La
artrosis es una patología que se asocia con el envejecimiento, por eso su
diagnóstico en niños es prácticamente desconocido, o mejor dicho es
"excepcional", sin embargo sí se puede hablar de la enfermedad puesto
que, aunque no la padecen como los adultos, ni es provocada por las mismas
causas, se desarrolla lesionando el cartílago articular.
"Los
niños no padecen artrosis como la enfermedad que es en el adulto, la etiología
es distinta y viene provocada por distintas causas", explica a Europa
Press el presidente de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica, el doctor
Rosend Ullot, quien destaca la importancia de reducir las lesiones articulares
para evitar en el futuro que curse la enfermedad de adultos.
Por
lo dicho anteriormente, el otro experto consultado, el doctor Jordi Ardèvol,
traumatólogo y exjefe de los servicios médicos del Barça, destaca que "la
artrosis en niños es excepcional. Se podría decir que, como tal, no existe. Lo que
sí pueden padecer los niños son factores que en un futuro condicionaran el
desarrollo de la artrosis".
No
obstante, es cada vez mayor presencia de artrosis en edades más tempranas que
hace años. "Por ejemplo, la artrosis de cadera que se desarrolla
principalmente a partir de los 60 años, actualmente hay poblaciones de riesgo
que practican algún deporte determinado que presentan artrosis de cadera ya a
los 30-40 años", advierte Ardèvol.
La
artrosis o desgaste articular, como tal es una enfermedad que se manifiesta a
partir de los 40 años, sobre todo entre deportistas o personas que hacen
ciertos movimientos repetitivamente; y puede afectar una o más articulaciones,
siendo las más afectadas las rodillas, caderas, columna vertebral y los dedos.
La
enfermedad, explican, se produce porque articulación tiene lugar un
reblandecimiento de una zona del cartílago, seguidamente aparecen unas fisuras
superficiales y el cartílago se va destruyendo poco a poco y, finalmente,
afecta el hueso subcondral que es el que se encuentra por debajo del cartílago.
¿QUÉ
LA PUEDE PROVOCAR?
Entre
los factores asociados a su desarrollo de niño, destaca padecer una enfermedad
inflamatoria articular como es la artritis idiopática juvenil, que "puede
provocar lesiones articulares graves e irreversibles que obliguen a colocar una
prótesis total de rodilla o cadera en un paciente adolescente", señala
Ullot.
Por
otra parte, las infecciones osteoarticulares, que entre sus secuelas más graves
se encuentra la artritis séptica, "las lesiones del cartílago articular
que provocarán una artrosis precoz y dolorosa de la articulación afecta".
"Las
osteomielitis pueden lesionar los cartílagos de crecimiento total o
parcialmente dando lugar a dismetrías o desviaciones angulares respectivamente.
Las alteraciones de los ejes son uno de los grandes enemigos de las
articulaciones de los miembros inferiores", señala este experto.
También
a consecuencia de un problema mecánico como la displasia del desarrollo de
cadera no solucionada con el tratamiento adecuado; por mala evolución de la
enfermedad de Perthes (necrosis de la cabeza femoral); por el diagnóstico
tardío y el tratamiento no adecuado de una epifisiolisis de la cabeza femoral
del adolescente; y por traumatismos articulares que lesionen el cartílago
articular, sobre todo fracturas que consolidan con alteración de los ejes de
los huesos dan lugar a cargas incorrectas, que provoca que las articulaciones
vecinas se deterioran precozmente.
Asimismo
puede condenar al niño a una artrosis de adulto los microtraumatismos, es decir
traumatismos pequeños pero continuos, que favorecen la aparición de lesiones en
el cartílago articular, y que si no se evitan o amortiguan pueden desencadenar
una artrosis; también las lesiones ligamentosas, meniscales y las sobrecargas
crónicas son factores que pueden favorecer las lesiones cartilaginosas
articulares.
"Debido
a los microtraumatismos los niños que practican fútbol tienen mayor riesgo de
desarrollar una artrosis en miembros inferiores, mientras otros deportes como
el balonmano y el baloncesto pueden afectar los miembros superiores",
añade Ullot.
Para
evitar la aparición de la artrosis en niños y adolescentes que sufran algunas
de las entidades descritas anteriormente hay que conocerlas y tratarlas
adecuadamente, ya que "los diagnósticos precoces y el tratamiento que
corresponde a cada patología es la que evitará el autentico calvario que puede
representar para el niño y sus padres", explica Ullot.
PREVENCIÓN
PARA EVITAR SU DESARROLLO
La
artrosis se relaciona con una serie de factores de riesgo, por lo tanto una de
las primeras recomendaciones del doctor Ardévol es prevenir en los niños los
factores de riesgo que desarrollarían una artrosis de adulto: obesidad,
sedentarismo, malformaciones de los ejes de las extremidades, etc. Además,
"se deben tratar los factores de riesgo predisponentes, en elemento
principal es la concienciación de la familia en que debe implicarse en corregir
hábitos alimentarios".
En
segundo lugar, teniendo en cuenta que la práctica deportiva puede provocar su
desarrollo, el especialista recomienda evitar su práctica sin control y, en
caso de traumatismo, si fuera necesario la familia debe colaborar en el
tratamiento que "puede ser quirúrgico para corregir un factor de
incongruencia articular o inestabilidad y que en un futuro ayude a desarrollar
la artrosis".
"También
se deben corregir de forma conservadora o quirúrgica las deformidades del
esqueleto que en un futuro puedan provocar sobrecarga sobre zonas de cartílago
articular; y se deben tratar los traumatismos como fracturas articulares o
lesiones ligamentosas, que comporten inestabilidad articular, que con el paso
del tiempo faciliten el desgaste del cartílago articular", añade.
Por
su parte, Ullot recuerda que los niños tienen cartílagos de crecimiento que se
pueden lesionar y dar lugar a la aparición de angulaciones, "las cuales
hay que corregir para que no se afecten las articulaciones", destaca este
experto, quien recuerda que "los traumatismos en la vida habitual y
sobretodo en la práctica del deporte pueden tener consecuencias graves".
Por
eso, además de una alimentación correcta y evitar en lo posible el sobrepeso,
aconseja practicar deporte con el material adecuado a cada niño y deporte;
incrementar la actividad poco a poco y en forma segura; no jugar cuando se esté
muy cansado, aparezca dolor o esté lesionado; comunicarle al niño mensajes
positivos sobre la seguridad, y cuando se produce una lesión es muy importante
que el niño se recupere plenamente antes de reanudar la actividad deportiva.
En
cuanto a lo deportes que, de ser practicados incorrectamente, tienen más riesgo
para la articulación, destaca el fútbol, siendo las partes más lesionadas el ligamento
colateral medial, los meniscos y el ligamento cruzado anterior; el baloncesto
donde las lesiones afectan al tobillo y a la rodilla, por torsión o por
aplicación de una fuerza lateral; y la gimnasia rítmica y deportiva, donde los
micro traumatismos, la osteocondrosis (lesión del cartílago articular) y la
apofisitis calcánea (sobrecarga del cartílago de crecimiento del talón) en los
miembros inferiores, son las lesiones más frecuentes.
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