Además de para las donaciones, muchas madres deciden almacenar su leche para cuando su bebé la necesite en el futuro. Tener alimento disponible para cualquier situación que impida el contacto con el pequeño –la reincorporación laboral, un viaje, una cena con amigos…- puede solucionar muchos problemas y facilita la prolongación de la lactancia, recuerdan los especialistas.
"Volver al trabajo no tiene por qué suponer el fin de la lactancia", subraya Esperanza Martín, enfermera y coordinadora del comité de lactancia del Hospital La Paz de Madrid. "La madre puede extraerse la leche, congelarla y así continuar con la mejor alimentación que pueden recibir los pequeños", indica esta especialista, quien remarca que, sólo hay que seguir unas sencillas pautas para conseguir un adecuado almacenaje:
- Extracción
Es fundamental que la madre se lave muy bien las manos y los utensilios que vayan a usarse para la extracción y el almacenaje de la leche. El proceso puede hacerse de forma manual o usando un sacaleches. De cualquier forma, Martín recomienda consultar con un profesional o con un grupo de apoyo a la lactancia materna, donde pueden aprenderse distintas técnicas efectivas y seguras.
- Almacenaje
Lo más recomendable es utilizar envases aptos para uso alimenticio –especialmente si son de plástico duro- o bolsas especiales para el almacenamiento de leche materna que pueden adquirirse en farmacias. "Se aconseja guardar cantidades pequeñas, entre 60 y 100 centímetros cúbicos y fechar adecuadamente cada envase", señala Martín.
- Refrigeración
"El tiempo de conservación de la leche dependerá de la temperatura que alcance el refrigerador o congelador y de si ésta varía más o menos", apuntan desde la Liga de la Leche. En general, la leche humana puede conservarse unos días en la nevera. En un congelador tipo combi, puede conservarse alrededor de cuatro meses, un periodo que puede alargarse un poco más si el aparato es de última generación.
- Utilización
El método más recomendado para descongelar la leche "es colocar el recipiente bajo el chorro de agua fría e ir dejando que el agua salga progresivamente más caliente hasta lograr descongelar la leche y que ésta alcance la temperatura ambiente", explican desde la Liga de la Leche. También puede colocarse el bote en un cazo con agua caliente, pero "nunca hay que hervir la leche ni calentarla en el microondas", remarca Martín. "La leche tiene que estar a temperatura ambiente, tibia, que es como sale naturalmente del cuerpo de la madre", concluye.
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