martes, 30 de agosto de 2011

Química de película


De 'El doctor Frankenstein' a 'Armageddon', pasando por 'Matrix'... Y para los adictos a las series: 'CSI', 'Bones' o 'Navy'. El cine siempre se ha valido de la ciencia, y los científicos de la gran pantalla (y de la pequeña) para la divulgación de sus conocimientos. Tal vez por ello llama la atención que en este Año Internacional de la Química, guionistas y productores hayan querido estrechar aún más sus lazos con los investigadores. Y lo han hecho durante la celebración en Denver (EEUU) de la Reunión Nacional y Exposición de la Sociedad Americana de Química (ACS, sus siglas en inglés)
El acercamiento se ha producido durante un simposio: 'La ciencia sobre la Pantalla de Hollywood'. En él, una de sus coorganizadoras, Nancy Jackson, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, ha reconocido que la serie 'CSI' es un gran ejemplo de cómo un espectáculo sumamente popular puede ser divertido y, a la vez, hacer la ciencia más comprensible para el público.
"Las personas que hacen programas de televisión y films "realmente están interesadas en presentar la ciencia con exactitud. Por este motivo han estado animando a los científicos para que se conviertan en sus asesores técnicos. Así me ocurrió a mí y ha sido muy gratificante colaborar en el capítulo 'Breaking Bad' de la serie 'CSI'", testifica la experta.
En declaraciones a ELMUNDO.es, la científica estadounidenses admite: "Esperamos construir puentes entre Hollywood y los científicos. Esperamos mejorar la frecuencia con la cual la ciencia, exacta o razonable, es retratada en películas y televisión. Pero, sobre todo, deseamos que los científicos colaboren más con el cine, así como que los productores vengan a conocernos mejor y ofrezcan una mejor percepción de quiénes somos al público".
Gerardo Ojeda, vicepresidente de la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos (AECIC), defiende que el escenario ideal "sería la estrecha colaboración de ambos grupos profesionales, pero todavía quedan obstáculos por resolver. En muchas ocasiones la dificultad reside en que los guionistas y productores desean 'rebajar' el contenido científico para hacerlo más accesible a la población y este interés choca con los profesionales de la ciencia que temen que se desvirtue su mensaje y carezca de rigor".
Manuel Moreno Lupiáñez, del departamento de Física e Ingeniera Nuclear, de la Universidad Politécnica de Cataluña y autor de varios artículos y libros sobre la ciencia y el cine, reconoce que el simposio es "una magnífica iniciativa. En los últimos años han aparecido algunos libros tanto en EEUU como en España que analizan la ciencia y la tecnología de los filmes (no sólo de Hollywood), en concreto aspectos de Física, Matemáticas y Biología. Faltaba profundizar en otras disciplinas, como la Química. Y este es el caso de este congreso. Este nuevo encuentro de la ficción y la ciencia, que tanto interés despierta, puede ayudar a aumentar el bagaje cultural de la ciudadanía".
Para este experto, el encuentro entre, "científicos productores, guionistas y personas del universo cinematográfico y televisivo, responsables de series y filmes de éxito con contenido tecnocientífico (CSI, Battlestar...) es una buena mezcla que dará lugar, seguro, a nuevas ideas que se plasmarán en futuras producciones. Y al revés, puede ser también que algunas ideas de la ficción sirvan de acicate para la mente despierta de los científicos".
Mundos compatibles
El profesor Moreno reconoce que "ciencia y cine comparten dos aspectos: especulación y sentido de la maravilla. No son (no deberían ser) mundos antagónicos. El cine no es, ni lo pretende, un medio de divulgación y comunicación de la ciencia. Tiene su propio lenguaje. Pero cuando presenta aspectos de ciencia y tecnología (tecnociencia) no estaría de más exigirle, como espectadores (y consumidores de esa industria del espectáculo), cierta rigurosidad. Nadie toleraría, por ejemplo, que en un filme histórico de romanos (un péplum) estos apareciesen con teléfones móviles".
Aaron Thomas, guionista y productor de la serie 'CSI Nueva York', defiende que para los "guionistas que no tienen algunos conocimientos científicos, la investigación es esencial. Dedicamos mucho tiempo a asegurarnos que las historias que contamos conectan con la realidad. Esto incluye los aspectos científicos y forenses que mostramos. Muchas de las historias que divulgamos se basan en casos actuales. Para ello contamos con asistentes que cotejan sus ideas con lo publicado en las revistas científicas con el fin de ser lo más exactas posibles. A menudo, los episodios arrancan con misterios de ciencia muy interesantes".
"La colaboración de científicos expertos en el tema que se trate en el filme mejora la verosimilitud del mismo. Pero, también, permite el aumento de la cultura tecnocientífica de los espectadores y la ciudadanía en general lo que ayudaría a forzar a los directores a realizar filmes más rigurosos. No es cierto que el rigor (que exige la ciencia) y la amenidad (que impone el séptimo arte) deban estar reñidos. Ejemplos de series como CSI son una buena muestra", determina Manuel Moreno.
Defiende, además, que series como "CSI o Bones, de temática policíaca, han conseguido introducir la tecnociencia de la disciplina forense y de la ciencia criminalística en la estructura que sostiene al argumento. Claro que hay concesiones al medio: el caso debe resolverse en los 30 o 45 minutos que dura el episodio y por eso algunos de los test que aparecen (espectrógrafos de masas, pruebas de ADN, etc.) funcionan de manera instantánea, muy diferente de la realidad donde estas técnicas necesitan cierto tiempo para dar sus resultados", agrega.
Por este motivo, Nancy Jackon recuerda que "los científicos tienen que ser flexibles y recordar que la ciencia al completo no siempre puede estar presente en las películas, su objetivo es atraer, entrentener. Se realizan pensando en la audiencia".

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