lunes, 29 de agosto de 2011

Desarrollan un método para unir los vasos sanguíneos


Casi 100 años después se sigue utilizando el mismo sistema para volver a conectar los vasos sanguíneos rotos. Se hace con puntos de sutura, tal y como lo hizo por primera vez el cirujano francés Alexis Carrel, que recibió un Premio Nobel por su innovación. Ahora, un siglo después, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford (EE.UU.) ha desarrollado un método de sutura alternativo, que parece ser más rápido, más seguro y sencillo.
El equipo de investigadores coordinado por Geoffrey Gurtner ha empleado un gel poloxámero bioadhesivo en lugar de una aguja e hilo para unir los vasos sanguíneos, un procedimiento llamado anastomosis vascular. Los resultados de la investigación se publican en la revista Nature Medicine.
Uno de los grandes inconvenientes de las suturas es que son difíciles de usar en la microcirugía, cuando hay que unir vasos sanguíneos menores de 1 milímetro de ancho. Gurtner y su equipo ya llevan más de 10 años en la búsqueda de una alternativa a las suturas. «En el 2002, tuve un paciente, un niño de 10 a 12 meses de edad que tenía un dedo amputado por la rueda de la bicicleta estática. Tuvimos problemas para volver a colocar el dedo porque los vasos sanguíneos eran demasiado pequeños; tardamos más de cinco horas y al final sólo pudimos poner tres puntos de sutura».
Demasiado pequeños
Aunque todo salió bien, Gurtner y su equipo comprobaron que en microcirugía, las suturas no son la solución más eficaz. Además, reconoce, las suturas conllevan algunos problemas: pueden producir complicaciones, tales como hiperplasia de la íntima, situación en la que las células responden al trauma que causa la aguja y el hilo y se produce una proliferación en la pared interior de los vasos sanguíneos, haciendo que se estreche en ese punto. Esto aumenta el riesgo de trombo sanguíneo. Además, las suturas pueden desencadenar una respuesta inmune, dando lugar a tejido inflamado que también aumenta el riesgo de un trombo.
El nuevo método podría evitar estos problemas. «Tiene el potencial de mejorar la atención al paciente por la disminución de amputaciones, accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón, además de la reducción en los costes», escriben los autores en el estudio.

Gurtner, en colaboración con el químico Gerald Fuller, y Jayakumar Rajadas, trabajaron en la manipulación del poloxámero para que se convirtiera en sólido y elástico cuando se calentara por encima de la temperatura corporal, pero que también se disolviera en el torrente sanguíneo cuando se enfriara. El poloxámero se empleó para distender las dos aberturas de un vaso sanguíneo roto, lo que permite a los investigadores a unirlos con precisión.
En experimentos llevados a cabo en animales, la técnica resultó ser cinco veces más rápida que el método tradicional de suturas, según el estudio. Además, la inflamación y cicatrización al cabo de dos años fue mucho menor. La nueva técnica era eficaz incluso en los vasos sanguíneos extremadamente pequeños -sólo 0,2 mm de ancho- que habrían sido demasiado pequeños y delicados par el uso de sutura. «Ahí es donde realmente brilla», destaca Gurtner.
Los investigadores han utilizado poloxámero 407 para ocluir los vasos sanguíneos en animales de experimentación con el propósito de evaluar la seguridad del gel y su eficacia en la llamada «cirugía de corazón que late», en la que determinados vasos sanguíneos deben ser bloqueados temporalmente para mejorar la visibilidad de los cirujanos que realizan un bypass arterial tras un infarto.
Alternativa segura y eficaz
Aunque se han probado otros métodos de suturas, en la mayoría de los casos no han ofrecido buenos resultados, dijeron los autores. «A menudo, el uso de microclips, grapas o imanes en sí es traumático para los vasos sanguíneos, por lo que tienen tasas de fracaso comparables o superiores a la anastomosis suturada tradicional».
«Este es un nuevo enfoque de la anastomosis que podría desempeñar un papel importante en la cirugía microvascular; pero ahora necesita demostrar que es eficaz y seguro en ensayos clínicos en humanos», afirma Frank Sellke, MD, de la Universidad Brown (EE.UU.).
Gurtner cree que la nueva técnica podría ser especialmente útil en cirugías mínimamente invasivas, en las que la manipulación de las suturas lleva a un nuevo nivel de dificultad.

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