miércoles, 16 de mayo de 2012

Vigile a quién le enseña las uñas



Si pasea atento por la calle, seguro que no le cuesta trabajo encontrar un salón de estética dedicado al cuidado de las uñas. Estos centros de belleza han proliferado como setas en los últimos años, sin embargo, los especialistas advierten de los riesgos que puede tener hacerse la manicura o pedicura sin las medidas de higiene necesarias.
El fenómeno no es únicamente español. En EEUU, la Academia Americana de Podología ha lanzado algunos consejos para que las uñas de los pies no caigan en cualquier mano, y en el estado de California, revisan con lupa el uso de componentes tóxicos en los esmaltes y los adhesivos que se utilizan para colocar las uñas postizas.
Como explica a ELMUNDO.es la doctora Concha Obregón, especialista de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), los clientes deberían asegurarse de que acuden a un centro autorizado y que cumpla las mínimas medidas de higiene y esterilización. "Es importante", explica, "que se utilicen productos antifúngicos y antibacterianos para evitar infecciones en las uñas". De hecho, explica, en los últimos años se está produciendo un aumento de las consultas por hongos en las uñas, aunque admite que es difícil valorar si tienen su origen en estos centros de estética.
Obregón también subraya la importancia de que se esterilice adecuadamente todo el instrumental con productos apropiados. "No basta con sumergirlos en agua o alcohol entre servicio y servicio", apunta. Precisamente en este sentido desaconseja el uso de cuchillas para 'raspar' las capas de piel muerta de las plantas de los pies, "porque deben ser desechables y éste es un material muy difícil de controlar".
Algunos riesgos
Otra recomendación en la que coincide con sus colegas estadounidenses está en dejar descansar a las uñas de esmalte, prescindiendo de la laca durante alguna temporada para que los tejidos puedan 'respirar'.
Otro foco de 'peligro' en estos centros son las lámparas de rayos UVA que se emplean para secar las uñas de gel, y que como recuerdan los dermatólogos aplica una cierta dosis de radiación sobre los dedos. "No es una cuestión para alarmar, pero sí debemos decir que no es algo inocuo", explica a este periódico el doctor Julián Conejo-Mir, de la Academia Española de Dermatología.
"En 2009, la revista 'Archives of Dermatology' recogía el caso dos dos pacientes con carcinoma por la exposición de las uñas a la radiación ultravioleta de estos dispositivos", explica este dermatólogo. "Aunque se trata de pocas dosis de radiación aplicada durante poco tiempo, si se repite la manicura cada 15 días, y se suma a la radiación que recibimos del sol...", advierte. Más precaución aún deberían tener las personas con ciertos factores de riesgo, como tener lunares debajo de las uñas, haber sufrido un melanoma o estar expuestos a otras fuentes que puedan aumentar la radiación acumulada (técnicos de rayos, pacientes en radioterapia, etc.).
Trabajadores con mascarilla
Pero los riesgos no son únicamente para los clientes. La doctora Cristina Martínez, del área de Salud Pública y Medioambiente de la Sociedad Española de Neumología (Separ), advierte del riesgo de asma relacionado con ciertas sustancias tóxicas presentes en los adhesivos para uñas y en los esmaltes.
"En personas con una cierta predisposición, respirar estos compuestos puede ser perjudicial", explica, "porque se trata generalmente de ingredientes muy alergénicos". Aunque admite que las cantidades que se aplican en las uñas son muy pequeñas y no se trata de una cuestión que deba alarmar.
Martínez sí considera una buena idea que los trabajadores de estos salones de uñas utilicen mascarillas para no respirar constantemente estos tóxicos, que a menudo se dispersan en el ambiente mediante el uso de pistolas que 'disparan' el esmalte.
Inspecciones
A pesar de todas estas advertencias, desde la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid explican que "hasta la fecha no hemos tenido que actuar en ningún establecimiento de este tipo porque no ha llegado ninguna reclamación a la Dirección General de Cosnumo que nos permita pensar que es un sector conflictivo (en materia de consumo) sobre el que centrar nuestras actuaciones".
Estos centros, añade la Consejería, están sujetos a las inspecciones municipales de rigor para obtener la licencia de apertura de actividad. Desde el punto de vista de consumo, las inspecciones comprueban "que los productos que se utilizan estén autorizados (los pintauñas, los quitaesmaltes, etc.), que la información que se facilita al consumidor es clara y suficiente, que se dispone de hojas de reclamaciones, que se facilitan documentos justificativos de los pagos efectuados, que si se venden producto se de la garantía legal a los mismos...". En todo caso, añaden, "si al realizar una inspección de consumo se atisbara que existen incumplimientos de otras normativas (limpieza del local, contratación de menores, fraude  a la hacienda pública) se daría conocimiento a la autoridad competente para que ellos actuaran".

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