Varios estudios anteriores habían sugerido que la 'Aspirina' podía reducir el riesgo de desarrollar cáncer, pero este nuevo trabajo es el primer RCT que se ha centrado en la incidencia del cáncer como su principal objetivo.
En el proyecto han participado 43 centros de 16 países que ha seguido a cerca de 1.000 pacientes, en algunos casos, durante más de diez años. Todos ellos poseían el Síndrome de Lynch, una anomalía genética que predispone a la persona a desarrollar cáncer colorrectal
u otro tipo de cáncer sólido. Al menos una de cada 1.000 personas es portadora de esta anomalía que explica, aproximadamente, uno de cada 30 casos de cáncer intestinal.
De hecho, los pacientes con el Síndrome de Lynch tienen 10 veces más posibilidades que el resto de la población de desarrollar cáncer intestinal o de útero a una edad temprana.
Entre 1999 y 2005, 434 pacientes comenzaron a tomar dos 'Aspirinas' (600 miligramos) todos los días durante al menos dos años, y 427 tomaron placebo. Los primeros datos que arrojaron los análisis de este ensayo en 2007 no mostraron diferencia alguna en la incidencia del cáncer colorrectal entre aquellos que habían tomado el fármaco y los que no.
Sin embargo, en el año 2010 se contabilizaron 19 nuevos casos de cáncer colorrectal entre aquellos que habían recibido 'Aspirina' y 34 entre los pacientes que recibieron placebo, lo que significaba que en el primer grupo la incidencia del cáncer colorrectal se había reducido en un 44 por ciento.
Análisis más exhaustivos centrados en los pacientes que habían sido tratados con 'Aspirina' por lo menos durante dos años (el 60 por ciento del total) revelaron que los efectos del fármaco eran mucho más evidentes, puesto que la incidencia del cáncer colorrectal se redujo un 63 por ciento. Concretamente, se observaron 23 casos cáncer intestinal en el grupo del placebo pero sólo 10 en el de la 'Aspirina'. Por lo tanto, los efectos comenzaron a ser visibles cinco años después de iniciar el tratamiento.
Con respecto otros tipos de cáncer relacionados con el sídrome de Lynch, casi el 30 por ciento de los pacientes que tomaron placebo desarrollaron cáncer de endometrio o útero, mientras que en el grupo que tomó 'Aspirina' solo se observó en un 10 por ciento. No existen datos de efectos adversos tras la finalización del estudio, aunque durante la investigación, no hubo diferencias entre el grupo del fármaco y el de placebo. "Tomar 600 miligramos de 'Aspirina' al día durante 25 meses han reducido substancialmente la incidencia del cáncer herditario tras 55 meses. No obstante, hay que realizar más estudios para establecer la dosis y duración óptimas del tratamiento", han dicho los autores del estudio.
UN NUEVO ESTUDIO MEDIRA LOS EFECTOS CON DISTINTAS DOSIS
De hecho, los investigadores están reclutando voluntarios (en la web 'www.capp3-org') para el estudio CAPP3, que comparará los efectos de los tratamientos con diferentes dosis de 'Aspirina' en pacientes con el síndrome de Lynch. "Mientras tanto, los profesionales sanitarios deberían considerar la prescripción del fármaco para todos los pacientes que tengan un alto riesgo de padecer cáncer colorrectal, aunque tomando las medidas apropiadas para minimizar los efectos adversos", han añadido. "Nuestros resultados, junto con recientes investigaciones, nos ofrecen una base para recomendar la 'Aspirina' a los pacientes con síndrome de Lynch como un tratamiento estándar", han concluido. "Lo que nos sorprendió fue que no hubo diferencia entre el número de pacientes que desarrollaron pólipos, considerados los precursores del cáncer. Pero, finalmente, muy pocos de los que habían tomado 'Aspirina' años antes desarrollaron cáncer", dice el profesor Tim Bishop, de la Universidad de Leeds (Reino Unido), cuyo equipo ha sido el responsable del análisis estadístico.
"Hemos conseguido demostrar los beneficios de la 'Aspirina' porque teníamos una gran cantidad de datos tomados a largo plazo y porque el síndrome de Lynch se asocia con el desarrollo rápido del cáncer. Hemos demostrado, además, cómo nuestra comunidad de investigación y las familias con cáncer hereditario pueden trabajar juntas para resolver preguntas muy importantes para toda la población", ha indicado el profesor.
"Antes de que nadie empiece a tomar 'Aspirina' de forma regular, hay que consultar con el médico, pues el fármaco aumenta el riesgo de sufrir complicaciones estomacales como úlceras", ha advertido.
"Este estudio nos ha acercado a una respuesta más definitiva sobre el papel del fármaco en la prevención del cáncer colorrectal. Desafortunadamente, la logística prohibitiva no permite la realización de un estudios similar en población sin riesgo genético. No obstante, estos resultados y la evidencia anterior justifican las recomendaciones de considerar la 'Aspirina' para la prevención del cáncer colorrectal también en estos casos", han añadido, en un comentario, el doctor Andrew T. Chan, del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) y el doctor Scott M. Lipman, de la Universidad de Texas (Estados Unidos).
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