Algunas terapias biológicas utilizadas para tratar la psoriasis no aumentan el riesgo de problemas cardiovasculares, según un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association (JAMA), que ha analizado investigaciones previas y ha revelado que no existen diferencias significativas entre la tasa de estos problemas en pacientes que recibieron terapias biológicas en comparación con los que recibieron placebo.
Durante la última década se ha relacionado las enfermedades autoinmunes, como la psoriasis, con la inflamación crónica sistémica y un aumento de riesgo cardiovascular. Diferentes investigadores han propuesto que el control de la inflamación podría ayudar a reducir las enfermedades cardiovasculares y se han recibido informes preliminares de un número excesivo de eventos adversos cardiovasculares graves (como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte cardiovascular) encontrados en los ensayos controlados aleatorios de pacientes con psoriasis tratados con agentes anti-IL-12 / 23, así como una pequeña cantidad de información sobre acontecimientos de los estudios de los agentes anti-factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a) para el tratamiento de la psoriasis.
Caitriona Ryan del Instituto Baylor de Investigación de Dallas (EE.UU.)) y sus compañeros de investigación realizaron un metanálisis para evaluar una posible asociación entre las terapias biológicas contra la psoriasis en placa crónica (CPP, la forma más común de psoriasis, que se caracteriza por marcas rojas perfectamente definidas en la piel y en relieve) y los efectos cardiovasculares.
Más de 10.000 pacientes
En estos estudios participaron 10.183 pacientes y se midió en primer lugar los efectos cardiovasculares que habían tenido lugar durante una fase controlada con placebo en pacientes que recibieron al menos una dosis del agente de estudio o de placebo. Durante las fases controladas con placebo de los estudios anti-IL-12/23, 10 de los 3.179 pacientes tratados con estas terapias presentaba un evento cardiovascular en comparación con la inexistencia de eventos de este tipo en 1.474 pacientes tratados con placebo. En los estudios de los agentes anti-TNF-a, uno de los 3.858 pacientes tratados con estos agentes presentó un MACE en comparación con uno de los 1.812 pacientes tratados con placebo.
«Este metanálisis no muestra un aumento significativo de riesgo de eventos cardiovasculares asociado al uso de agentes anti-lL-12/23. Sin embargo, las limitaciones de este estudio impiden determinar si estos fármacos exponen a los pacientes con psoriasis a un aumento de riesgo cardiovascular. El pequeño número de eventos cardiovasculares que ocurrieron en los pacientes controlados con placebo en las fases de estos estudios y la duración limitada de las fases controladas con placebo, reducen el poder de este metanálisis para detectar un cambio en el riesgo», escriben los autores.
Los investigadores añaden que «este análisis pone de manifiesto las limitaciones inherentes del control del placebo, la dificultad de los ensayos clínicos para interpretar de forma fiable la importancia de eventos raros debido a su diseño actual. A pesar de que los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina son actualmente el estándar del criterio para medir la eficacia clínica de las terapias contra la psoriasis, estos estudios están diseñados para detectar diferencias en la severidad de la psoriasis en la respuesta al tratamiento en periodos cortos de tratamiento y suelen ser de poca potencia y de muy corta duración para detectar respuestas raras o efectos adversos a largo plazo. Se justifica una cuidadosa consideración de estos temas para servir mejor a los pacientes participantes en estos estudios y a los que son tratados una vez que los medicamentos son aprobados», señalan.
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