El triclosán, un producto químico antibacteriano utilizado en jabones y otros productos de cuidado personal, dificulta las contracciones musculares a nivel celular, retarda la natación en los peces y reduce la fuerza muscular en ratones, según han publicado en 'PNAS' investigadores de la Universidad de California en Davis y la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
"El triclosán se encuentra en casi todas las casas del mundo, y es un fenómeno generalizado en el medio ambiente", afirma Isaac Pessah, profesor y director del Departamento de Biociencias Moleculares en la Universidad de California, en Davis, y principal investigador del estudio. Según el investigador, "los nuevos hallazgos proporcionan una fuerte evidencia de que este producto químico es motivo de preocupación para la salud humana, y para el medio ambiente".
El triclosán se encuentra, comúnmente, en productos antibacterianos de cuidado personal, como jabones, desodorantes, enjuagues bucales o pastas de dientes; así como en ropa de cama, alfombras, juguetes, y bolsas de basura. En 1998, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, estimó que, anualmente, se producen más de 454.000 kilos de triclosán en los Estados Unidos, y que el producto químico es detectable en las vías fluviales, y en organismos acuáticos -desde las algas a los delfines- así como en la orina humana, la sangre, y la leche materna.
Los investigadores del nuevo estudio realizaron varios experimentos para evaluar los efectos del triclosán en la actividad muscular, utilizando dosis similares a las que las personas y los animales pueden estar expuestos, durante la vida cotidiana. En el laboratorio, el triclosán afectó a la capacidad de contraerse de las células del músculo cardíaco, y las fibras musculares.
En concreto, el equipo evaluó los efectos del triclosán en los canales moleculares de las células musculares que controlan el flujo de iones de calcio -creando contracciones musculares. Normalmente, la estimulación eléctrica (excitación) de las fibras musculares aisladas, en condiciones experimentales, evoca una contracción de los músculos, un fenómeno conocido como 'acoplamiento excitación-contracción' -la base fundamental de cualquier movimiento de los músculos, incluyendo los latidos del corazón. Sin embargo, en la presencia de triclosán, la comunicación normal entre las dos proteínas que funcionan como canales de calcio se vio afectada, causando insuficiencia en los músculos cardiacos y esqueléticos.
LOS EFECTOS EN LA FUNCIÓN CARDIACA "SON REALMENTE DRAMÁTICOS"
El equipo también observó que el triclosán altera la contractilidad de los músculos cardiacos y esqueléticos en animales vivos: los ratones anestesiados utilizados en el estudio mostraron una reducción, de hasta un 25 por ciento, en las medidas de la función cardíaca a los 20 minutos de exposición a la sustancia química.
"Los efectos del triclosán en la función cardíaca son realmente dramáticos", afirma Nipavan Chiamvimonvat, profesor de Medicina Cardiovascular de la Universidad de California, en Davis, y coautor del estudio. El experto añade que, "a pesar de que el triclosán no está regulado como medicamento, este compuesto actúa como un potente depresor cardiaco en nuestros modelos".
Además, los ratones experimentaron una reducción del 18 por ciento en la fuerza de agarre, durante 60 minutos, después de haber recibido una dosis única de triclosán (la fuerza de agarre es una medida, ampliamente utilizada, de la fuerza de la extremidad del ratón, empleada para investigar los efectos de las drogas y los trastornos neuromusculares).
Por último, los investigadores examinaron los efectos de la exposición al triclosán en la carpa cabezona -un pequeño pez utilizado normalmente como modelo para estudiar el impacto de los contaminantes acuáticos. En las carpas expuestas al triclosán en el agua, durante siete días, se redujo significativamente la natación, en comparación con los controles, tanto durante la natación normal, como en las pruebas diseñadas para imitar amenazas por un depredador.
"Nos sorprendimos por el alto grado en que se vio afectada la actividad muscular en organismos muy diferentes, y tanto en el músculo cardíaco como en el esquelético", afirma el coautor Bruce Hammock, profesor en el Departamento de Entomología de la Universidad de California, en Davis.
ADEMÁS INTERRUMPE LA ACTIVIDAD DE LA HORMONA REPRODUCTIVA
El equipo de investigación ya había relacionado el triclosán, previamente, con otros efectos potencialmente dañinos, incluyendo la interrupción de la actividad de la hormona reproductiva, y de la señalización celular en el cerebro.
Chiamvimonvat advierte que para traducir los resultados de los modelos animales a los seres humanos se requieren más estudios. Sin embargo, el hecho de que los efectos fueran tan sorprendentes en varios modelos animales, bajo diferentes condiciones experimentales, proporciona una fuerte evidencia de que el triclosán podría tener efectos sobre la salud humana.
"En pacientes con insuficiencia cardíaca subyacente, el triclosán puede tener efectos significativos", afirma Chiamvimonvat, quien añade que, "sin embargo, sin estudios adicionales, sería difícil para un médico distinguir entre la progresión natural de la enfermedad, y un factor como el triclosán".
Aunque el triclosán se desarrolló por primera vez para prevenir infecciones bacterianas en los hospitales, su uso se ha generalizado en los productos antibacterianos usados ??en el hogar. Sin embargo, según la Food and Drug Administration (FDA), aunque también se usa en algunos dentífricos para prevenir la gingivitis, no hay evidencia de que el triclosán ofrezca beneficios para la salud, o que los jabones antibacterianos con este producto sean más eficaces que el jabón regular.
Debido a la estructura química del triclosán se parece a otras sustancias químicas tóxicas que persisten en el medio ambiente, la FDA y la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. están llevando a cabo nuevas evaluaciones de riesgos del producto químico. Con base en los resultados de su estudio, los investigadores sostienen que los riesgos potenciales para la salud exigen mayores restricciones.
Hammock concluye que "aunque el triclosán pueda ser útil en algunos casos, su comercialización generalizada podría ser más perjudicial que beneficiosa".
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