El pasado mes de julio, se anunció la realización de un trasplante de tráquea fabricada en el laboratorio. Los responsables publican ahora que el paciente está bien, cuatro meses después de la intervención, y que su experiencia es una "prueba de concepto" que muestra que la implantación de este ógano bioartifical es "viable". Sin embargo, algunos expertos subrayan que hacen falta más pruebas y un mayor seguimiento para certificar su éxito.
Andemariam Teklesenbet Beyene, un varón de 36 años nacido en Eritrea, tenía un tumor creciendo junto a sus vías respiratorias, que se extendía hasta la parte caudal de la tráquea y los bronquios. Su tamaño y posición hacían su extirpación incompatible con la vida. Por eso, un grupo de cirujanos del Hospital Universitario Karolinska (Suecia), dirigidos por Paolo Macchiarini, y un equipo del University College London (Reino Unido) buscaron una salida a su problema.
La solución fue crear un modelo en 3D que imitara a la tráquea del paciente y poblar esa matriz con células madre extraidas de su médula ósea. Tras 36 horas de cultivo en el laboratorio, el órgano bioartificial estaba listo para el trasplante. La intervención se llevó a cabo el pasado mes de julio.
Beyene "ha evolucionado bien en los últimos cuatro meses y ha sido capaz de llevar una vida normal", explica Tomas Gudbjartsson, coautor del estudio publicado ahora en 'The Lancet' y uno de los médicos que ha seguido la evolución del paciente en Islandia, donde reside. Cuando llegó, "pasó un mes en el hospital y después otro en rehabilitación [...] en los últimos dos meses ha sido capaz de centrarse en sus estudios", añade.
Para los autores, esto refleja el éxito de su pionera intervención, una técnica que ofrece ventajas frente a otras alternativas, según Macchiarini. Por un lado, al usar células del paciente para 'cubrir' el molde se elminina el problema del rechazo. Por otro, al fabricar el implante en el laboratorio, se puede adaptar a las necesidades de cada uno.
A pesar de los buenos resultados iniciales, y "aunque esta estrategia es prometedora y la necesidad clínica de injertos bioartificiales es sustancial, lo ideal para garantizar su seguridad y eficacia son las evaluaciones preclínicas rigurosas utilizando modelos animales durante varios meses", subrayan Harald Ott y Douglas Mathisen, especialistas en cirugía torácica del Hospital General de Massachusetts (EEUU).
"Para poder ser juzgados de manera satisfactoria, los órganos bioartificiales deben funcionar durante un largo periodo, la función clínica a corto plazo es un logro importante, pero es sólo una medida del éxito", señalan en un editorial. "La elección del material ideal para el molde, la fuente óptima de células, las condiciones de cultivo celular y el manejo perioperativo son muchas cuestiones a las que responder antes de cruzar la línea de la aplicación clínica" de estos injertos.
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