La ola de calor ocurrida en Europa en el año 2003 dejó a su paso los peores resultados de la historia, provocando una gran alarma social que hizo pensar a médicos y profesionales de la Sanidad. En Francia hubo más de 11.000 muertos y sólo en las residencias de ancianos la cifra alcanzó hasta los 150. En España, la mortalidad creció un 15% ese verano. Unos datos que hicieron plantearse muy seriamente la difusión de campañas que concienciasen a la población de la importancia de hidratar bien nuestro cuerpo durante los meses de calor.
Con el apoyo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS) comienza la campaña: 'Este Verano Hidrátate: Somos agua'. El fin es llegar a toda la sociedad, pero haciendo especial hincapié en los niños. Esta campaña pretende aterrizar en cerca de 10.000 colegios y en más de 1,3 millones de niños de edades comprendidas entre ocho y 10 años.
"Es importante hacer llegar a la gente que sus consecuencias no solo son físicas, sino también y sobre todo cognitivas", afirma el doctor Francisco Moraver, presidente del IIAS.
El especialista subraya además que "el médico de familia debe ser fundamental, es necesario que conozca muy bien a su paciente para recomendarle una hidratación adecuada en cada caso".
El experto subraya: "los médicos de familia aprendimos muchas cosas de la esa famosa ola de calor de 2003, por ello no queremos que vuelva a pasar. Hidratarse bien está en nuestras manos".
Por su parte, José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN, asegura que hay personas que se encuentran con tratamientos farmacológicos fuertes y como consecuencia no les "apetece" beber agua. Por ejemplo "hay pacientes con tratamientos antihertensivos que sufren deshidratación y requieren hasta un ingreso hospitalario".
Cómo tener una buena hidratación
El IIAS ha elaborado una serie de pautas para la población adulta que contiene seis reglas principales: no esperar a tener sed para beber agua, ingerir al menos ocho vasos diarios, beber antes, durante y después de realizar ejercicio físico, llevar una botella de agua consigo al salir a la calle y por último si hay niños o ancianos a nuestro cargo, es aconsejable ofrecerles agua con frecuencia. Por su parte, en mujeres embarazadas, se recomienda beber tres litros de agua diarios.
Llisterri asegura que no solo la cantidad es importante, la calidad es un factor fundamental a tener en cuenta. "El agua del grifo es buena, pero también depende de la zona de donde proceda". Además, explica, que es necesario conocer ese agua y ver qué minerales y sustancias se puede obtener de ella.
Así el doctor Moraver concluye: "Una buena cultura hidrológica puede ayudar a tener una buena salud".
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