martes, 19 de marzo de 2013

Atrapado un "sospechoso habitual" de la leucemia más común



El estudio demuestra que el gen en cuestión aparece modificado "con frecuencia" en enfermos de Leucemia Linfática Crónica (LLC), un cáncer de la sangre que cada año causa unos 1.000 nuevos casos en España. Los datos del estudio apuntan a que los cambios o mutaciones en el gen, llamado TOP1, son más frecuentes entre los pacientes con variantes más agresivas de LLC. En un futuro, sugieren, este tipo de datos podría ayudar a dar tratamientos más efectivos a los pacientes en función del perfil genético de su tumor.

Los resultados surgen del Consorcio Español del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica, un grupo liderado por Carlos López Otín, de la Universidad de Oviedo y Elías Campo, del Hospital Clinic y la Universidad de Barcelona, y en el que participan 12 centros de investigación y hospitales de toda España. En 2009 el grupo comenzó a secuenciar el genoma completo de pacientes de esta enfermedad para identificar nuevas causas genéticas de la misma. El objetivo final del grupo español es secuenciar el genoma completo de 500 pacientes y sus cánceres, lo que requiere un ingente trabajo de secuenciación y análisis genético por parte de un equipo en el que participan algunos de los mejores expertos en genética del cáncer del país y que requiere el inmenso poder de cálculo de Marenostrum, el ordenador más potente de España.

El consorcio ha encontrado más de 1.000 mutaciones, o erratas en los genes que pueden estar relacionadas con la enfermedad. La gran mayoría de estas mutaciones tiene una responsabilidad ínfima o nula, pero a medida que se ha secuenciado el ADN de más enfermos han emergido un puñado de mutaciones recurrentes que son las mayores sospechosas de potenciar esta dolencia.

El nuevo estudio, publicado hoy en Nature Genetics, añade un nuevo sospechoso a la lista. Se trata de un gen llamado POT1 y que se encuentra en los telómeros, una especie de tapón que protege a los cromosomas e impiden mutaciones peligrosas.

"Llevamos mucho tiempo estudiando la biología de los telómeros ya que alteraciones en su mantenimiento se asocian al cáncer y al envejecimiento", ha explicado María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y coautora del estudio, en una nota de prensa.

Los investigadores han analizado mutaciones en este gen de los telómeros entre 127 pacientes españoles y han cruzado los datos con los de otros 214 enfermos de otros países. El POT1 solo ha aparecido mutado en el 3,5 % de todos los casos, pero ese porcentaje aumenta hasta el 9% entre los pacientes que sufren el tipo de leucemia más agresivo. El porcentaje es bajo, pero, según destaca el estudio, convierte a este gen en uno de los que con más frecuencia aparece mutado en los análisis del consorcio. De hecho, sus autores creen que el POT1 debe ser incluido junto a otros cuatro genes detectados anteriormente en la corta lista de los peores potenciadores de la enfermedad.

Cromosomas sin techo

"Por lo que sabemos, el POT 1 sería el tercer gen que con más frecuencia aparece mutado en esta enfermedad", explica a Materia Elías Campo, uno de los coordinadores del consorcio. Los dos genes más peligrosos detectados hasta el momento aparecen mutados en el 10% de los casos y entre el 15% y el 18% de los casos más agresivos. El POT1 presenta una frecuencia más baja, pero supone una gran novedad, pues es la primera vez que se detecta que un gen de los telómeros asociado al envejecimiento esté relacionado con un cáncer. El gen es fundamental para mantener los cromosomas protegidos. "Estas mutaciones inactivan o destruyen un gen que es como el tejado que protege a los cromosomas del daño", detalla Campo. Como ejemplo del refinamiento del cáncer, las mutaciones no destruyen del todo el gen, pues esto mataría automáticamente a la célula e impediría el avance de la enfermedad.

"Se trata de un trabajo muy bueno que demuestra los efectos de las mutaciones en POT1 y su posible responsabilidad en la inestabilidad cromosómica que vemos en los pacientes con LLC de alto riesgo", explica a Materia Jennifer Brown, directora del Centro de LLC del Instituto de Cáncer Dana-Farber (EEUU). Brown destaca que las mutaciones en cuestión se dan en el 3,5% de pacientes "así que aún hay que definir su aplicabilidad al amplio rango de la LLC al igual que pasa con el resto de mutaciones encontradas hasta el momento y que se dan en un número relativamente pequeño de pacientes", comenta.

En un futuro, comprender mejor los perfiles genéticos de cada paciente puede ayudar a tratar sus tumores de forma más específica y aplicar fármacos especialmente efectivos para su perfil genético. De hecho proyectos como el del consorcio español han permitido desvelar genes que están mutados en varios tipos de cáncer, lo que hace más viable el desarrollo de nuevos fármacos para combatirlos, apunta Campo.

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