La contaminación atmosférica es un factor de riesgo cardiovascular emergente que favorece los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca, según un estudio publicado en la 'Revista Española de Cardiología' (REC). Por ello los expertos recomiendan prevenir los riesgos y tener más en cuenta este nuevo factor de peligro.
El estudio, ha sido realizado por el Hospital Universitario de Canarias y el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (CIAI), ambos de Santa Cruz de Tenerife. La investigación analiza la relación entre la exposición de las partículas atmosféricas presentes en el aire ambiente con los factores de riesgo cardiovascular en pacientes que han ingresado en un hospital con diagnóstico de insuficiencia cardíaca o de síndrome coronario agudo (SCA).
En este estudio han participado 3.229 pacientes, que habían sido ingresado por insuficiencia cardíaca o por síndrome coronario agudo(SCD). El perfil de los enfermos por insuficiencia cardiaca era de mayor edad, predominantemente mujeres y diabéticos; el segundo, el SCD, tiene una mayor prevalencia de historia familiar de cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, dislipemia y fumadores.
Los resultados del estudio destacan que los pacientes ingresados a causa de insuficiencia cardíaca mostraron mayor exposición a las partículas atmosféricas en aire ambiente, especialmente de partículas ultrafinas. Estas partículas son las más peligrosas de todas las existentes en el aire ya que son las que concentran una mayor cantidad de partículas por mm3, son totalmente respirables debido a su reducido tamaño y a que concentran una gran cantidad de carbono orgánico.
Estas partículas conforman alrededor del 85 por ciento del total de partículas que se hallan en el aire ambiente y están especialmente presentes en los gases que desprenden los vehículos, principalmente los de motor diesel y en los humos procedentes de las industrias. Por ello, estas partículas se encuentran localizas en mayor medida en las ciudades que en las zonas rurales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la contaminación como la decimotercera causa de muerte en todo el mundo, ya que provoca cada año cerca de dos millones de fallecimientos, la mayoría debidos a enfermedades cardiovasculares.
En España, mueren cada año cerca de 18.000 personas a causa de la contaminación atmosférica, cifra que según los expertos aumentara cada año si no se toman medidas al respecto. Además, se calcula que por cada incremento diario de 10 mg/m3 de partículas ultrafinas, el número de personas que fallecen durante los días inmediatamente posteriores aumenta alrededor de un 0,7 por ciento.
Como explica el autor del estudio, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y del servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Canarias, el doctor Alberto Domínguez-Rodríguez, "la polución atmosférica debe considerarse como un factor de riesgo cardiovascular emergente y modificable. Acciones destinadas a reducir la emisión de partículas, como el uso de coches eléctricos, controlar los humos de las industrias, e informar a la población de los días de alta concentración de contaminación sería beneficioso para el corazón y para nuestra salud en general".
"Es importante que nos concienciemos de los problemas de salud que acarrea la contaminación, siendo como una especie de 'asesino silencioso' que va deteriorando nuestro organismo sin que nos demos cuenta", añade Domínguez-Rodríguez.
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