lunes, 29 de agosto de 2011

Un enemigo en el aire


¿Vive usted en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia? ¿Ha sentido alguna vez problemas para respirar, irritación en los ojos o en la garganta o ha sufrido ataques fuertes de tos? Si su respuesta es afirmativa, es muy posible que el causante de estas molestias responda a un nombre: el dióxido de nitrógeno (NO2).
Este compuesto químico es uno de los varios tóxicos del óxido de nitrógeno y se forma en procesos de combustión a altas temperaturas como, por ejemplo, el que se da en los automóviles o en las plantas eléctricas. Una vez liberada a la atmósfera, esta sustancia es en gran medida la 'culpable' de ese color oscuro que se instala en los cielos de muchas grandes ciudades y que forma de la famosa 'boina' de contaminación.
Y si hace daño ver esta inmensa nube marrón sobre nuestras cabezas, más lo hace a la salud de aquellos que la sufren. Las exposiciones a esta sustancia suelen afectar normalmente a las vías respiratorias, por lo que cuando una persona sana la sufre, sus molestias más notorias son las de una conjuntivitis, una rinitis o una tos repetida. Sin embargo, peor lo pasan aquellos que son asmáticos o tienen algún otro problema respiratorio. En este caso, y aunque la exposición sea durante poco tiempo, los síntomas se agudizan.
Límites europeos
Para evitar esto, la Unión Europea impuso en 1999 unos límites en los niveles de esta sustancia que, desde enero de este año, son de obligado cumplimiento. Así, no se pueden superar los 40 microgramos por metro cúbico de media anual y menos rebasar la concentración de 200 mg/m3 en una hora más de 18 veces al año. Sin embargo, según denuncia Guillermina Yanguas, directora general de Evaluación Ambiental, la salud de los habitantes de ocho comunidades españolas han tenido que aguantar niveles muy por encima de estas cifras. Este es el caso de los madrileños, donde el año pasado las estaciones que registran los niveles de este contaminante contabilizaron en dos ocasiones un valor medio de 44 mg/m3; o los barceloneses, donde se llegó a los 50 mg/m3.
Ante estas cifras ¿qué medidas se están tomando? Aunque el consistorio madrileño ha pedido varias veces que se utilice el transporte público y la Administración catalana mantuvo durante unos días la limitación de velocidad en 80 km/h para poder entrar en Barcelona, lo cierto es que no han conseguido bajar sus niveles de polución. Por ello, ya se está planteando la idea de pedir una moratoria a la UE para que se traslade al año 2015 la obligación del cumplimiento de los límites de NO2 en el aire.
Mientras se resuelven los problemas de fechas, desde varias organizaciones se intenta concienciar a la población de los peligros de superar estos límites.
El objetivo es que no se convierta en prolongada la exposición de los ciudadanos a altas tasas de este compuesto pues, según la 'Guía de calidad del aire' de 2005 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta circunstancia empeoraría la salud respiratoria, sobre todo, en los más pequeños: "Se han encontrado efectos adversos en la salud de los niños que viven en zonas metropolitanas caracterizados por sus niveles elevados de NO2, incluso en los casos en los que el nivel global en toda la ciudad era relativamente bajo". Así, entre los síntomas a los que se verían expuestos se encuentraría la reducción de la función pulmonar y, en aquellos que son asmáticos, la agudización de los cuadros de bronquitis.
Por ello, tanto la OMS como el Departamento de Medio Ambiente de EEUU explican que, aunque en sociedades como las actuales es imposible no exponerse al dióxido de nitrógeno y otras sustancias contaminantes, "esta exposición tiene que ser lo más baja posible", pues la contaminación atmosférica (que también se compone de las partículas de suspensión y en ozono troposférico) es uno de los factores que están detrás de las muertes prematuras de dos millones de personas al año en el mundo.

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