalización o muerte por insuficiencia cardíaca.

Los resultados encontraron una fuerte asociación entre la hospitalización por insuficiencia cardíaca o la muerte y la exposición a los contaminantes del aire. Así, vieron que el riesgo de ser hospitalizados o morir a causa de la insuficiencia cardiaca se incrementó en un 3,52% por cada aumento de 1 parte por millón de monóxido de carbono, en un 2,36% por cada aumento de 10 partes por mil millones de dióxido de azufre, en un 1,70% por cada 10 partes por mil millones de aumento en los niveles de dióxido de nitrógeno, y alrededor de un 2% por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico.

«La insuficiencia cardiaca es una enfermedad común, costosa y mortal. Aunque se conoce el papel de la contaminación del aire como un factor de riesgo -señala Mills-, está menos claro si la exposición aumenta el riesgo de eventos adversos en pacientes con otras enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca. Dado que toda la población está expuesta a la contaminación del aire, incluso una modesta reducción en la contaminación del aire podrían tener importantes beneficios para la salud cardiovascular y la salud general».

Año del aire

La Unión Europea declaró 2013 como el Año del Aire. Sin embargo, apuntan Francesco Forastiere y Nera Agabiti del Servicio Regional de Salud en Roma (Italia), «la UE ha fijado un límite para las partículas finas de 25 mg/m³ -superior a los 10 mg/m³ fijados por la OMS-, y se ha demostrado que los efectos adversos de la contaminación del aire sobre la salud están presentes incluso en concentraciones muy por debajo de este límite».

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