Cada año muere en España el mismo número de mujeres por cáncer de ovario que de personas por accidente de tráfico. El principal problema de esta enfermedad es que se diagnostica cuando ya está muy avanzada (en el 70% de las ocasiones) y su curación es difícil. Si cambiara este patrón, es decir, si se mejorase el diagnóstico precoz, se podría aumentar la supervivencia de estas pacientes por encima del 20%.
En nuestro país se diagnostican cada año aproximadamente 3.200 nuevos casos de cáncer de ovario y fallecen 1.880 mujeres, una cifra similar a las muertes por accidente de tráfico, que fueron el pasado año unas 2.000. La supervivencia global a los cinco años es inferior al 35%. Por este motivo, la Fundación Mutua Madrileña, junto con la red de hospitales OncoSur, ha elaborado un informe y una guía para concienciar de la importancia de detectar cuanto antes estos tumores.
"Este cáncer es uno de los tumores ginecológicos más frecuentes. Aunque en Oncología se han hecho muchos avances, en este caso todavía se diagnostica tarde, porque es un cáncer escondido, que puede estar años sin dar síntomas y muchas veces son muy vagos", ha señalado durante la presentación de este informe Hernán Cortés-Funes, oncólogo del Hospital 12 de Octubre de Madrid y coordinador, junto con la doctora Cristina Grávalo.
Entre los síntomas que estos especialistas mencionan están la distensión abdominal persistente, la sensación de plenitud precoz y/o pérdida de apetito, dolor abdominal o pélvico u obstrucción del intestino. "El problema es que en la mayoría de las ocasiones estos síntomas se producen cuando el cáncer está avanzado y las posibilidades de curación son bajas", explica Cristina Grávalo, también especialista en Oncología del mencionado hospital.
En el Estudio sobre la detección precoz del cáncer de ovario, además de hacer un repaso por la bibliografía existente sobre este tumor, se ha llevado a cabo una encuesta en la que han participado 65 especialistas (66% oncólogos y 34% ginecólogos) de más de 15 centros hospitalarios de 11 comunidades autónomas españolas. Todos ellos están de acuerdo en que es necesario concienciar más sobre el cáncer de ovario y aumentar la información sobre esta enfermedad no sólo a las pacientes sino a los médicos de cabecera.
Para los profesionales de Atención Primaria se ha desarrollado una Guía de Diagnóstico y tratamiento del cáncer de ovario, elaborada a partir de las recomendaciones realizadas por el National Institute for Health and Clinical Excellence de Reino Unido, que será remitida a las distintas administraciones sanitarias para su distribución entre estos profesionales. "Hay que transmitirles esta información porque son ellos los que pueden detectar los primeros síntomas de sospecha y derivar de forma rápida a la paciente a un ginecólogo", señala Cristina Grávalos.
Entre las pocas medidas que se pueden implementar, se encuentran las revisiones ginecológicas frecuentes. "En ellas se debería realizar una ecografía para detectar algún problema. Aunque no siempre valen para diagnosticar el cáncer de ovario", ha señalado Grávalo. Además, en ellas, si existe sospecha de enfermedad se puede realizar una prueba para detectar un marcador cancerígeno, aunque este indicador suele dar muchos falsos positivos ya que su nivel aumenta no sólo con el cáncer de ovario sino con otros problemas inflamatorios incluido el ciclo menstrual.
Por último estos especialistas destacan la importancia de crear unidades específicas para mujeres con alto riesgo y determinar pautas de seguimiento y actuación. "Aunque nos consta que en algunas comunidades ya existen protocolos para este grupo de mujeres", aclara Cortés-Funes.
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