lunes, 24 de octubre de 2011

Abdominales para «rendir» más



Deleitan la vista y el tacto. Simbolizan una fuerza que muchos imaginan poniendo en práctica en la cama... Pero no siempre compensa lucir un torso «Belvedere». De hecho, los abdominales clásicos pueden inducir a engaño pues, según los expertos, no siempre reducen el volumen ya que, al hacer fuerza, la faja abdominal se distiende y al final sigue quedando un poco hacia fuera.


Por lo que, para impresionar y dejar huella bajo las sábanas, lo mejor es practicar la Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH). Una técnica que no solo moldea, sino que tiene beneficios para la salud más íntima. La de ellos y la de ellas. «Es una terapia complementaria para tratar disfunciones sexuales que tienen como factor de riesgo una disminución de la vascularización o del trofismo nervioso de los genitales. Léase,:problemas de erección, anorgasmias o falta de sensibilidad vulvar», explica a este semanario Marcel Caufriez, creador de esta disciplina, miembro de la Academia Interdisciplinaria en Ciencias de la Motricidad y especialista en rehabilitación y reeducación uro-ginecológica. 


Al practicar GAH, aumenta la oxigenación y la vascularización de los tejidos de los órganos sexuales «y desciende el umbral de sensibilidad, de la inervación de estos órganos». 


Todo radica en la respiración y el mantemiento de la postura. «Lo que busca esta disciplina es disminuir la presión que los ejercicios convencionales generan en la zona. Mejora el tono abdominal, se reduce la cantidad de grasa de la cintura y se evitan trastornos físicos generados en muchos casos por una mala ejecución», explica Mónica de los Ríos Tomé, instructora del gimnasio Bodykan. 


Por su parte, la entrenadora Ana Gómez Sánchez añade que «antes, los cursos de GAH se impartían exclusivamente a profesionales de la sanidad, fisioterapeutas y matronas, pero debido a los beneficios esta modalidad ha saltado a la calle».
Las especialistas afirman que «además, aumenta la movilización de la energía explosiva y de la capacidad anaeróbica, con un incremento de hasta el 15 por ciento del metabolismo en dos meses de entrenamiento». También mejora la  movilidad, «se observa  mayor flexibilidad, menor pesadez y menos dolor».



En práctica


Es sencillo, pero diferente a lo que estamos acostumbrados. «Incluye ejercicios posturales repartidos en tres grupos según el objetivo buscado: opción fitness, deporte alto nivel y terapéutica», aclara Caufriez. «Es un bombardeo propioceptivo de un centro respiratorio del tronco cerebral que provoca respuestas motrices de neurodivergencias, por ejemplo, a nivel de perineo».


Tras realizar una inspiración profunda en la que se «hunde» el vientre y se elevan las costillas, poco a poco asciende el diafragma. Después, se exala despacio y se hace un poco de fuerza. Es apto para todos, salvo para los hipertensos, que deberán seguir un estricto control profesional.  « En un mes observamos una mejoría de los síntomas, pero para memorizar resultados son necesarios de 3 a 6 meses de práctica», concluye Caufriez.
 

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