viernes, 18 de mayo de 2012

Cuando se tiene un hijo tras haber tirado la toalla



Un pequeño estudio francés publicado en la última edición de la revista 'Fertility and Sterility' puede devolver la esperanza a aquellas parejas que han cesado en su intento de tener hijos mediante técnicas de reproducción asistida (TRA).
El trabajo, dirigido por la especialista del Instituto Nacional de Estudios Demográficos de París Elise de la Rochebrochard, afirma que el 24% de las parejas que se sometieron a TRA sin éxito, logró tener hijos entre siete y nueve años después de que la ciencia no consiguiera dar solución a sus problemas de infertilidad.
No son los únicos que tuvieron hijos sin proponérselo. También un 17% de parejas que ya habían conseguido descendencia mediante TRA, tuvo una 'visita' inesperada cuando pensaban que los pañales eran cosa del pasado.
Los autores de la investigación evaluaron a 2.134 parejas que se habían sometido a fecundación in vitro (FIV) en ocho centros de reproducción franceses entre los años 2000 y 2002, algunos con éxito y otros pertenecientes al grupo de pacientes que no logran concebir a pesar de los avances en las TRA (en torno al 50%).
Entre siete y nueve años después de su paso por los centros médicos, les enviaron un cuestionario que, entre otras aspectos, inquiría sobre si habían sido padres espontáneamente en ese espacio de tiempo.
Aunque los embarazos espontáneos son conocidos por los especialistas en reproducción, la cifra de este estudio es llamativa, ya que supone que casi una de cada cuatro parejas supuestamente infértiles no lo es, porcentaje que se reduce, pero sigue siendo alto, en las que se beneficiaron de la FIV.
"El trabajo confirma algo bien sabido, que muy pocas parejas estériles tienen una esterilidad absoluta (es decir, posibilidad de embarazo 0,00%). La mayoría de las parejas que consultan son subfértiles, es decir tienen una posibilidad de embarazo claramente menor de la normal", explica el jefe de Reproducción Humana del Hospital de Cruces de Bilbao, Roberto Matorras.   Este experto, que define el trabajo como "interesante", cree, no obstante, que tiene algunas limitaciones metodológicas, como basarse en un cuestionario, al que solo contestó el 60% de las parejas. "Es posible que quienes consiguieran el embarazo espontáneo fueran más proclives a contestar la encuesta", reflexiona.
Por otra parte, apunta un dato interesante. Es posible que algunos de los embarazos espontáneos no lo fueran tanto, ya que algún cotratamiento asociado a la reproducción asistida puede tener efecto a largo plazo. Como ejemplos, el especialista cita algunas terapias para la endometriosis o ciertas cirugías.
Otro dato que reseña el experto de Bilbao es que muchos de los embarazos espontáneos se dieron en mujeres jóvenes y en parejas con infertilidad de causa desconocida, casos tradicionalmente considerados como "de buen pronóstico".
Para Matorras, el estudio francés no debe de hacer olvidar las recomendaciones de las sociedades médicas que tratan la fertilidad: que el tratamiento de la pareja estéril debe iniciarse cuando se llevan 12 meses de relaciones sexuales sin emplear anticonceptivos y sin conseguir embarazo. De hecho, el equipo de Matorras dirige una tesis doctoral que vuelve a demostrar lo idóneo de esta recomendación.
Sin embargo, el catedrático de Ginecología de la Universidad del País Vasco sí considera que de este estudio, aunque las cifras puedan ser algo más altas que las reales, debe extraerse un mensaje positivo.
"Los hallazgos de los autores confirman una práctica común en los especialistas en reproducción, transmitir a las parejas el mensaje de que, a pesar de que los tratamientos hayan fallado, la posibilidad de embarazo, aunque pequeña, siempre existe", concluye el experto.  

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