No
es el primer estudio que alaba los beneficios del aceite de oliva sobre la
salud. Sin embargo, esta investigación sí es la primera en demostrar que el
consumo diario de este producto del olivo es una manera sencilla de evitar la
destrucción ósea. Además, el trabajo con sello español también evidencia que el
oro líquido fomenta que el páncreas siga produciendo insulina, algo que, cuando
falla, conlleva la aparición de diabetes.
Que
la formación del hueso no depende sólo de la cantidad de leche u otros lácteos
que ingerimos en la dieta es algo que los nutricionistas saben desde hace
tiempo. Hay otras sustancias cuyo consumo es fundamental para que se genere
tejido óseo. Por ejemplo, la vitamina D, presente en el huevo o en el pescado,
además de los lácteos, favorece la absorción intestinal del calcio. Pero en
Nutrición, como en muchas otras disciplinas, todavía hay mucho por conocer y
más por demostrar.
Aunque
ya existían datos de estudios epidemiológicos que venían apuntando que hay algo
en nuestra dieta mediterránea que protege frente a la osteoporosis, pues los
países con estas costumbres alimentarias tienen una menor incidencia de esta
enfermedad, faltaba un ensayo clínico que demostrara que esto era así y que
ayudara a saber qué alimentos de esa dieta eran los más importante en la
prevención ósea.
El
estudio PREDIMED (acrónico de 'Efectos de la dieta mediterránea en la
prevención primaria de la enfermedad cardiovascular') se inició a finales de
2003 con 7.400 participantes. Su objetivo era conocer, mediante un gran ensayo
clínico aleatorizado, si la dieta mediterránea, suplementada con aceite de
oliva o con frutos secos, evitaba la aparición de problemas cardiovasculares en
comparación con una dieta baja en grasas. Son ya varias las conclusiones que se
han podido extraer de ese estudio, como su efecto sobre el colesterol o sobre
el peso, pero todavía siguen saliendo a la luz nuevos datos como los que ahora
publica la revista 'Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism' (JCEM).
"Aunque diferentes estudios
experimentales ya habían relacionado en el laboratorio la ingesta de aceite de
oliva con la prevención de osteoporosis, este es el primer estudio aleatorizado
que demuestra que el aceite de oliva preserva el hueso, al menos eso es lo que
nos dicen los datos de diferentes marcadores sanguíneos de formación de hueso,
como la osteocalcina", explica a
ELMUNDO.es José Manuel Fernández-Real, doctor del departamento de Diabetes,
Endocrinología y Nutrición del Hospital Dr. Josep Trueta de Gerona y principal
autor de este estudio.
Tres
tipos de dieta
A
esta conclusión llegó después de analizar los datos de 127 varones de 55 a 80
años que fueron evaluados durante al menos dos años. Los participantes tenían
un diagnóstico de diabetes tipo 2 y alguno de los siguientes factores de
riesgo: hipertensión, dislipemia o una historia familiar de enfermedad
cardiovascular prematura. De forma aleatoria fueron asignados a uno de los
siguientes grupos dietéticos: dieta mediterránea con un aporte extra de nueces,
dieta mediterránea con un aporte extra de aceite de oliva virgen (de 20 a 30 ml
diarios sobre su ingesta habitual de aceite) o una dieta baja en grasas.
Lo
que comprobaron a los dos años de estar consumiendo esta dieta es que aquellas
personas que habían tomado el extra de aceite de oliva virgen presentaban un
aumento significativo de la concentración total de osteocalcina y de otros
marcadores de formación ósea. En el resto de participantes no se detectó ningún
cambio en estas proteínas. Estos resultados fueron en paralelo con un nivel de
calcio en la sangre que no varió en el primer grupo y que disminuyó
significativamente en los otros dos.
"Otro
hecho muy importante es el efecto del aceite de oliva es la preservación de la
regulación de insulina pancreática. Es muy importante porque tanto esto como el
aumento de osteocalcina están relacionados con un menor riesgo
cardiovascular", aclara Fernández-Real.
Según
este especialista, el efecto del aceite podría ser similar al que tienen los
fármacos contra la osteoporosis sobre esos mismos marcadores. No obstante, este
endocrinólogo señala que el próximo paso es poner en marcha otro estudio (que
ya se está diseñando) que demuestre el mismo efecto pero en personas sanas, sin
antecedentes cardiovasculares. "Además, otro objetivo que tenemos es medir
la densidad del hueso, algo que no hemos hecho en este estudio en donde sólo
hemos valorado los marcadores óseos en sangre", concluye.
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