miércoles, 13 de junio de 2012

Desentrañando el valor de los omega-3


Desde que Bang and Dyerberg sugirieron en los años 70 que los omega-3 podrían ser cardioprotectores, basados en sus estudios observacionales en esquimales y daneses, han corrido ríos de tinta en relación con este tema. Los resultados han sido muy variados dependiendo del diseño de los estudios, la población incluida, y la manera de suministrar los omega-3 (en el caso de los estudios de intervención).

El estudio que hoy publica la revista 'NEJM', con sus resultados negativos, es, por lo tanto, una investigación más que de momento añade leña al fuego de la confusión. Por ejemplo, en la misma semana ha aparecido otro trabajo, este con diseño de meta análisis, es decir, un análisis conjunto de múltiples estudios, que viene a demostrar que el consumo de omega-3 disminuye el riesgo de fallo cardiaco en un 15%.

Basado en estos últimos resultados, uno de los líderes de opinión en el tema de los omega-3 y riesgo cardiovascular, Dariush Mozaffarian, ha declarado públicamente que "el pescado y los omega-3 deberían ser la primera línea de defensa contra la muerte provocada por las enfermedades del corazón", lo que evidentemente contrasta con la falta de protección sobre muerte cardiovascular encontrada por los investigadores del estudio 'ORIGIN', llevado a cabo en sujetos con problemas de prediabetes o diabetes y utilizando suplementos de omega-3 (aproximadamente 1 gramo por día).

En cuanto a cuál es la mejor forma de consumir estos ácidos grasos omega-3, bien a través de suplementos o mediante la ingesta de pescado, ha sido un tema de debate durante muchos años y probablemente lo seguirá siendo en el futuro. Basados en el éxito del reduccionismo que tuvo lugar cuando los problemas nutricionales eran principalmente de deficiencias, en cuyo caso la administración de un compuesto aislado como una vitamina podía paliar el problema, se ha seguido con el mismo proceso de simplificación y se ha extrapolado para las enfermedades más complejas con las que nos enfrentamos hoy en día.

Hasta ahora, y por regla general, el uso de componentes aislados, bien sea una vitamina u otra sustancia, como un mineral o como en este caso un aceite, han fallado en alcanzar o demostrar sus objetivos. Lo que ha dado origen a un movimiento de investigadores que opina que la matriz es importante, es decir, que el alimento 'per se' es importante para conseguir los propósitos y que el pescado puede ser más beneficioso en conjunto que simplemente los suplementos. Si esto es o no cierto necesita demostración y ésta no será fácil ni barata. Obviamente, lo ideal sería el permanecer saludable utilizando un patrón de dieta adecuado, como es en nuestro caso el mediterráneo.

Por otro lado, no se trata sólo de una cuestión de qué se come sino de cuándo se empieza a tomar esta dieta y de cómo pueden variar sus efectos en función de la edad y de las características personales. Es muy probable que el efecto no positivo detectado en el estudio de 'NEJM' sea diferente en otras poblaciones, y de hecho este parece ser el caso como se aprecia en los resultados de estudios individuales y de meta análisis. En mi opinión, la prevención debe empezarse de forma temprana, cuando ya se tiene la enfermedad no hablamos de prevención sino de terapia, y el armamento para ambas aproximaciones puede ser diferente.

Creo que los omega-3 han tenido un papel importante en el desarrollo cognitivo del homo sapiens y que, evidentemente, dada su naturaleza esencial debemos consumirlos y tienen que ser parte de nuestra dieta, preferiblemente como pescado (aunque también se pueden conseguir, aunque con menos rendimiento, de plantas). Si los suplementos son o no necesarios y beneficiosos va a depender de la dieta base y de las características genéticas de cada individuo y tal como se plantean los estudios que hemos visto, éstos no nos va a resolver este dilema.

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