Para
el tres por ciento de la población mundial –2,3 por ciento en España– que
padece psoriasis no se trata de un mero problema estético, sino de una
patología que puede aparecer en cualquier momento, incluso en la infancia, y
que en los casos más leves conlleva una importante carga emocional que afecta a
la vida diaria. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define
como «una enfermedad crónica, no contagiosa, dolorosa, desfigurante e
incapacitante para la que no hay cura». Además, su origen es desconocido.
En
este sentido, el doctor Pedro Herranz, especialista en Dermatología del
Hospital Universitario La Paz de Madrid explica que «no sabemos a qué se debe.
Debe haber una combinación de factores para que se desarrolle, ya sea por una
susceptibilidad genética o por un desencadenante del entorno». Pero lo cierto,
continúa el experto, es que «las evidencias actuales apoyan la hipótesis de que
se trata de una enfermedad inmune».
Papel
clave
El
sistema inmunológico produce numerosas proteínas llamadas citoquinas que actúan
como «mensajeros» que coordinan la comunicación entre las células inmunes en
respuesta a una infección. Se considera que una de estas citoquinas, la
interleuquina-17A (IL-17A), desempeña un papel clave en el desarrollo de la psoriasis,
especialmente en placas moderadas o graves que padecen más de un tercio de los
pacientes, que afecta a más del diez por ciento de la superficie corporal y
cuyo tratamiento no está exento de dificultad.
Precisamente,
en el marco del Congreso de la Sociedad Europea de Dermatología y Venereología
(AEDV, por sus siglas en inglés) que se celebró la semana pasada en Ámsterdam
(Holanda), se presentaron los resultados de nuevos análisis de estudios en Fase
III, que demuestran la eficacia de secukinumab (Novartis) para blanquear la
piel de los pacientes con psoriasis a las doce semanas al margen de la gravedad
al inicio del tratamiento. En concreto, el innovador mecanismo de acción de
secukinumab detiene la interleuquina-17A (IL-17A).
Mantenimiento
En
los análisis, la mayoría de los pacientes experimentaron un blanqueamiento
total o prácticamente total de la piel que, además, se mantuvo durante el año
de tratamiento. Otro estudio demostró que un número significativamente mayor de
pacientes con el tratamiento activo experimentaron este blanqueamiento de la
piel sin detrimento de su calidad de vida, según las mediciones del Área de
Psoriasis e Índice de Gravedad 100 o 90 (PASI 100/PASI90) que evalúa el
enrojecimiento, descamación y grosor de las placas psoriásicas, así como el
alcance de la afectación de cada una de las partes del cuerpo.
Pero
todavía hay más. En los estudios analizados, más del 70 por ciento de los
pacientes tratados con 300 miligramos de secukinumab experimentaron un
blanqueamiento total o prácticamente total de la piel durante las dieciséis
primeras semanas de tratamiento. Estos hallazgos reconfirman las respuestas
significativamente mejores vistas en el estudio publicado «Fixture», donde
secukinumab demostró su superioridad frente a etanercept, un medicamento
anti-TNF de referencia. El fármaco también se encuentra en ensayos clínicos
para el tratamiento de la espondilitis anquilosante y la artritis reumatoide.
«El
mejor tratamiento psicológico de la psoriasis es aclararla y hoy en día
disponemos de unos fármacos tan activos que el paciente se despreocupa de la
enfermedad», advierte Herranz. Precisamente, los especialistas sitúan a los
tratamientos biológicos como «una revolución farmacológica que abre una nueva
esperanza, especialmente a aquellos pacientes relegados al olvido y que,
además, cuentan con unas garantías muy buenas», recuerda el doctor Gregorio
Carretero, jefe de Servicio de Dermatología del Hospital General Universitario
de Gran Canaria Doctor Negrín. Además, en este tipo de terapias se ha
demostrado «una eficacia a corto plazo, mantenida en el tiempo y con un perfil
de seguridad muy razonable», explica el doctor Esteban Dauden, jefe de Sección
de Dermatología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid.
Pese
a la creencia generalizada, la psoriasis no es sólo un problema dermatológico.
«El 15-20 por ciento de los pacientes presentan una artritis asociada y es la
punta de otras patologías como obesidad, diabetes, depresión, etc», insiste
Herranz. Esta misma opinión la comparte Carretero quien añade que «en estas
personas el riesgo cardiovascular se incrementa en un seis por ciento». Por
ello, «el abordaje de esta patología debe ser multidisciplinar y hay que tratar
a paciente de forma global», afirma Dauden. Además del impacto psicológico con
el que conviven estos pacientes, «más del 50 por ciento reconoce un consumo
excesivo de alcohol, lo que puede aumentar la severidad de la psoriasis e
interferir en el tratamiento al empeorar la respuesta clínica y aumentar el
riesgo de hepatotoxicidad de algunos fármacos», concluye Herranz.
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