Cuando el remedio es natural y encima viene de 'mamá' parece que los beneficios se multiplican. Esto es lo que pasa con la leche materna a la que se le han adjudicado múltiples parabienes, tales como la protección del niño ante enfermedades como la diarrea, la neumonía o, a nivel psicosocial, la influencia positiva en su comportamiento al hacerle menos problemático. Y todo ello, según los investigadores, es cierto.
Sin embargo, un nuevo estudio confirma que la lactancia materna tampoco es la panacea contra todos los males. Según se publica en el 'Diario Británico de Dermatología', alimentar al hijo exclusivamente dándole el pecho durante los cuatro primeros meses o más no les protege ni más ni menos de sufrir un eczema infantil que las madres que optan por el biberón.
"Está ampliamente aceptado que la leche materna es el alimento más importante y apropiado al principio de la vida y nuestro estudio no pretende cambiar esta idea. Es real que amamantar a un niño de manera exclusiva reduce el riesgo de infecciones gastrointestinales entre otras cosas", asegura el doctor Carsten Flohr, uno de los autores principales de esta investigación llevada a cabo por el King College de Londres. "Sin embargo, y en consonancia con otros estudios recientes, hemos observado que no hay una evidencia clara de que un destete tardío proteja al pequeño de no padecer esta afección", afirma este especialista.
La importancia de este estudio radica sobre todo en la muestra de la investigación. Con más de 51.000 niños escogidos al azar de diferentes países, tales como España, Hong Kong o Turquía, los investigadores recogieron datos a través de cuestionarios a los padres y exámenes dermatológicos a los niños, así como pruebas cutáneas y alérgicas. Con todos estos datos, esta investigación se convirtió en la segunda fase del Estudio Internacional de Asma y Alergias en la Infancia, el mayor proyecto de investigación epidemiológica hasta la fecha.
El eczema, ¿una incógnita?
"Estos resultados vienen a ser una prueba más de lo que se venía intuyendo en los últimos estudios", explica a ELMUNDO.es el profesor titular de Pediatría del Hospital Universitario Germanas Trias i Puyol, Carlos Rodrigo. "Los especialistas recomendamos la leche materna por tener muchísimos beneficios, pero no tiene que servir para todo y los eczemas son una de esas cosas para las que no sirve, aunque sea algo más secundario", comenta este especialista.
Este tipo de afección, que se produce cuando la piel 'reacciona' ante diferentes agentes normalmente externos, es uno de los que más afecta a los más jóvenes, siendo frecuente su aparición entre los primeros meses de vida hasta los 10 años de edad. "Lo que llamamos eczema tópico puede producirse por acción alérgica a cualquier producto, suelen ser afecciones por contacto, pero luego existen los eczemas atópicos que no se saben muy bien por qué se producen, aunque hay ciertas sospechas", afirma Carlos Rodrigo.
¿Cuáles son esas sospechas? "Cuando los recién nacidos desarrollan este tipo de problemas suele ser por factores genéticos, es decir, que tiene antecedentes familiares de asma o rinitis alérgica. Creemos precisamente que el factor hereditario juega un papel fundamental en esta afección", comenta este especialista.
Según explica este doctor, "la gran mayoría de los casos se resuelven por sí solos antes de los tres años, pero a veces sus efectos cambian en otras manifestaciones como puede ser el asma o la alergia".
Por su parte, el profesor Hywel Williams, de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y partícipe en esta investigación, la conclusión fundamental va dirigida a aquellas madres que no puedan dar el pecho a sus hijos: "No hay duda de que la lactancia es lo mejor en términos de prevención de infecciones, pero las madres que no puedan amamantar a sus pequeños no deben sentirse culpables si desarrollan estos eczemas, pues hoy por hoy no hay evidencia científica de que la lactancia los proteja de ellos".
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