viernes, 25 de mayo de 2012

Una mejor organización de la asistencia reduciría un 30% las muertes por infarto


Organizar el actual sistema de atención sanitaria para personas que han sufrido un infarto de miocardio (IAM) supondría reducir la tasa de muerte anual en casi un 30%. Este es uno de los datos más relevantes del estudio Recalcar (Recursos y Calidad en Cardiología) que ayer presentó Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), trabajo en el que se basa esta sociedad científica para demandar una «reorganización» del actual modelo sanitario con el fin de lograr un sistema más «equitativo y eficiente» para las personas que han sufrido un infarto. Un sistema, señaló José Ramón González Juanatey, que bien pudiera ser «extrapolable» para otros enfermedades.
Tenemos un modelo asistencial, apuntó Bertomeu, «diseñado hace 26 años», que debe adecuarse a los cambios demográficos y epidemiológicos que experimenta actualmente nuestra sociedad. El cambio al que se refiere la SEC, pasaría, entre otros aspectos, por la creación de redes asistenciales y regionalizar los servicios. Es decir, se trata de ofrecer a los pacientes infartados la «mejor atención posible» y ésta, en ocasiones, no está en el hospital más cercano, sino en el que puede ofrecer la mejor calidad. No se trata de hacer más hospitales, denunció Bertomeu, sino de que utilizar los recursos existentes de forma coordinada para no duplicar los servicios. En muchas ocasiones, las áreas hospitalarias actúan como compartimentos estanco, tanto para los médicos como para los pacientes, y ello acaba repercutiendo en la calidad asistencial.

Coste de 250 millones anuales

Los datos del estudio desarrollado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad muestran que el IAM supone un coste muy elevado para el Sistema Nacional de Salud (250 millones de euros anuales), que registró, en 2009, 50.000 episodios de infartos de este tipo, asegura la SEC. De los que lo padecen, el 7% no consigue sobrevivir y otro 7% es reingresado en menos de 30 días, suponiendo un gasto de 20 millones de euros.
La reorganización a la que se refieren los cardiólogos supondría reducir en cifras cercanas al 30% la mortalidad por infarto en España y un ahorro estimado de casi 20 millones de euros, cifra nada desestimable en una situación de ahorro como la actual en el sistema sanitario, apuntó Alfonso Castro Beiras, de la SEC. En Galicia, donde se implantó este modelo hace 5 años, se ha logrado reducir la mortalidad por infarto en un 50%. Otras Comunidades Autónomas, como Murcia y Navarra, ya lo han implantado.

24 horas/365 días al año

La red asistencial, explicaron los cardiólogos, se entiende como un trabajo coordinado de los diferentes niveles y unidades asistenciales en un territorio determinado, para atender de manera continuada —24 horas al día, 365 días al año— y de la forma más eficiente posible las distintas situaciones clínicas. Esta reorganización, no sólo mejoraría la calidad en el tratamiento del IAM, sino que también reduciría significativamente los costes sanitarios, apuntaron. «Evitaría duplicidades, tanto de recursos humanos como de medios técnicos y equipamientos, y disminuiría el número de reingresos -cada episodio de IAM tratado en el SNS, le supone al estado unos 5.250 euros-».
«En caso del infarto agudo de miocardio, las unidades asistenciales, en especial las de intervencionismo coronario (salas de hemodinámica) deben cumplir con unos requisitos, que se refieren de manera especial a recursos humanos en número de profesionales de acreditada competencia, deben tener un volumen mínimo de procedimiento por Unidad y por profesional y los resultados deben ser públicos», aclaró el especialista.
«Los datos del estudio demuestran que el volumen los pacientes atendidos en un centro y la estructura y organización del mismo influye de forma notable en el resultado clínico, por tanto, en la atención de un paciente con un infarto de miocardio ingresarlo en el hospital más próximo no necesariamente es la mejor opción. Por otra parte hacer más hospitales o abrir salas de hemodinámica que no se ajustan en cuanto a su dotación y organización a las recomendaciones de las sociedades científicas, basadas a su vez en evidencias científicas, no aporta beneficios desde la perspectiva sanitaria ni económica, sino todo lo contrario. «El gran reto es ordenar y organizar racionalmente los recursos en base a datos objetivos de gestión asistencial y con la colaboración de los profesionales», puntualiza el presidente de la SEC.
El informe ha demostrado la existencia de una relación causal entre el tamaño, la complejidad y el volumen de la actividad de los hospitales, el servicio que atiende al paciente y el procedimiento terapéutico utilizado. Tras analizar estas variables de manera conjunta, se ha demostrado que aquellos pacientes que sufren un IAM ven reducido su riesgo de mortalidad y reingreso de forma significativa si: son atendidos en el Servicio de Cardiología con un alto volumen de pacientes tratados; si este centro es de una relativa complejidad y si se les practica el tratamiento adecuado, la angioplastia primaria.

Implantación

La adaptación a este nuevo modelo asistencial podría ser muy rápida, teniendo en cuenta que ya se dispone de la infraestructura necesaria para llevar a cabo los cambios propuestos, tanto para el tratamiento del IAM en el SNS como para el de la cardiopatía isquémica. Estas medidas han sido propuestas en el documento de «Estándares y recomendaciones de las unidades asistenciales del área del corazón», elaborado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con la colaboración, entre otras sociedades científicas, de la Sociedad Española de Cardiología.

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