lunes, 29 de agosto de 2011

Los hijos de madres fumadoras son más propensos a consumir antidepresivos y estimulantes


Los niños cuyas madres fumaron durante el embarazo son más propensos a terminar usando medicamentos como antidepresivos, estimulantes y medicamentos que pueden generar adicción, según un estudio finlandés publicado en 'American Journal of Epidemiology' que apunta que fumar afecta al desarrollo del cerebro del bebé.
"Los resultados del estudio muestran que la exposición al tabaquismo durante el embarazo está relacionada con el desarrollo de enfermedades psiquiátricas tanto leves como graves", asegura el investigador principal, Mikael Ekblad, del departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Turku.
"Aunque los hallazgos no demuestran que fumar cigarrillos durante el embarazo cause cambios en el cerebro de los niños o en su comportamiento, sí ofrecen una prueba más para alentar a las mujeres para que no fumen durante el embarazo", reconoce el investigador.
Ekblad y sus compañeros utilizaron datos de 175.000 niños nacidos en Finlandia entre 1987 y 1989, a cuyas madres se les preguntó si habían fumado durante el embarazo. Los investigadores compararon los registros de nacimiento con una base de datos nacional de medicamentos cubiertos por la seguridad social prescritos entre 1994 y 2007, cuando los niños tenían entre cinco y 20 años.
Según revela el estudio, en general, a uno de cada 11 niños se le prescribió un medicamento psiquiátrico en algún momento durante ese período, incluidos los medicamentos contra la ansiedad, los antipsicóticos, antidepresivos, estimulantes y medicamentos que pueden generar adicción.
En concreto, el ocho por ciento de los niños y adolescentes de madres no fumadoras durante el embarazo recibió al menos uno de esos medicamentos durante el período de estudio frente al 11 por ciento de los hijos de madres que fumaban menos de 10 cigarrillos al día y cerca del 14 por ciento de los que eran hijos de mujeres que consumían más de 10 al día durante la gestación.
La relación se mantuvo en los bebés que nacieron antes de tiempo o muy pequeños, siendo estos otros de los factores que podrían afectar a la salud mental en el futuro.
"El estudio es totalmente coherente con la literatura de investigación creciente sobre los efectos de la exposición prenatal y pasiva al humo en la salud mental de los niños", explica el experto en el tema, Michael Weitzman, del Centro Médico de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), que no participó en el estudio.
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Según los investigadores, "no está claro cómo puede afectar el hecho de que las madres fumen al crecimiento del bebé o a su cerebro. Es posible que la nicotina pueda afectar al desarrollo del cerebro o que el acceso de oxígeno durante el embarazo se reduzca por el humo del tabaco".
El estudio tiene sus limitaciones porque los investigadores no pudieron saber si las madres habían tomado medicamentos psicotrópicos, alcohol o drogas ilícitas durante el embarazo. Además, tampoco sabían si el padre fumaban mientras el niño estaba en el útero o si el padre o la madre fumaba tras el nacimiento del bebé cuando todavía estaba en desarrollo el cerebro del niño.
 Según Weitzman, "puede ser difícil separar los efectos del tabaquismo de los padres durante el embarazo a los que tiene cuando los niños están creciendo" y concluye asegurando que "muy pocas mujeres fuman sólo durante el embarazo".

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