viernes, 18 de noviembre de 2011

El corazón de los más pequeños, en peligro



Si la tendencia no se revierte, el mayor enemigo de las próximas generaciones podría ser su propio corazón. Una investigación estadounidense ha vuelto a poner de manifiesto que, en lugar de ayudarles a crecer, los hábitos de los más pequeños contribuyen inexorablemente a la degradación de su salud cardiovascular.
Según sus datos, que se han obtenido a partir de un estudio de más de 5.000 chicos de edades comprendidas entre los 12 y los 19 años, la infancia suspende de forma estrepitosa en los siete criterios que habitualmente se utilizan para medir la salud del corazón.
Sin duda, la peor asignatura es la dieta: prácticamente la totalidad de los niños estudiados no cumplía con los patrones de lo que se considera una dieta equilibrada y adecuada para su edad (tomar al menos cuatro raciones y media de frutas y verduras al día, incluir en el menú diario una buena dosis de cereales integrales, comer pescado más de dos veces a la semana, no pasarse con la sal y convertir los refrescos en una bebida ocasional).
Pero, además, sólo un 16,4% de los varones y un 11.3% de las féminas 'cumplían' con el conjunto de los otros seis criterios, que incluían factores como el peso, las cifras de colesterol, tensión arterial y glucosa, el tabaquismo o la actividad física.
De hecho, más de la mitad de los estudiados reconocían no hacer ejercicio de forma regular y entre el 10% y el 20% admitía no practicar nunca ninguna actividad física.
"En este país, prácticamente todos nosotros nacemos con una salud cardiovascular ideal, pero la perdemos rápidamente", ha señalado en declaraciones a 'The Wall Street Journal' Donald Lloyd-Jones, investigador de la Universidad Northwestern (EEUU) y principal autor de la investigación, que está respladada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC).
Las preocupantes cifras se han presentado esta semana en la reunión que la Asociación Americana del Corazón ha celebrado en Orlando. La voz de alarma de los cardiólogos se une así a la que recientemente han emitido los pediatras americanos, que han aconsejado controles rutinarios de colesterol entre los más pequeños.
El estudio se ha centrado sólo en EEUU, pero los datos de nuestro país son igualmente preocupantes. Los últimos datos disponibles hablan de que la obesidad sigue creciendo entre la población infantil y alertan de que uno de cada dos niños pesa más de lo que le correspondería por su edad. Es más, problemas como la hipertensión o la diabetes tipo 2 -exclusivos de la edad adulta hace apenas unas décadas- cada vez son más frecuentes en las consultas de pediatría.

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