Médicos del Reino Unido
han probado con éxito la eficacia de un implante electrónico para las personas
con un tipo de ceguera. Se trata de un ensayo clínico que pretende probar una
'retina' artificial en 12 personas con retinosis pigmentaria, un trastorno congénito
que conduce a la pérdida de visión. Los primeros resultados, conseguidos en dos
pacientes, han sido llamativos ya que han logrado recuperar parte de su visión
y ahora son capaces de distinguir luces y formas. No obstante, los expertos
piden cautela ya que se trata de una técnica en experimentación.
Chris James y Robin
Millar han sido las dos primeras personas que en el Reino Unido han conseguido
recuperar su visión gracias a un dispositivo que una empresa alemana, Retina
Implant AG, ha desarrollado y que ya probó con éxito en el país
germano hace ahora dos años. Se trata de un chip electrónico de 1.500 píxeles
sensibles a la luz con un tamaño de 3 milímetros cuadrados.
El dispositivo, que se
implanta por detrás de la retina, suple la función de las células que están dañadas
por la retinosis pigmentaria, una enfermedad hereditaria que afecta a unas
25.000 personas en nuestro país. De esta manera, los electrodos captan la luz
y transmiten esa información al cerebro mediante un sistema de impulsos eléctricos.
"Los primeros síntomas
de la retinosis pigmentaria suelen aparecer en la segunda o tercera década de
la vida. En primer lugar, se produce una pérdida de la visión nocturna, después
se va cerrando el campo visual y se atrofia el nervio óptico, para finalmente
producir ceguera total", explica Luis Fernández-Vega, jefe del Servicio de
Oftalmología del Hospital Central de Asturias y director médico del Instituto
Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo.
Actualmente no existe
ningún tratamiento para frenar o evitar la ceguera en las personas con esta
enfermedad, de ahí que existan diferentes líneas de investigación en desarrollo
para encontrar una terapia para estos pacientes.
Antecedentes
La investigación
que han presentado médicos del Hospital Oftalmológico de Oxford y del King's
College de Londres forma parte de un ensayo clínico iniciado en Alemania en
2010 que ha sido extendido a otros centros, dos en Alemania, uno en China y los
dos mencionados de Reino Unido. De momento, sólo se han publicado los
resultados del primer experimento que tuvo lugar en Alemania en noviembre de 2010 y cuyos resultados
recogió la revista Proceedings of the Royal Society B donde
se mostraba cómo los pacientes podía reconocer objetos y leer letras hasta
formar palabras.
Tal y como han explicado
los especialistas británicos, la operación duró unas ocho horas en la que se
implantó en primer lugar un dispositivo que es el que emite la energía (similar
a una pila), que se coloca detrás de la oreja, por debajo de la piel, y que es similar
a un implante coclear. Posteriormente, se insertó la 'retina' electrónica
por detrás del ojo que va unida con un cable a la pila. Ésta es precisamente
una de las diferencias con el ensayo alemán ya que en aquel experimento la
nueva retina del paciente sólo se activaba en el laboratorio, mientras que en
el caso de los enfermos británicos se puede activar en cualquier lugar.
Tres semanas después de
la operación, la retina de Chris se conectó por primera vez y fue capaz de
distinguir la luz de la oscuridad. "Tan pronto como tuve este flash en mi
ojo, confirmó que mi nervio óptico estaba funcionando adecuadamente lo que es
una señal verdaderamente prometedora. Es algo parecido a cuando alguien hace
una foto con un flash, una luz vibrante, que reconocí instantáneamente",
ha explicado Chris.
Este paciente, de 54 años
y que empezó a los 20 con ceguera nocturna, recibe un seguimiento médico cada
mes. Entre visita y visita él sigue probando el microchip en casa.
"Evidentemente, son los primeros días pero es esperanzador pues ya soy
capaz de detectar luces algo que para mí era imposible".
Promesas y cautela
Robert
MacLaren, profesor de Oftalmología en la Universidad de Oxford y uno de los
cirujanos que ha intervenido en este ensayo, reconoce "estar encantado con
estos iniciales resultados. Estos pacientes no tenían percepción de la luz pero
los implantes reactivaron su retina después de más de una década de ceguera. La
visión es diferente de la normal... y requiere un proceso cerebral distinto.
No obstante, esperamos que los chips electrónicos ofrezcan independencia para
muchas personas que están ciegas por retinosis pigmentaria".
El
otro paciente, Robin Millar, además de los avances conseguidos por Chris ha
declarado que ahora también es capaz de soñar en color por primera vez en 25 años.
"El
dispositivo no es útil en estos momentos para la degeneración macular, pero
podría beneficiarles en un futuro", explica MacLaren. Para lo que no se
podrá utilizar es para las enfermedades donde el nervio óptico está dañado,
como en el glaucoma.
No obstante,
tal y como advierte el oftalmólogo Fernández-Vega, "todavía es demasiado
pronto como para establecer una opinión de esta técnica. Hace años hubo otro
ensayo, con otro dispositivo distinto, del que se habló mucho en su momento
pero que luego no progresó. No hay que dar falsas esperanzas a los pacientes.
Como muy pronto, no habrá nada hasta dentro de cinco años. Además, existen otros
ensayos en marcha con otras terapias, como la génica, o los trasplantes de células
del epitelio pigmentario que, aunque también son experimentales, están en fases
quizás más avanzadas. Hay que ser muy cautos".
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