¿Aceptaría usted recibir el pulmón de un donante fumador? ¿O preferiría seguir en lista de espera unos meses más aún a riesgo de que un órgano mejor no llegue a tiempo? Esta cuestión está de plena actualidad en el Reino Unido tras la muerte de una mujer de 28 años después de haber sido trasplantada con el pulmón de un fumador. Un análisis que acaba de publicar la revista médica 'The Lancet', analiza las complejas implicaciones de esta decisión.
Tras evaluar las tasas de supervivencia de 2.181 británicos a la espera de este órgano entre los años 1999 y 2010, el profesor Robert Bonser y su equipo (del Hospital de Birmingham) concluyen que los pacientes que reciben un pulmón procedente de un fumador tienen mayor tasa de complicaciones y peor supervivencia que quienes reciben un órgano 'limpio de humo' (concretamente, a los tres años, su supervivencia fue un 46% peor).
Sin embargo, el mismo análisis demuestra también que recibir un pulmón procedente de un donante fumador, augura mejores índices de supervivencia que continuar en la lista de espera. De hecho, la mortalidad a los tres años del trasplante fue un 21% inferior entre quienes recibieron el órgano de un ex fumador, que quienes permanecieron en lista de espera durante el período de estudio.
Como explica a ELMUNDO.es el máximo responsable de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, en España tampoco se desechan los pulmones procedentes de fumadores, que representan alrededor del 38% de todos los que se trasplantan".
"El de pulmón es uno de los trasplantes más delicados", explica Matseanz, " y sólo el 15% de los 1.600 donantes de órganos lo son de pulmón. Si a ese porcentaje le restásemos casi el 40% de fumadores, nos quedaríamos sin órganos". Eso sí, matiza, se descartan aquellos muy dañados por el humos del tabaco, "porque tienen un elevado riesgo de cáncer".
Diferencias entre países
Bonser aclara en el estudio que los sujetos con antecedentes de tabaquismo representan el 40% de todos los donantes en el Reino Unido. Y, a su juicio, prescindir de todos ellos aumentaría gravemente la espera para recibir un órgano, lo que empeoraría las tasas de supervivencia en el país. Matesanz también matiza en este sentido que la lista de espera en España es de apenas cinco meses, y aquí la mortalidad a la espera de un pulmón es de sólo el 5% frente al 40% que sufre el Reino Unido.
Precisamente en un comentario que publica en la misma revista Marcelo Cypel, del programa de Trasplante de Pulmón de la Universidad de Toronto (Canadá), este especialista aclara que el riesgo de morir en la lista de espera mientras aparece un donante compatible varía de manera importante de unos países a otros. De la misma manera que la política de aceptación o no de los fumadores como donantes no es la misma en todo el mundo.
Por eso, tanto unos como otros subrayan la importancia de informar a los receptores de todas estas posibilidades, de manera que si rechaza el órgano de un fumador lo haga conociendo todas las implicaciones y posibilidades. "Porque aunque estos pulmones se asocian con un peor pronóstico, las posibilidades individuales de sobrevivir son mayores que si el paciente decide rechazarlo y seguir esperando la llegada de un órgano ideal". Matesanz recuerda que los pacientes trasplantados de pulmón tienen cada vez mejor pronóstico, pero se trata de momento de una intervención compleja con más riesgos que otro tipo de órganos.
En este sentido, el doctor Cypel subraya en su comentario la importancia que tendrán en el futuro las técnicas de recuperación de pulmones para donación, de manera que permitan hacer válidos órganos que hace unos años no se trasplantarían.
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